Se estanca el motor alemán

En una advertencia inesperadamente dura, el Ministerio de Economía alemán señaló que la baja del crecimiento y una fuerte caída en la confianza empresarial en los últimos meses apuntan a “riesgos significativos” para el panorama venidero.

El informe mensual del Ministerio de Economía alemán difundido ayer produjo una señal de alerta sobre la posibilidad de recesión futura. En tanto, el gobierno alemán analiza la convocatoria de un referéndum para definir qué hacer ante un eventual derrumbe del euro.

Alemania se estanca y va a una recesión

El gobierno de Angela Merkel admitió ayer que su economía corre "riesgos significativos"; cayeron varios indicadores decisivos

Parecía blindada contra la crisis que somete al resto del mundo desarrollado, en especial a las otras potencias europeas. Pero en los últimos días, Alemania sintió el derrumbe a su alrededor y entró en riesgo de recesión, al conocerse indicadores que mostraron caídas en la producción industrial, las importaciones, exportaciones e incluso el hasta ahora invulnerable mercado laboral.

En una advertencia inusualmente dura, el Ministerio de Economía admitió ayer que esas cifras y una fuerte caída en la confianza empresarial apuntan a "riesgos significativos" para el panorama del país.

Alarma en la isla de los benditos: la gestión alemana de la crisis pasa factura a la propia Alemania

Decir las cosas tal y como son. Caer en este atrevimiento es llamar al ostracismo social en Alemania, el país de los ilusionistas. “¿Crisis? ¿Qué crisis?”, se preguntan los ciudadanos de la República Federal Alemana mientras señalan con el dedo al resto de Europa. La crisis es cosa más bien de los demás, no nuestra. A nosotros nos va estupendamente. 2011 fue un año récord. Por vez primera el volumen de las exportaciones alemanas a todas las regiones del mundo rompió todos los récords y alcanzó cifras billonarias. Alemania es una isla en auge económico rodeada por la miseria de los países vecinos, que uno tras otro caen en la crisis.

Europa en la senda de Weimar

Merkel y el diario Bild persuaden a los alemanes de que todo el mundo quiere su dinero. En primer lugar: se trata de una mentira. Y en segundo, hay mucho más en juego que el dinero. Si los alemanes le dan la espalda a Europa, la democracia estará en riesgo.

Una persona conduce en dirección contraria por la autovía. En la radio se advierte de un automovilista loco que conduce en dirección contraria. “¿Sólo uno?”, se dice el conductor. Angela Merkel es el conductor, Alemania el automóvil. Conducimos a contracorriente, contra toda razón económica y política, y además estamos orgullosos de ello. Nos dejamos convencer de que todo el mundo quiere “nuestro dinero”. En primer lugar esto falso y en segundo, está en juego mucho más que nuestro dinero.