¿El final del ciclo (que no hubo)?

Frente a las dificultades de los gobiernos posneoliberales en varios países, algunos, con cara de arrepentimiento y voz grave, lamentan lo que sería el final del ciclo de los gobiernos progresistas en América Latina, sumándose, una vez más, a las voces de la derecha. Un ciclo que ellos nunca reconocieron que hubiera existido.

Antes, se decía que nunca había existido ruptura alguna, que los nuevos gobiernos eran la continuidad de los anteriores, tan neoliberales como aquellos. La Venezuela de Hugo Chávez reproduciría la de los gobiernos de Acción Democrática y de Copei.

La Economía Social y Solidaria en la Historia de América Latina y el Caribe

Los 43 trabajos publicados en los dos tomos de este libro han sido seleccionados entre el centenar de ponencias presentadas y debatidas en el Congreso Internacional: La Economía Social y Solidaria en la historia de América Latina y el Caribe. Cooperativismo, desarrollo comunitario y Estado, organizado por la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC) y el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC), en el marco de la conmemoración del Año Internacional de las Cooperativas.

Tomando como punto de partida la calidad y pertinencia de las investigaciones, los artículos se seleccionaron en función de que fueran una muestra representativa de la compleja realidad de las experiencias de la Economía Social y Solidaria en nuestra región, de las diferentes metodologías de abordaje a esas experiencias, y de las visiones y expectativas teóricas respecto al aporte del sector a la realidad socioeconómica nuestraamericana. Se intentó, además, que estuviera representado el más amplio espectro temporal y territorial; en este sentido los trabajos seleccionados cubren más de un siglo de evolución histórica y corresponden a experiencias argentinas (26 artículos), mexicanas (seis artículos), brasileñas (cinco artículos), colombianas (dos artículos), ecuatorianas, venezolanas, españolas y cubanas (un artículo de cada país).

Geopolítica de América latina: entre la esperanza y la restauración del desencanto

Para poner punto y final a cualquier ciclo histórico de transformaciones se precisa enterrar definitivamente el sentido del cambio preeminente en dicho proceso. No se puede pasar la página de cualquier época si no es cavando la tumba de los factores esperanzadores de la misma. Así es. Cualquier deseo de nuevo tiempo ha de construirse sobre las ruinas del pasado. Esto es lo que actualmente se atisba en el fondo del tablero geopolítico en América Latina: el intento desesperado de algunos sectores de acabar con aquello que se iniciara con el siglo XXI a lo largo y ancho de la región. Algunos le llaman (intento de) restauración conservadora; otros reflujo de los proceso de cambio; los más osados optan por el “fin de ciclo”.

Flujos de capitales hacia América latina en el período 2003-2013. El rol de las agencias de riesgo crediticio

 

El ritmo de crecimiento del PBI en los países en desarrollo alcanzó niveles históricamente elevados desde el año 2003. En ese contexto, América Latina mostró un desempeño más moderado que el de otras regiones. Sin embargo, su producción de bienes y servicios también se expandió sensiblemente más rápido que en las economías desarrolladas. Esto le permitió recortar parcialmente las notables diferencias con estas últimas en los niveles de producto y de bienestar de su población.

Bicentenario de la Carta de Jamaica

A los latinoamericanos de hoy la Carta de Jamaica nos sorprende por su vigor intelectual, pero también nos señala algunas rutas conceptuales y metodológicas. La primera de ellas es que nos incita a pensar en nuestra América antes que en nuestras pequeñas patrias particulares. La segunda, que nos invita a mirar a América Latina como una sola nación.

"América Latina empezó una nueva historia, que yo creo irreversible"

"Mi patria chica primera es Argentina, la otra es Brasil, pero la patria grande es América Latina. Soy un latinoamericanista." Lo dice Enrique Dussel pausadamente y en su tonada híbrida todavía quedan rastros del mendocino que alguna vez fue.

Filósofo argentino radicado desde hace cuarenta años en México, Dussel dejó dos veces su país natal. La primera fue después de recibirse en la Universidad de Cuyo. Pasó 10 años en Europa y su pensamiento crítico del eurocentrismo, dice, lo hizo sentirse un extranjero en todas partes, aquí y allá: "Todavía la mayoría de los profesores son absolutamente eurocéntricos y en filosofía, son helenocéntricos. Creen que la filosofía nació en Atenas y los mismos Heródoto, Platón y Aristóteles dicen que nuestra filosofía surgió en Egipto".

China. Un socio imperial para Argentina y América Latina

Acaba de publicarse China. Un socio imperial para Argentina y América Latina, del economista, periodista y profesor universitario Julio Sevares. Con un provocativo título (en el texto no hay referencias a un “imperialismo”, pero sí una visión crítica y de algún modo a la defensiva de la expansión china), el trabajo publicado por Edhasa plantea los desafíos que genera la emergencia del país asiático en el Cono Sur. Casi se diría en todo el mundo, ya que hoy hay unos 130 países, sobre dos centenares del total, cuyo principal socio (si se suman comercio, flujos financieros e inversiones) es la República Popular China. Y que se plantean con más o con menos los mismos debates que en Argentina en cuanto al impacto que la re-emergencia china tiene en sus respectivas estructuras económicas.

A contramano de la región

En la semana, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la Naciones Unidas, difundió su informe “Estudio Económico de América latina y el Caribe 2015: Desafíos para impulsar el ciclo de inversión con miras a reactivar el crecimiento”, donde dio cuenta de las estimaciones de crecimiento económico para la región durante el presente año.

DECLARACIÓN DE LIMA SOBRE JUSTICIA FISCAL Y DERECHOS HUMANOS

Nos hemos reunido en Lima como una comunidad de amplia base conformada por activistas, académicos y académicas, juristas, litigantes y profesionales con experiencia; personas comprometidas con el avance de la justicia fiscal a través de los derechos humanos, y la realización de los derechos humanos a través de la justicia fiscal.

Los ingresos tributarios son el instrumento más importante, fiable y sostenible para que los Estados destinen recursos dirigidos al cumplimiento de sus obligaciones de derechos humanos de manera suficiente, equitativa y responsable. Del mismo modo, la realización de todos los derechos humanos es una razón de ser fundamental de los gobiernos. Es a través del respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales que el Estado adquiere legitimidad para recaudar impuestos. La tributación también juega un papel fundamental en la redistribución de los recursos en formas que pueden prevenir y corregir las desigualdades de género, económicas u otras desigualdades y reducir las disparidades en el disfrute de los derechos humanos que se derivan de ellas. Por otra parte, un sistema tributario justo puede cimentar los lazos de rendición de cuentas entre el Estado y la gente, estimulando a los gobiernos a ser más sensibles a los derechos y a las reivindicaciones de aquellos y aquellas ante quienes deben responder. Las políticas fiscales pueden igualmente contrarrestar las flagrantes deficiencias del mercado y proteger los bienes comunes globales, en particular un medio ambiente sano en el planeta.

La lucha por la justicia fiscal

Si bien en el último cuarto de siglo el debate sobre política tributaria ha estado en la agenda de los gobiernos latinoamericanos, su principal foco ha sido el aumento de la recaudación tributaria. La interacción de la política fiscal con la política macroeconómica, sus efectos sobre el ahorro y la inversión y su impacto en la distribución de los ingresos son temas que continúan abiertos.

El incremento de los ingresos fiscales en América Latina en la última década se explicó, entre otras cosas, por el mayor crecimiento y la relativa estabilidad experimentada, a expensas del aumento de la demanda de los países de mercados emergentes y de los altos precios internacionales de las materias primas.

Crecimiento económico con alta desigualdad social ha sido una de las principales características de los últimos años, lo que hace de América Latina una de las regiones más desiguales del mundo. El gran desafío de la región es, por tanto, crecer con equidad e inclusión social.