Ante la segunda vuelta

Eduardo N. Dvorkin
En esta elección presidencial está en juego la preservación de los derechos y avances sociales, económicos y culturales alcanzados en los últimos doce años, amenazados por un proyecto de restauración conservadora que -en caso de triunfar- implicaría un fuerte retroceso en las condiciones de vida de la gran mayoría de los argentinos. Cambiemos y el macrismo sostienen un proyecto neoliberal que nos pondría de rodillas ante los fondos buitres -”hay que pagar lo que diga Griesa”, sostuvo Macri- y subordinaría el desarrollo argentino a la estrategia imperial del Tratado del Pacífico.

En consecuencia, por la desprotección del mercado interno y el ajuste se perderían puestos de trabajo, ingresos y derechos laborales, se perjudicarían los pequeños empresarios y los profesionales, las empleadas de casas de familia y los peones rurales retornarían a regímenes de humillación, salarios y jubilaciones se verían ajustados, peligraría la gratuidad de la enseñanza estatal y sería afectado el funcionamiento de las universidades públicas; el desarrollo local de Ciencia y Tecnología dejaría de ser política de Estado. Ni que decir del previsible retroceso de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, particularmente, los juicios a los responsables civiles y militares del terrorismo de Estado.

La larga e incompleta enumeración de los perjuicios que produciría la reimplantación de una política neoliberal no es arbitraria: sería el efecto inevitable de los lineamientos económicos del PRO - identificado con las grandes corporaciones - y resulta de la simple observación de las posiciones adoptadas por el macrismo en el Congreso Nacional. Esta es la realidad que un proyecto sostenido por los grandes medios concentrados, pretende ocultar tras un discurso amigable que promete a todos felicidad, invoca el cambio sin precisar sus contenidos y llega al extremo de proclamar su adhesión a medidas a las que sus legisladores se opusieran enfáticamente

En cambio, el país precisa continuar en todos los planos en la línea construida. Sostener lo hecho, rectificar lo necesario. Imaginar y ejecutar lo imprescindible para las mayorías y para la Nación. Mañana vendrá el momento de la evaluación crítica, hoy es la hora de la acción.

Después de las PASO y frente a la primera vuelta definimos así en nuestra carta 20 el apoyo a la fórmula del FPV, Daniel Scioli y Carlos Zannini:

“… Como el camino para la continuidad de las mejores políticas de estos años y como barrera de contención para los intentos de restauración de una derecha que busca clausurar la totalidad de las experiencias democráticas y populares de nuestro continente, así como también confiamos en que el crecimiento de la conciencia y la movilización popular habrán de expresarse para defender las conquistas ya logradas”.

Hoy, ante el balotaje del 22 de noviembre, ratificamos en toda la línea nuestro apoyo a la fórmula presidencial Scioli-Zannini y convocamos a los argentinos a juzgar el punto crucial que atravesamos en nuestra historia, para sumarse con pasión, compromiso y unidad a la marea del voto popular en apoyo al proyecto nacional, popular, democrático y emancipatorio. Un voto que exprese la rebeldía frente a la restauración conservadora en ciernes, de modo tal que la elección popular bloquee el acceso al poder del Estado de una derecha que ahora busca cualquier disfraz que le calce para destruir los derechos y conquistas de estos años. Un voto por la esperanza, por la igualdad, por la ampliación de ciudadanía, por la defensa sin claudicaciones de nuestra soberanía territorial y económica, por la solidaridad latinoamericana y por la memoria, la verdad y la justicia.

Carta Abierta - 31 de octubre del 2015

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