VII Cumbre de las Américas: palabras de la Presidenta de la Nación

Señor Presidente: en primer término, agradecer al presidente Juan Carlos Varela, la cálida bienvenida de él y de su pueblo, a esta VII Cumbre de las Américas. También saludar a todos los mandatarios y mandatarias presentes, Jefes de Delegaciones.

Bueno, no resulta hablar después de la intervención del presidente de la República de Cuba, amigo y comandante Raúl Castro, pero creo sinceramente que, a partir de esta intervención, sería necesario que en todas las Cumbres, no solamente en la de las Américas, sino en todas las Cumbres, en todos los Foros Internacionales, en las cuales somos tan afectos a incluir como en esta, y estoy muy de acuerdo en hacerlo, las palabras, las ideas y las convicciones de equidad, de prosperidad y de igualdad, nos decidiéramos también a incluir como tema la sinceridad. Porque, sin sinceridad, podemos abordar los problemas, podemos describirlos pero difícilmente podamos llegar a la raíz de por qué surgen esos problemas. Y quiero referirme puntualmente a dos o tres cuestiones, para hacerle honor al ahorro de tiempo que nos ha solicitado gentilmente el presidente de Panamá.

Obama, la “nueva era” con Cuba y la Cumbre de la Celac

El 17 de diciembre, después de 18 meses de negociaciones secretas con mediación vaticana, el presidente Barack Obama reconoció el fracaso de la política de fuerza de Estados Unidos hacia Cuba, y dio un cambio de timón que deberá conducir a una normalización de relaciones diplomáticas con la isla. Ganó la política principista de La Habana. Fue una victoria histórica; la diplomacia cubana forzó el entierro de la lógica de guerra fría impulsada por diez sucesivas administraciones de la Casa Blanca, de Dwight Einsenhower a George W. Bush. Y lo hizo sin bajar la guardia.

Las victorias de Cuba

Cuba y Berlín eran las dos esquinas más tensas de la guerra fría. La caída del muro sacó a Berlín de esa condición. La normalización de las relaciones entre La Habana y Washington hace lo mismo con Cuba.

Cuba siempre consideró que un gobierno demócrata en su segundo mandato – cuando ya no dependía tanto de la colonia cubana en la Florida - era la chance más grande de que esa normalización se diera. Jimmy Carter no tuvo segundo mandato.

Fraternales saludos

Compartimos -como todos los años- una poesía con nuestros lectores quienes también encontrarán los discursos de Raúl Castro y de Barack Obama con motivo de la reanudación de vínculos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos.

Triunfarán las ideas justas o triunfará el desastre

La sociedad mundial no conoce tregua en los últimos años, particularmente desde que la Comunidad Económica Europea, bajo la dirección férrea e incondicional de Estados Unidos, consideró que había llegado la hora de ajustar cuentas con lo que restaba de dos grandes naciones que, inspiradas en las ideas de Marx, habían llevado a cabo la proeza de poner fin al orden colonial e imperialista impuesto al mundo por Europa y Estados Unidos.

En la antigua Rusia estalló una revolución que conmovió al mundo.

Se esperaba, que la primera gran revolución socialista tendría lugar en los países más industrializados de Europa, como Inglaterra, Francia, Alemania y el Imperio Austrohúngaro.

Algo está cambiando

Tan arcaica como inútil, la política de bloqueo de EE.UU. hacia Cuba sigue hundida en la parálisis. Aunque se avizoran aires de cambio con el giro de algunas importantes personalidades de la gran potencia, como Hillary Clinton, quien ya se prepara para las elecciones de 2016.