Estado Social, guerra social y derechos humanos. Una crítica a los intelectuales.

Beba C. Balvé*

¿Qué es lo que determina la vida de millones de seres en el mundo y en particular en los países de América Latina, África y Asia? La pobreza, la exclusión, el desamparo y la muerte. La técnica de dominación hacia los pueblos es el hambre y el procedimiento la desarticulación social e institucional.

Mientras tanto. ¿Qué vamos a entender por pobreza? En principio es el resultado de un proceso social que tiene como uno de sus efectos la pobreza. Es la forma de manifestarse el desenvolvimiento de un proceso social y a su vez es un estado. Es la forma de manifestarse la hegemonía del capital financiero internacional especulativo y rentístico y en donde su dominio se ejerce bajo la forma del aniquilamiento físico, moral y material y espiritual. El hambre es un arma en esta guerra y la “ayuda humanitaria” está en manos del Pentágono y el ejército estadounidense.

Refiere al estado en que se encuentra un conjunto de personas con sus gradaciones y particularidades pero donde el todo que los identifica socialmente es que están en situación de pobreza e indigencia, ó, el de ser pobres. Pero, este estado y situación ¿se reduce a un problema físico o incluye las aspiraciones y expectativas del hombre? La pregunta es pertinente si se la pone en relación al poder, habida cuenta que hay pobres de vida e influencia y en donde la no influencia política y social determina su vida. Esta relación entre vida e influencia hace al conocimiento de lo social.
A su vez, la pobreza expresa el polo de una relación social en donde el polo contrario es la riqueza y es relativa, porque es histórica. Su magnitud y profundidad dependen del desarrollo social y de la riqueza socialmente producida en cada momento histórico y hace a la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción o de propiedad.

Ahora bien. ¿Qué proceso específico determina, según los momentos, su magnitud y la masa de hombres arrastrados a esa situación? ¿Ese que determina las leyes que rigen el mundo de lo social?

Desde nuestra perspectiva, es el proceso capitalista de producción y la ley general de la acumulación capitalista la que produce y reproduce en forma progresiva y ampliada la pobreza en masa y en donde el régimen de producción y dominio institucionaliza, legaliza, justifica, organiza, administra y gerencia cada vez más a grandes masas de población cuyo atributo en tanto ser social se reduce a lo que exteriormente son: pobres.

El desarrollo en extensión y profundidad de la contradicción entre el incremento de la riqueza socialmente producida , apropiada y centralizada cada vez en menos manos y, la pauperización de grandes masas de población, llega un momento en que se convierte en un hecho de carácter político y estratégico.

Esto se constata por el hecho de que sea el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial el que estimule u organice las mediciones acerca de la pobreza. Mide, pondera, evalúa y administra la pobreza a nivel mundial y, en particular, en los países dependientes y semicoloniales.

El hecho de que el FMI o el Banco Mundial intervenga directamente en estas cuestiones al interior de los estados-nación de los países dependientes o, como le llaman “periféricos” a un centro de poder mundial, nos alerta de que ahora este fenómeno es el resultado de una política de carácter mundial, en donde las relaciones de fuerzas en el campo de las relaciones internacionales se ha alterado a nivel tal, que cambia la posición que ocupan y la función que cumplen países contenidos en esos campos geográficos o territorios económicos.

Y esta aseveración se desprende de un simple interrogante. Si siempre hubo pobres y éste era un problema interno a las sociedades en donde una estrategia económica específica determinaba el desenvolvimiento de ese estado-nación y lo definía ¿qué es lo nuevo hoy día para que un banco mundial que atesora intereses de la deuda externa y la pública, se ocupe de este tema o, este tema, sea campo de su preocupación?

De lo expuesto se desprende que el tema de la pobreza hoy día nos plantea un problema de orden económico, político, social y sobre todo nacional y su resolución implica necesariamente el conocimiento objetivo acerca de un sistema complejo de problemas, conocimiento que conduce no sólo a desarrollar la capacidad en su resolución sino, a la necesidad de hacer observable los obstáculos de carácter teórico que impiden su visualización y comprensión.

Si hacemos un poco de historia veríamos que desde el punto de vista del proceso de construcción de conocimiento acerca de la teoría social, es a partir de la década de 1980 que se hace visible la pérdida, en el programa reflexivo acerca de la realidad, de la noción de los procesos sociales con su asiento material, terreno y ámbito de relaciones sociales.

Con ello se desarrolla una tendencia hacia la negación de lo que objetivamente sucede, la que no sólo neutraliza el conocimiento acerca de la realidad, sino que obstaculiza y descompone el método de la teoría social.

Como resultado se da la pérdida de la noción de sujeto y con ella el hombre mismo. Por ello se habla de pobreza pero no de pobres. Sirven los pobres para la cuantificación pero carecen de valores cualitativos que lo definan socialmente. No personifican ninguna categoría económica.
Ahora bien, ¿qué es lo que define a un pobre? El hecho de ser trabajador.

Por tanto pobreza y riqueza son situaciones que refieren a personificaciones sociales de una categoría económica: trabajo. Categoría que desdobla la relación en dos polos opuestos: el trabajador y el no trabajador y en donde riqueza y pobreza hacen a una situación como clase social y según los momentos al estado en que se encuentra esa clase social y que la sociedad admite, justifica, mide y analiza desde el punto de vista ético, moral y religioso.

Conocer el estado en que se encuentra el conocimiento adquirido acerca de los procesos sociales y el grado de conciencia alcanzado acerca de la realidad es una aproximación al estado en que se encuentra la teoría social, sus intelectuales y cuadros políticos.

En el siglo XIX momento en que el desafío intelectual, en el campo científico y en especial en la economía política, era el de construir y guiar toda reflexión alrededor de categorías económicas y sus personificaciones, se planteaban el siguiente interrogante. ¿Por qué el trabajador mientras más trabaja más pobre está?

Alrededor de este hecho de la realidad se desarrollaba el conocimiento y se organizaba la confrontación teórica. Unos atribuían la causa a la forma como se distribuían los hombres y el producto de su trabajo, otro a la propiedad de los medios de producción y de vida, etc. pero quedaba claro que el sujeto de análisis y reflexión era el hombre, en este caso el trabajador, ya sea en actividad o en disponibilidad.

A partir de 1940 se suponía que la pobreza era una situación transitoria, coyuntural. Esta idea se afianzó durante la hegemonía del capital industrial y éste es el caso de la Argentina. Durante su dominio y luego su hegemonía se logró institucionalizar al máximo los intereses económico- sociales de la masa de trabajadores asalariados, ciudadanizando tanto a los trabajadores del campo como a los de la ciudad. Esto hizo a una fase del desarrollo del capital y el capitalismo.

Hoy día este programa intelectual ha hecho crisis porque la realidad demostró que este estado de bienestar no sólo es relativo sino transitorio en sociedades capitalistas y además, que no alcanza a toda formación económico-social.

Pero más grave aún es el hecho de haber alcanzado el estado de bienestar social y llegar hoy a una política genocida en el marco del pauperismo oficial ejecutado por las políticas de los gobiernos del estado.

Nueve millones de niños en una población de 38 millones de habitantes que se encuentran padeciendo hambre y desnutrición, 60% de la población entre la pobreza y la miseria. Una juventud sin futuro ni esperanzas, desciudadanizados y desalojados del sistema institucional y político. Una sociedad cavernícola sin sensibilidad alguna y en donde reina la hipocresía y la beneficencia. Un Estado destruido, los partidos políticos y sus cuadros en descomposición así como todo el sistema institucional.

En este cuadro de situación, ¿cuál es el proyecto de país?
Hasta 1976 la lucha política tomó forma de guerra civil, a partir de la disputa de, en principio, dos proyectos de nación. Esta guerra continuó de 1976 a 1983, en forma abierta la que abarcó el ámbito económico, político, ideológico, intelectual y social. A partir de 1984 comienza el proceso de la contrarrevolución en donde se implanta la guerra económica e ideológica que culmina con tres hiperinflaciones afectando hacia 1989 la participación del salario en la distribución del ingreso, del 49% hacia 1975 al 22% y hoy se encuentra cerca del 19%.

Así se observa pobreza y riqueza. Las hiperinflaciones y las crisis financieras conducen a un saqueo generalizado y a la concesión de empresas públicas y la privatización de otras, de la energía, la riqueza del subsuelo, etc., y en 2001 estalla la economía, la política y el sistema institucional. El capital financiero saquea a la nación, se masacra a este pueblo con la miseria y finalmente, tienen su partida de defunción los cuadros y los partidos políticos.

Hoy, bajo esa máscara se encubre la función de funcionarios del capital financiero internacional. Reina la burocracia.
Acompañando la masacre de millones de argentinos, se impone a nivel mundial y por iniciativa del Departamento de Estado de Estados Unidos, la Doctrina de los Derechos Humanos.

Uno debe siempre preguntarse de quien es la iniciativa, cuál es su fin estratégico. Si nos encontramos a nivel mundial con la hegemonía del capital financiero rentístico y especulativo, su reinado exige romper relaciones sociales, valores, cultura, etc. consolidadas en un período anterior. Para ello, y según su consistencia, debe imponer la aniquilación física de masas de población, por el uso de dos armas: la de fuego y el hambre. Así, domestica personas.
Entonces, aniquila física, moral y políticamente y da la receta. La apelación al Imperio de los
Derechos Humanos.

Y aquí está la cuestión. Al judicializar la lucha, pierde sentido político y social.
Además no se plantea el problema político sino el exceso y solo se circunscribe a personas perseguidas, torturadas, aniquiladas, etc. Aparece como político lo que es judicial y se pierde de vista lo social, la totalidad.
Por tanto, se hacen juicios y una vez lograda la sentencia, el problema se acaba. Paso a ser una sumatoria de individuos pero no refiere ni a una clase social ni a un programa político, ni a los cuadros que hacían de mediación en las luchas.
Aquí también se pierde el sujeto concreto, sus aspiraciones, su lucha, etc. Es decir, ajústese ahora a la democracia del capital privado y no tendrá problemas. Pero ¿y los pobres, las riquezas naturales, el desarrollo de las capacidades y las aspiraciones de este pueblo? Se debe esperar. Mientras tanto, la sociedad se degrada y se entra en involución.

Como vemos, hay un patrón ideológico, teórico y político tanto para el problema de la pobreza como para los llamados derechos humanos.
Ahora bien. Como la oligarquía financiera coaligada internacionalmente dispone de cuadros, intelectuales, científicos y políticos con alto conocimiento acerca de las distintas conformaciones culturales de los pueblos, aplican políticas y sus remedios conformando una neblina que obstaculiza el conocimiento en unos, y coopta cuadros en fracciones de pequeña burguesía adscripta a este modelo de poder.

El problema no es quienes implementan la política de derechos humanos sino esa política misma, que al no incorporar lo social y lo estratégico comienza a perder sentido político.
A la vez, entre la década de 1970 y la actual, media un cambio en la estrategia imperialista en donde ha pasado a la aniquilación directa de pueblos, razas, culturas, religiones, etc.
En esta guerra ahora mundial, ha hecho crisis la doctrina de los derechos humanos. Ahora es la defensa misma del imperialismo y pasaron al ataque. Única manera de evitar una respuesta por parte de los pueblos y en su estrategia, el hambre y la ayuda “humanitaria” es central.

Pero también, a partir de 1984 desaparece el concepto de pueblo. Se habla de gente, hasta el día de hoy y aparece el pueblo cuando el resultado electoral no es afín, como en octubre de 2005, aclarando que hay un Pueblo de Dios y otro no.
Por tanto: han desaparecido de la escena y la conceptualización los pobres, los cuadros del campo popular, es decir los subversivos, los que subvierten el orden, y el pueblo.

De un proceso y momento revolucionario para todas las clases sociales a partir de 1955 a 1976, le continúa la acción de las fuerzas armadas para imponer el orden, subvertido por la clase obrera y los grupos revolucionarios y, finalmente a partir de 1983, se instala la contrarrevolución cuya meta fue la segregación, por el abandono del campo popular y el pasaje al liberalismo por parte de los intelectuales y la disgregación, es decir, la separación de las partes del todo, es decir, pueblo disgregado, desarticulado.
Hoy día, lo que fue guerra hacia el pueblo en la Argentina a partir de 1976 se impone a nivel internacional masacrando yugoeslavos, palestinos, iraquíes, haitianos, etc. y la nueva doctrina de seguridad nacional está haciendo entrar en crisis a la doctrina de los derechos humanos la que por otra parte, los gobiernos de los países imperialistas han abandonado hace tiempo, incluso en su forma hipócrita.

Para entender esta crisis se debe establecer la distancia entre memoria e historia. La memoria trata de evitar el olvido pero la historia articula la labor de generaciones que nos precedieron.
La memoria produce terror y arrepentimiento, la historia no.

Veamos como los jueces de la violación a los derechos humanos se comportan hoy día.
Después del 11 de setiembre se impuso en Estados Unidos su Patriot Act y una semana después la Comisión presentó al Consejo de la Unión Europea dos proyectos .1) el relativo al terrorismo y
2) el relativo al mandato de arresto europeo.
“En España, por ejemplo si alguien es sospechoso de terrorismo no tiene derecho a elegir su abogado, las propias personas que lo arrestan le designarán uno. Además existe un plazo de 72 horas en las que el arrestado no podrá ver a nadie ni realizar llamada telefónica(...) Después de firmar la declaración , por lo general la confesión después de haber sufrido lo que en el lenguaje norteamericano se denomina “ presiones físicas moderadas”, es decir, que la tortura es sistemática en España, podrá hablar con su abogado.

En Italia se mantiene la ley antisubversiva de 1923 del fascismo reforzada por la ley Cossiga de
1979(...). El nuevo mandato de arresto europeo significa que la policía y la justicia pueden automatizar las extradiciones. Es un procedimiento automático basado en un principio denominado reconocimiento mutuo (...) En caso de los arrestos domiciliarios, es necesaria la autorización de un tribunal. Uno se puede preguntar el porqué de esto, ya que no ha habido juicio, pero el hecho de decidir tomar esta medida de control contra Usted depende de la evaluación de los servicios secretos cuyos informes son secretos...” (Jean-Claude Paye. ”El mandato de arresto europeo legaliza lo peor de Europa”.Bruselas junio de 2005).

En este contexto, veamos la reacción del célebre compositor griego Mikis Teodorakis (Other News, 22 de diciembre 2005) dice “El Consejo de Europa ha decidido cambiar la historia. Quiere deformarla confundiendo a los agresores con las víctimas, a los héroes con los criminales, a los liberadores con los conquistadores, a los comunistas con los nazis. Considera que los mayores enemigos del nazismo, o sea los comunistas, son criminales e incluso los iguala a los nazis y se inquieta y protesta ahora porque, mientras que los nazis se han condenado por la comunidad internacional, nada les ha ocurrido a los comunistas, por lo que propone que esta condena se realice en la sesión Plenaria de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa del 24 al 27 de enero de 2006(...) le inquieta que la conciencia pública contra los crímenes cometidos por los regímenes comunistas es muy débil y también porque en aquellos partidos comunistas que son legales y activos en ciertos países, en ciertos casos, no se han distanciado de esos crímenes(...)

¿Cómo podrá creerse que este Consejo se preocupa de los derechos del hombre, cuando en su casa, en Europa, se autoriza a aviones de la CIA para que transporten personas privadas de derechos para torturarlas en prisiones especiales?(...) .

Desgraciadamente, hoy me obligan a hablar más en el nombre de los muertos que en el nombre de los vivos. En el nombre de mis camaradas comunistas muertos, de los que pasaron por la Gestapo, por los campos de la muerte y las cunetas de ejecución para que se abatiera al nazismo y para obtener la libertad, no me queda más que una sola palabra que dirigir a estas autoridades: venganza”.
Bien. Es necesario que tomemos conciencia del mundo que transitamos.

Que el imperialismo, cuando lanza una consigna debe ser analizada críticamente, porque es el quien luego capitaliza; que la lucha por los luchadores sociales debe estar inscripta en la lucha política y no judicial habida cuenta que los derechos del hombre (no los humanos) incluye los derechos sociales y políticos.

Y, lo más importante, que la aniquilación física, moral e intelectual hace a los procedimientos del capital financiero internacional para establecer su hegemonía económica, política, ideológica, intelectual y moral.

La lucha contra el capital financiero y su régimen es, finalmente, democrática en el sentir de los pueblos.
La pérdida del sujeto: el trabajador, los cuadros del campo popular y, el pueblo, debe ser resuelta por medio de un proyecto político cuya estrategia de poder exprese y represente a estos tres sujetos.

*Directora de CICSO -Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales.

- Exposición en el Taller del Pensamiento Crítico. Charla Debate: Guerra social y Derechos
Humanos, organizado por el Centro de Ideas Mate Amargo .Buenos Aires, 27 de enero de 2005.

Fuente: Argentina en global

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