El nazismo, los fenómenos hiperinflacionarios y la respuesta de la historia

El uso de la historia para explicar el presente es absolutamente necesario aunque los contextos no sean iguales. Recurrir a la historia permite sin duda poder evitar la repetición de sus procesos más negativos, como también proyectar hacia el futuro aquellos momentos, traducidos en políticas, que beneficiaron a las sociedades humanas. Los fenómenos históricos no se repiten, pero pueden ser sospechosamente similares. El problema es conocer bien la historia.

Genocidio Armenio. El Exterminio Silenciado

El hombre es un ser acotado por la duración de su vida y el ámbito espacial en el que desarrolla sus actividades; pero a su pasado personal puede sumar el pasado de generaciones que le precedieron, internándose en la Historia, y proyectarse al futuro legando con la palabra escrita el contenido espiritual de su persona. Además, hoy más que nunca, puede expandirlo ilimitadamente a todo el orbe y al instante, gracias al casi increíble medio de las comunicaciones. Y en ese punto es donde el camino de la persona se bifurca. Porque debe elegir, elegirse.

Ante un hecho real, espantoso, que avergüenza y deshonra a la naturaleza humana, como es matar a multitudes solamente porque pertenecen a una nacionalidad y querer esconder ese hecho a la vista del mundo, y acerca del cual hoy sus autores declaran que no es verdad lo que sí es una verdad absoluta día a día afirmada por todos, se plantea ante el ser humano la elección de callar o de hablar. De enmudecer o comunicar la verdad a sus prójimos. Súlim Granovsky ha elegido hablar, escribir, proclamar. Y desde ese momento se sumó a la larga fila de quienes jerarquizan la condición humana, de aquellos que han decidido diferenciarse de las bestias, de los monstruos, de los delincuentes.