El balazo y la tijera

 

Nadie puede ser privado de un balazo de goma. Nadie puede ser privado de un recorte en sus haberes. Dos nuevos derechos universales que el Gobierno quiere garantizar y que, obtusa, rechaza la oposición en sus distintas variantes, ahora con la CGT incluida. Así está planteada la puja de las jubilaciones.

La metodología del ajuste

 

En virtud de que la propuesta oficial –y recientemente ratificada en el dictamen de Comisión del Senado- que implica actualizar las jubilaciones, las AUH y el salario familiar con la variación de precios, y del escaso efecto del “incentivo” por encima de la inflación propuesto (acotado a la evolución salarial en un 30%), en adelante, los jubilados, los beneficiarios de la AUH y del sistema de asignaciones familiares no podrán ganar poder adquisitivo sino que –cuanto mucho- podrán esperar a no reducir sus ingresos reales.

El fuerte impacto inflacionario en los medicamentos esenciales utilizados por las personas mayores

 

Tras un año y medio transcurrido de la gestión del actual gobierno resulta cada vez más evidente la situación de retroceso y el proceso de deterioro de las condiciones de vida de las personas mayores de nuestro país, quienes día a día ven disminuir el poder adquisitivo de sus jubilaciones, lo que afecta notablemente su capacidad de compra de bienes de consumo básicos.

Ahoga a los jubilados

Las recientes resoluciones de la Corte Suprema que impiden la asignación de recursos tributarios coparticipables a la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) ponen seriamente en riesgo muchos de los avances que se lograron en la última década en materia de jubilaciones, asignaciones familiares y políticas públicas en general. Se trata de una medida que no sólo implica una reducción gigantesca de los fondos corrientes de la Anses, sino que además desvaloriza y pone en peligro al principal patrimonio de la misma: el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).

El puntapié inicial

La conducción unipersonal de la Corte Suprema de Justicia decidió dar un golpe económico en los últimos días del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que tendrá pleno impacto en la gestión del próximo a cargo de Mauricio Macri. Ricardo Lorenzetti resolvió desfinanciar el organismo encargado de pagar las jubilaciones, otras prestaciones sociales, la Asignación Universal por Hijo y la tarjeta Argenta, que facilita el crédito de un grupo social vulnerable. El camino para la restauración conservadora que deje atrás los años del populismo de un intervencionismo estatal asfixiante, como lo definió un reciente editorial de La Nación en homenaje al discurso de Alfredo Martínez de Hoz, lo ha inaugurado Lorenzetti.

El legado, la herencia

El kirchnerismo culminó su gestión con una contundente suba del empleo y de los ingresos, junto a una fuerte baja del endeudamiento externo. Paralelamente, deja una coyuntura de restricción externa y déficit fiscal.

Esta economía está dirigida por una política que tiene objetivos, y que está dispuesta a hacer lo que hay que hacer para que esos objetivos se cumplan”, señaló Axel Kicillof poco antes de asumir como ministro de Economía, para luego detallar que estos objetivos serían “defender el trabajo y la mesa de los argentinos”. Fue, en rigor, una síntesis sobre los doce años de gestión económica kirchnerista, donde todas las variables de la economía debieron subordinarse a estos dos grandes objetivos, el empleo y los ingresos (salarios, jubilaciones, planes sociales).