El año 1968

El 31 de diciembre de 1968 el general De Gaulle concluía su mensaje de fin de año con este llamamiento: Enterremos finalmente a los diablos que nos han atormentado durante el año que se acaba. Efectivamente, para él y para muchos gobernantes y ciudadanos adultos, no sólo de Francia sino de otras partes del mundo, ese año había trastornado hasta tal punto sus vidas que quedaría grabado en su experiencia vital como una verdadera pesadilla. Lo que ocurrió entonces se ha prestado a las más diversas interpretaciones a medida que el tiempo ha pasado y que la historia, la memoria y el presente tienden a confundirse en su reinterpretación. Pero más allá de las diferentes tomas de partido al calor de los hechos, son pocos los que niegan hoy que la convulsión sufrida por el Planeta en aquel momento significó un verdadero punto de inflexión en nuestra historia contemporánea.

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Mayo ´68: La playa bajo los adoquines

Se cumplen cuarenta años de los acontecimientos de Mayo de 1968, que sacudieron la Universidad de París y que fueron un revulsivo en la vida cultural francesa. Fueron también el emblema de una década que cambió el mundo occidental, con efectos en las orientaciones intelectuales y filosóficas predominantes, y en las costumbres y mentalidades. Es importante evaluar las tendencias de esa época, ver qué cosas se han acentuado después y cuáles se han superado, y en definitiva ver su relevancia para entender el mundo de hoy.

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Aquellos Días del Trabajador...

Algunos almanaques todavía insisten: 1° de Mayo "Día del Trabajo". Pero siempre fue más justo hablar del día de los trabajadores. Todo comenzó a fines de abril de 1886, cuando un grupo de obreros anarquistas lanzó en Chicago una campaña para lograr la jornada de ocho horas, cuando se trabajaban 14 y a veces más. Fueron violentamente reprimidos y en homenaje a los mártires, se fijó la fecha del 1° de mayo . Mirar atrás para vivir un mundo que merezca ser vivido.

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Movilizándonos para rescatar nuestro sistema alimentario

La agricultura mundial está en una encrucijada. Esta crisis que amenaza la seguridad alimentaría de millones de personas, es el resultado directo del modelo industrial de agricultura, que no solo es peligrosamente dependiente de hidrocarburos sino que se ha transformado en la mayor fuerza modificante de la biosfera. El desafío inmediato es transformar el modelo.

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¿Felices de torturar?

En este ensayo inédito, el filósofo contemporáneo Slavoj Zizek aborda la “biomoralidad”, propia de nuestros tiempos. Esta se caracteriza por estar centrada en la felicidad y en evitar el sufrimiento, lo que lleva a mencionarse a ésta misma como el principio básico de la justificación de la tortura: a fin de evitar más sufrimiento, debemos generar dolor. Los tiempos que vivimos son parte de un proceso de corrupción moral.

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Tortura y verdad / John Brown*

Dentro de la instrucción penal del antiguo régimen, la tortura constituía no sólo una práctica corriente, sino un elemento básico del procedimiento. El tormento no era en ningún modo un abuso o una anomalía, pues se inscribía en una lógica política y jurídica que lo hacía necesario. El regreso generalizado de la tortura como práctica tolerada y aun banal al que hoy asistimos en el marco de la lucha antiterrorista es un importante revelador del cambio de régimen que está produciéndose al abandonar el capitalismo neoliberal las formas democráticas y garantistas en favor de un régimen explícito de excepción permanente. Que la tortura reaparezca como práctica tolerada e incluso legalizada, como ocurre en los Estados Unidos, no es un mero indicio de la corrupción de los principios básicos de la democracia liberal, sino de un auténtico cambio de paradigma político.

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Las casamatas del trabajo: la única respuesta a la crisis de la política

A continuación se reproducen unos extractos de un importante artículo de Fausto Bertinotti, publicado en Alternative per il socialismo (noviembre 2007). En Italia, la burguesía concentra sus ataques hacia la política: emergiendo de una larga crisis, se piensa en una sociedad sin política. Se persigue la desaparición de la política y su sustitución por el paradigma del mercado y de la competencia. Sin embargo, no es sólo una tendencia italiana. Otros países europeos ya habrían adoptado este rumbo.

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Al final, ¿quién es la clase trabajadora hoy? / Ricardo Antunes*

Ya se tornó lugar común decir que la clase trabajadora viene sufriendo profundas mutaciones, tanto en los países centrales, como en Brasil. Sabemos que casi un tercio de la fuerza humana disponible para el trabajo a escala global, se encuentra desarrollando trabajos parciales, precarios, temporarios, o vive y sufre la barbarie del desempleo. Más de un billón de hombres y mujeres padecen las vicisitudes del trabajo precarizado, inestable, temporario, tercerizado, casi virtual. Casi dos centenas de millones tienen su vida cotidiana moldeada por el desempleo estructural. Si además, se agregan los datos de India y China, el volumen aumenta aún más.

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El Foro Social Mundial y la política: el riesgo de la extinción / Miguel Romero*

No hubo un Foro Social Mundial 2008. la alternativa es el compromiso a una Semana de Acciones que culminará en un Día de Movilización y Acción Global el día 26 de enero del 2008. Una gran jornada de movilización global en más de 60 países. Miguel Romero nos dice que “El proyecto del FSM como un espacio de encuentro internacional, con un programa básico antineoliberal y antiimperialista; pluralista, protagonizado por organizaciones sociales y organizado de forma democrática y horizontal, es un patrimonio valioso que se debería preservar y que, quizás, se puede aún preservar. Pero este proyecto tiene poco, y cada vez menos que ver con la realidad del proceso.” Entonces, ¿hacia dónde va el Foro Social Mundial?

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Está prohibido soñar

En el pasado, el futuro era mejor. Al menos para mi generación, la de los que tenían 20 años en la década de 1960 (Cuba, Che, Vietnam, bosanova, Cinema nuevo, Nouvelle vague, Beatles, tropicalismo, etc.).¿Con qué sueñan los jóvenes de hoy? Mi generación soñó con el cambio del Brasil (castrado por el golpe militar de 1964) y del mundo (congelado por la caída del muro de Berlín). La globocolonización neoliberal se cuidó de privatizar no sólo las empresas públicas y estatales, sino también los sueños. Los jóvenes ya no sueñan a escala nacional o planetaria, excepto en lo concerniente a la preservación de la naturaleza. Sueñan a escala individual y familiar: confort, riqueza, belleza y poder.

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