¿Es posible regular y gravar los flujos de capitales?

La historia económica del último siglo nos muestra que los flujos internacionales de capitales han tenido un protagonismo fundamental para la economía global. No sólo han servido como fuente de financiamiento para las economías en desarrollo, sino que también han servido a balancear desequilibrios externos considerables. Sin embargo, fueron protagonistas indiscutidos en buena parte de las crisis que se produjeron, y muchas veces la seducción que producen sus supuestas bendiciones no dejan entrever sus peligros.

Desde la crisis del 30 hasta la actual iniciada en 2008, pasando por crisis más pequeñas como la asiática o la del tequila durante los 90, los mercados financieros han mostrado cómo su inestabilidad se puede propagar internacionalmente, siendo un elemento desestabilizador para la economía global.

La restricción eterna

El célebre economista Aldo Ferrer suele hacer referencia a la “restricción eterna” para hablar del sostenimiento en el tiempo de la “restricción externa”, es decir la falta de dólares para suplir, fundamentalmente, las necesidades industriales.