El verdadero culpable

 

El intento de contrarrestar políticamente la debacle de los principales indicadores sobre la evolución de la economía pasó a un estadio superior. Agotada la esperanza en el segundo semestre, con el fuerte límite establecido por la Corte Suprema a los aumentos indiscriminados de tarifas y la transferencia de 3000 mil millones de dólares a las gasíferas y frente al agotamiento de las permanentes denuncias de corrupción, el oficialismo parece haber pasado a la generación de un peligroso enrarecimiento del clima político.

Recalculando la gran recuperación

El primer semestre ya paso, el segundo no llegó y los analistas económicos del establishment corrieron sus fracasados análisis de fines de 2015 exactamente un año hacia adelante. Al parecer, luego de las “correcciones inevitables” realizadas en el primer semestre, inevitabilidad que indujo una verdadera crisis económica en tiempo record y provocó fuertes transferencias de recursos entre clases sociales, el nuevo consenso sostiene ahora que la gran recuperación ocurrirá otra vez en el segundo semestre, pero de 2017.

Estos analistas son casi los mismos que en los dos últimos meses de 2015 dijeron, junto con el nuevo gobierno, que los precios de todas las cosas ya estaban alineados con un dólar a 15 pesos.