“No nos reconocemos como trabajadores esclavos”
Cuando el calor del fuego que encendió el taller de Páez 2796 aún calentaba el hormigón del edificio, cientos de vecinos, organizaciones y sindicatos participaron de una asamblea en Flores para analizar la situación de los trabajadores textiles del barrio. El de aquella noche fue el primero de una serie de encuentros que convocan a diversos actores sociales, imantados por la tragedia que provocó la muerte de dos niños de 10 y 7 años que vivían junto a su familia en uno de los miles de talleres textiles porteños.
“En aquella época, esta obra tuvo mucha oposición”
“La verdad es que nunca se me hubiese ocurrido”, dispara Víctor Heredia, contundente, con la ocurrencia recién salida de las máquinas de impresión. Está tranquilo, sentado en la cocina de su casa de Palermo (un remanso en la jungla, casi) y la referencia es hacia el libro que presentará hoy a las 18 en la Sala Juan Rulfo del pabellón amarillo de la Rural, en el marco de la Feria del Libro. Un trabajo cuyo nombre seguramente suena y resuena (Taki Ongoy - Las lágrimas de América) pero que cambió de soporte. Mutó de forma. Lo que fue, es y será un disco tan emblemático como necesario para la cultura americana, se transformó en 155 páginas que emergen como sostén de aquellas músicas, de aquellas letras que les cambiaron la conciencia a muchos.
"En cooperativa, uno más uno da tres"
El 28 de febrero de 2015, en Roma, en ocasión del 70° aniversario de la recreación de Confcooperative, 7.000 miembros de esta Confederación tuvieron una audiencia especial con el Papa Francisco. A continuación reproducimos el imperdible mensaje del primer pontífice latinoamericano.
Queridos hermanos y hermanas: ¡Buenos días!
¡Esta última [haciendo referencia al coro] ha sido la «cooperativa» más melodiosa! ¡En hora buena!
Gracias por este encuentro con vosotros y con el mundo al que representáis: el de la cooperación.
¡Las cooperativas lo desafían todo, incluso desafían la matemática, pues, en una cooperativa, uno más uno da tres! Y, en una cooperativa, un fracaso es medio fracaso. ¡Esto es lo bonito de las cooperativas!
Talleres ilegales; camas calientes
Clandestinidad, explotación, esclavitud. Palabras que resumen pero no explican esa realidad subterránea que componen los talleres textiles escondidos en lugares insospechados de la Ciudad. Bajo los adoquines no está la playa, persiste una vida miserable en común que fabrica una comunidad forzosa, a punto de incendiarse. Ese lazo inexplicable de anónimos se anuda por un salario inexistente y una cama que nunca se enfría porque quienes caen semimuertos a dormir se turnan para descansar. Igual que en los tiempos de la Revolución Industrial. Pero sin siquiera un futuro dudoso del otro lado de las ventanas. La condena que han recibido por creer en el sueño latinoamericano es seguir produciendo en un estado de excepción permanente.
Excepción para el explotador que quiere hacer una diferencia importante en poco tiempo en el mercado de la ropa legal o trucha: el producto es el mismo, sólo cambia el precio. Excepción para el trabajador que cree estar en la antesala de algo mejor. Error. Recorren una cinta sinfín.
El fenómeno tiene un lado visible, paradójico y cruel. Tanto el mundo de la alta costura como el de los vestuarios que se enciman en los percheros de todas las clases sociales esconden esa mano esclava.
La dignidad del trabajo
Texto leído en la sesión magistral de clausura de la VI Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, llevada a cabo del 6 al 9 de noviembre de 2012 en la Ciudad de México. Para recordar al recientemente fallecido escritor, integérrimamente comprometido con las buenas causas de todos los pueblos del mundo. Y para celebrar el próximo Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores.
Migración y muerte: la globalización de la indiferencia
El nuevo naufragio de una barca de inmigrantes en el Mediterráneo resulta ser la última y más ilustrativa estación de una historia de opresión política, ataques militares y explotación económica de centros sobre periferias.
El Papa denuncia en Lampedusa la globalización de la indiferencia ante el drama de los inmigrantes ilegales
El Papa viajó a la isla italiana de Lampedusa, la «puerta de Europa» de los inmigrantes indocumentados que buscan en el continente un futuro mejor, para llorar por los que perdieron la vida en las travesías y denunció la «globalización de la indiferencia» ante esas tragedias. «Rezo por vosotros, también por los que ya no están. Os agradezco vuestra acogida», dijo este lunes el papa a las varias decenas de inmigrantes con los que departió a su llegada al puerto de la isla.
El hijo de sus días
“Yo no sé si el alma tiene alitas y sube al cielo, o cae, fulminada al infierno.
Me lo decían en la infancia.
Como no me morí, no pude comprobarlo.
En cambio sí sé, me consta, que hay palabras que viajan.”
Escribió Eduardo Galeano en este diario en este lugar cuando murió Idea Vilariño.
“El sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros.
Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud al hombre que fue muchos, al que fue nosotros y seguirá siendo en las palabras que nos dejó.”
Escribió en este diario en este lugar cuando se despedía de Juan Gelman.
Sigue entonces Eduardo en este diario en este lugar con sus palabras. “Esas palabras que, –como concluyó él mismo– dolidas y dolientes, andan por los caminos del aire.
Van en busca de queridos y querientes.”
Muere el escritor uruguayo Eduardo Galeano a los 74 años
“Somos instrumentos de las máquinas: el automóvil te maneja, la computadora te programa, el supermercado te compra, la televisión te mira. Los instrumentos que nacen al servicio de la gente terminan por poner a la gente a su servicio. Una de las pruebas de que el mundo está al revés es lo que pasa con las ciudades: fueron creadas como lugares de encuentro entre las personas y, hoy, las personas somos intrusas en estos vastos garages.”
El escritor uruguayo Eduardo Galeano, ha fallecido este lunes en Montevideo a los 74 años de edad, y será velado a partir de este martes en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, la inmensa sala de mármol en la que se celebran los actos más solemnes de la República de Uruguay. Pero los pasos de Galeano han seguido sonando en Montevideo, especialmente en la Ciudad Vieja que tanto visitaba el autor de Las venas abiertas de América Latina, donde periodistas, intelectuales, políticos o comerciantes han narrado decenas de encuentros casuales con el autor.
ESA CARTA
Poco antes de la medianoche, terminó de pasar en limpio la última copia de la Carta y se masajeó los dedos. Desde hacía algún tiempo le habían empezado a doler las articulaciones. “Artrosis”, dijo. “Pero todavía le pego a las teclas.” Nos reímos y empezamos a ensobrar las diez copias dactilografiadas con carbónico de ese texto que había comenzado a escribir tres meses atrás.
Pocas semanas antes de cumplir cincuenta años –había nacido el 9 de enero del ’27– quiso definir dos apuestas para el 24 de marzo del ’77, aniversario del primer año de gobierno de la Junta Militar: terminar el cuento “Juan se iba por el río” y difundir un documento que denunciara los crímenes de la dictadura.