Cómo el sector financiero se beneficia de la destrucción de capital real y qué conclusiones se pueden extraer
El 27 de febrero de 2010 un terremoto con una magnitud de 8,8 en la escala Richter sacudió a Chile durante tres minutos. La región más afectada fue aquella donde vive el 80% de la población chilena (CEPAL 2010: 7). Aunque el terremoto causó daños por miles de millones (USD), también existió un beneficiario tras este desastre natural: el sector financiero. Uno de los objetivos de este artículo es analizar los antecedentes de esta afirmación y qué conclusiones se pueden extraer. Este contexto será utilizado para luego explicar lo que llamamos Paradoja Inflación-Deflación, y para contribuir a una nueva comprensión de cómo el dinero es creado por bancos comerciales. El dilema que se describirá ofrece una explicación de la política de “dinero barato” que ha sido aplicada por los Bancos Centrales de casi todas las economías industrializadas en los últimos 15 años.
On February 27th 2010 an earthquake hit Chile for three minutes with a magnitude of 8.8 on the Richter scale. Worst hit was the region where 80% of Chilean populations live (ECLAC 2010: 7). Although the earthquake caused billions of dollar in damages, there is also a beneficiary from the earthquake: the financial sector. One of the aims of this article is to analyze the reasons of this, and what conclusions can be drawn. This context is then used to explain what might be called the Inflation-Deflation Paradox and to contribute to a new understanding of how money is created by commercial banks. The dilemma described offers an explanation for the policy of “cheap money” that has been applied by Central Banks of almost every industrialized economy during the last 15 years.