El crimen de la guerra
Esta guerra (Irak) no tiene a su favor ni la razón ni la ley. Queda entonces en desnuda agresión, una especie de atraco en banda de un par de potencias que siempre hicieron del colonialismo y de la explotación ajena su credo, que de por sí, para agravar el escarnio, degradan la civilización y la cultura invocando su nombre.
Su cinismo no desmerece en nada la conducta de los verdugos profesionales. Así como antiguamente la ropa de los ajusticiados pertenecía a los verdugos, el botín actual es la riqueza de las naciones sometidas por la espantosa eficacia tecnológica de las maquinarias bélicas.
Compartir en
Artículos relacionados
En un número anterior Realidad Económica tuvo el acierto -dice el autor de este trabajo- de...