El INTA y los desafíos de la gestión de la complejidad en un país heterogéneo
El sector agrícola es el sector en el que más efecto real ha tenido la consolidación del nuevo “paradigma tecnológico”, basado fundamentalmente sobre la biotecnología y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs).
Esto llevó a la aparición de nuevos sujetos agrícolas y, fundamentalmente, a un cambio en la estructura socioeconómica agropecuaria.
De esta forma, en las últimas décadas el escenario sobre el cual actúa el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) sufrió una fuerte transformación.
La tradicional “extensión del INTA” fue modificándose, volviéndose mucho más proactiva y compleja.
Asimismo, en el marco de dicho paradigma, el INTA puede proponer la tecnificación de actividades y empresas existentes y, más importante aún, la creación de un nuevo segmento de empresas productivas, denominadas “industrias tecnológicas”.
La planificación y organización de nuevas actividades y la formación de cuadros institucionales capaces de gestionar estas áreas serán críticas para evitar su desbalance y para desarrollar políticas proactivas.
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