Una sociedad donde predominen los más aptos por prepotencia de tamaño y por ausencia de regulaciones no parecería ser la sociedad que subyace el imaginario colectivo de las mujeres y hombres de nuestro país. La agresiva expansión de las grandes cadenas de supermercados, tanto nacionales como transnacionales, significaron (y significan) un fuerte cambio en el nivel de la comercialización minorista, en especial la de los alimentos. La estructura comercial se trastocó dando lugar a una reconfiguración general del sistema producción / distribución / consumo de alimentos, principalmente en las grandes ciudades del país. Este proceso que llevó en los países europeos prácticamente cinco lustros, en la Argentina alcanzó una intensidad inusitada en apenas un quinquenio (Mientras el supermercadismo crecía y se desarrollaba, los minoristas de los países industrializados iban aprendiendo a competir contra ellos, a organizarse; en cambio,