Globalización se ha convertido en un término de moda en los círculos académicos, un principio esencial de los discursos de políticos y pronosticadores financieros, un eslogan periodístico, en fin, una fatalidad a la cual nos debemos resignar y someter. La globalización divide las opiniones entre los que afirman que estamos ante una nueva era (posindustrial, poscapitalista, posmoderna) y los que se niegan a reconocer evidentes transformaciones en curso en la sociedad del capital. La disminución del trabajo asalariado, la ampliación del trabajo intelectual, la posibilidad que da el avance tecnológico de disminuir el tiempo de trabajo socialmente necesario y repartir mejor toda la riqueza socialmente producida, han motivado a diversos autores establecidos en países altamente industrializados, a proclamar la pérdida de la centralidad del trabajo en la sociedad contemporánea, y sin especificar claramente si se refieren al trabajo abstr