Las crisis recientes de la periferia
Las cinco grandes crisis de la última década se localizaron en países periféricos que afrontaron descalabros cambiarios, fiscales y monetarios simultáneos. América latina fue un foco de esta creciente vulnerabilidad, resultante de la dependencia comercial y la desarticulación industrial. Esta misma fragilidad explica los estallidos de sobreproducción en el Sudeste asiático, la regresión desindustrializadora de Rusia y la tragedia de pobreza en África.
Las crisis han sido más severas y extendidas que sus precedentes de los años ‘80, pero el impacto no se extendió a los centros. El desplome en los países dependientes fue comparable al registrado en las naciones avanzadas durante la depresión de los ‘30. Este carácter fracturado de las crisis confirmó la gravitación de la dominación imperialista en su triple dimensión económica, política y militar y también evidencia que el avance de la mundialización acentúa el subdesarrollo.
Las crisis desmintieron los postulados neoliberales y son inexplicables con las categorías del keynesianismo. En cambio la interpretación marxista esclarece por qué los efectos de la sobreproducción, la caída de la tasa de ganancia y la estrechez del poder adquisitivo fueron diferentes en el centro y la periferia. Esta visión subraya acertadamente, que las crisis han sido producto del funcionamiento intrínsecamente desequilibrado del capitalismo y no sólo efectos de la especulación financiera.