Los retrasos de la economía argentina frente a las naciones más ricas e industrializadas
La economía argentina desde mediados de la década de 1970 se rezagó notoriamente respecto de la mayoría de las economías más industrializadas y ricas del mundo. La intensidad del alejamiento es absolutamente expresiva ya que a principios de la década de los 2000 los bienes disponibles por habitante, esto es el producto bruto interno per cápita, decayeron cincuenta por ciento en relación con el crecimiento que desde 1975 contaron los estadounidenses. Una regresividad aún mayor se constata frente a la evolución del bienestar de los australianos, canadienses y suecos, a modo de ejemplo de otras economías ricas e industrializadas. No es extraño que desde mediados de la década de 1970 coincidieran con esa profunda merma dos desindustrializaciones inducidas premeditadamente desde la política económica, la de la segunda mitad de los años setenta y luego la de la década de los años noventa. Esta correlación temporal y estadística no es ajena a los determinantes causales del dilatado retraso argentino: puede demostrarse que ella es una de sus raíces centrales. Pero ese vínculo no es compartido, como válido, por todos los analistas y menos aún por los hacedores de las políticas económicas de entonces.