Notas sobre la evolución de la distribución del ingreso, el consumo popular y el consumo superior
La Argentina de los ricos no sólo es injusta sino que debilita y distorsiona la capacidad de crecimiento de la economía. Si hubiera mejores y mayores políticas públicas de transferencia de ingresos a los sectores populares, la composición del consumo cambiaría a favor de la demanda popular. Esto reduciría el componente de importaciones, requeriría de la ampliación de la oferta de bienes-salario y podría empalmarse con un nuevo proyecto productivo. Medido a valores corrientes o a valores constantes entre el 56% y el 62% del consumo privado total es gobernado por ingresos dependientes de distintas formas de renta. Dicho de otro modo, sobre una población económicamente activa que supera los 16 millones de personas, el consumo aparece determinado en su comportamiento por los ingresos que perciben solo 681.836 personas, es decir el 3.8% del total.