Regiones agroexportadoras, complejos alimentarios y producción familiar
En los ámbitos rurales de América latina se están experimentando, en el marco del proceso de globalización en marcha, cambios acelerados que se caracterizan por la intensificación del dominio del capital multinacional sobre el agro, expresado en la difusión de diversas formas de flexibilización laboral, del aumento de la pluriactividad y de la profundización de la articulación subordinada de los productores a las cadenas agroalimentarias en las que predominan los controles externos y las decisiones provenientes de las grandes empresas transnacionales, del deterioro/expulsión de los productores familiares, de la reconfiguración territorial y la redefinición de los actores sociales en escala local, entre otros. Este trabajo se propone presentar el caso de la actual reestructuración en la agroindustria frutícola de la cuenca del río Negro, donde la modernización productiva y la profundización de la integración conlleva la subordinación diferencial de los productores familiares –chacareros- a los eslabones industriales y comerciales. Sus respuestas consisten en distintas estrategias: arriendo, venta de fruta de descarte a industria, diversificación con agricultura de contrato, toma de créditos, venta directa en ferias. Hay también resistencias de las organizaciones gremiales y movimientos sociales locales de productores familiares ante el riesgo de desaparición como productores. Los reclamos locales se sitúan entre espacios de competitividad y viabilidad económica de los actores del circuito, entre economía regional y globalización. Un resultado fundamental identifica que en la negociación local de las políticas sectoriales, las demandas de los chacareros se sustentan sobre la distinción entre productores autodefinidos como viables y pobladores inviables; mientras tienen poca relevancia las políticas alternativas para el subsector de los productores familiares con mayores dificultades para autosostener la modernización globalizada