Soberanía alimentaria y agricultura familiar. Oportunidades y desafíos del caso argentino.
En la actualidad el mundo atraviesa una crisis alimentaria de grandes proporciones. El informe 2009 sobre el estado de la inseguridad alimentaria de FAO estima que “hay 1.020 millones de personas subnutridas en todo el mundo. Esta es la mayor cifra de personas hambrientas desde 1970 y significa un empeoramiento de las tendencias insatisfactorias presentes ya antes de la crisis económica” (FAO, 2009).1 Para el caso de la Argentina, este trabajo plantea algunas disyuntivas e hipótesis acerca de la posibilidad de una relación virtuosa entre soberanía alimentaria y agricultura familiar. Se vislumbra en esta cuestión un futuro con amplias y diversificadas demandas sociales, económicas, políticas, culturales e institucionales esultantes de: (a) la crisis alimentaria en el nivel mundial; (b) el mayor reconocimiento que la agricultura familiar (AF) está adquiriendo; (c) la presencia de un Mercosur con potencialidad en la producción de alimentos y con predominio de agricultores familiares; y (d) la existencia de realidades nacionales frecuentemente surcadas por conflictos internos resultantes de demandas insatisfechas, muchas de ellas provenientes, precisamente, del ámbito de la AF y asimismo de población con riesgo alimentario. En el ámbito del Mercosur se está dando con mayor intensidad un proceso de discusión y conformación de políticas públicas, nacionales e internacionales que vinculan AF, seguridad y soberanía alimentaria. Por ello consideramos importante contribuir con nuevas reflexiones a esta discusión, más aún en un contexto de crisis alimentaria, en un marco de perspectivas conflictivas en el campo agroalimentario (tanto mundial, como nacional) y dada la marginalidad de la AF frente al avance del agronegocio.