Un análisis geoeconómico de las relaciones internacionales. Desde lo coyuntural hasta lo estructural
La llamada crisis financiera evidencia las tensiones económicas que se vienen desarrollando hace décadas con los déficits gemelos que presenta Estados Unidos. El mayor acreedor mundial de la superpotencia occidental es China que, comprando dólares y bonos, ayuda a mantener el valor de la moneda hegemónica, permitiendo el financiamiento de la población estadounidense por encima de sus posibilidades y el mayor gasto -desde finales de la segunda guerra mundial- en el complejo industrial-militar en 2007. El rol del dólar se transforma en la piedra angular para Estados Unidos, presentándose dudas sobre su sostenibilidad en el mediano/largo plazo. La influencia de China en el escenario de América latina junto con la vinculación tradicional de Estados Unidos en su “patio trasero” plantea la necesidad de repensar modelos de desarrollo regional y su articulación con los tradicionales socios (países centrales) o nuevos lazos (pero iguales) con el flamante socio asiático.