La provincia de Neuquén es una de las unidades políticas dependientes de la economía petrolera.1 Las disputas y negociaciones constituyen capítulos de la “Petropolítica” neuquina, cuya fase más intensa surge con las privatizaciones de la era menemista. Desde entonces, como en el resto de la Patagonia, hacer política consiste en negociar prórrogas de contratos de concesiones de áreas hidrocarburíferas a cambio de aportes extraordinarios, o reclamar ante el Poder Ejecutivo nacional
mejores precios del gas y del petróleo, origen de sus regalías.