¿La etiqueta del futuro? 'Creado en China'

CRI

Diversas estadísticas afirman que más de 100 productos Hechos en China figuran en los primeros lugares de ventas en el mundo, y que más de la mitad de las cámaras de video, un 30% de los televisores y acondicionadores de aire, un 25% de las lavadoras y un 20% de las heladeras vendidos en el mundo son hechos en China. Aunque a partir de los años 90 del siglo XX, el sector manufacturero ha soportado en gran medida el desarrollo económico de China, creando puestos de trabajo y generando ingresos fiscales y reservas de divisas, en la actualidad los productos 'Hechos en China' deben por fuerza dar paso a los 'Creados en China'.

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El dilema del 'Hecho en China'

Un reproductor de DVD cuyo precio de exportación es de 32 dólares cuesta 13 dólares producirlo y 18 por pago a la compañía extranjera poseedora de la patente. Aunque el producto lleve la etiqueta 'Hecho en China', un simple cálculo demuestra que los productores chinos sólo obtienen un dólar de ganancia por su trabajo. A los productores de equipos de MP3 les va un poco mejor, con un promedio de ganancia de 1,5 dólares por unidad después de descontar el costo de producción y el pago de patente. 'Esto es un fenómeno común en el sector manufacturero de estos días', expresa Liu Qingfeng, presidente de la Compañía Limitada iFLYTEK de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China de Anhui.

Sun Shuyi, vicepresidente de la Confederación de la Economía Industrial de China, indica que a pesar de la potencialidad productiva de China, son 'muchas las compañías chinas que se dedican sólo al procesamiento y operaciones de ensamblaje. Por tanto, es más preciso llamar China 'taller mundial' que 'fábrica mundial''.

Debido al bajo valor agregado y el limitado margen de negocios, las empresas chinas ganan sólo por el 'costo de procesamiento', que es generalmente inferior al 10% del precio del producto. Lo que dota a los productos chinos de un margen competitivo es su bajo precio, por lo cual los fabricantes se ven obligados a concentrarse en la producción masiva de productos de baja calidad, con el fin de ser rentables. Para expresarlo con más exactitud, se dice que el país necesita vender 8 millones de camisas para comprar un avión Boeing.

Por mucho tiempo el sector manufacturero fue el sostén de la prosperidad económica de China, sin embargo, efectos negativos tales como la grave contaminación y la baja eficiencia comienzan a pesar sobre las operaciones de una industria que se resiente asimismo bajo los continuos aumentos de los precios del carbón, la electricidad y el transporte.

Transformación

'La inversión internacional fluye hacia los países de mano de obra barata, entre los cuales descuella China', dice Liu Qingfeng. 'Sin embargo, China no debe depender solamente de esta ventaja, ya que si aumenta el costo de la mano de obra, la inversión fluirá hacia otro país de mano de obra más barata. Si esto ocurre, las empresas chinas, carentes de tecnología actualizada, perderán incluso la oportunidad de hacer el trabajo manual para los extranjeros', apunta Liu. Por lo tanto, las compañías chinas deben buscar otras ventajas competitivas, como la innovación tecnológica, con el fin de mantener beneficios económicos en el futuro.

Sun Shuyi cree que las estrategias claves para el aumento de la competitividad consisten en optimizar y actualizar la estructura industrial y mejorar el nivel científico y tecnológico industrial. Además, las compañías chinas tienen que mejorar la calidad de los productos hechos en el país, de modo que logren construir marcas famosas mundiales capaces de competir con las de compañías extranjeras en los mercados nacional e internacional.

La creación de una marca, sin embargo, es un gran desafío para muchas empresas chinas. Muchas de ellas carecen de tecnología de núcleo avanzadas que garanticen la alta calidad que distingue a las empresas triunfantes de hoy. Una de las compañías chinas que ha tenido éxito en la creación de su propia marca es el Grupo Hisense de Qingdao, una empresa electrónica especializado en televisores de plasma. Zhou Houjian, presidente del consejo del Grupo Hisense, asegura que 'la próxima fase de competición entre los productores de aparatos electrodomésticos se concentrará en las tecnologías de núcleo. Los consumidores de hoy prefieren productos de alta calidad en lugar de los baratos'.

No todas las empresas chinas enfrentan esta tendencia comercial bajo presión de la tecnología dominante. Hay embriones de pequeñas compañías de tecnología punta, pero de rápido crecimiento, concentradas en zonas de las ciudades pequeñas del país. Uno de estos lugares es el conocido Parque Científico y Tecnológico de Zhongguancun, en Beijing, la primera zona de tecnología punta de nivel estatal, cuyo ingreso anual representa una séptima parte del ingreso total de todos los parques de alta tecnología de la parte continental de China. Ren Ranqi, subdirector del Comité de Administración del parque, señala: 'Los empleados que trabajan en Zhongguancun son inteligentes, altamente calificados e innovadores. Nuestras industrias se basan en la capacidad intelectual'.

Las compañías de la zona han desarrollado numerosos productos de innovación. Quizás el producto 'Creado en China' más exitoso hasta el presente sea los Cmos Chip Chinos. Más de dos mil tipos de estos chips, desde Vimicro VXP V a ARK RISC CPU, están en el mercado de todo el mundo y tienen la 'propiedad intelectual de China'. El 2004 fue un año exitoso, particularmente para los innovadores e investigadores de Zhongguancun. Las compañías chinas crearon varias tecnologías y productos avanzados en ese año, incluyendo la próxima generación de cable superconductor para Internet y un combinado inactivo para vacunas contra del síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS). Además, un reportaje del Ministerio de Ciencia y Tecnología de China predice que el país tendrá importantes avances en ocho áreas de tecnologías núcleo en la próxima década, y Zhongguancun cuenta con la capacidad de investigación y desarrollo de siete de ellas.

El sur del país también está reajustando su estrategia de desarrollo para el sector electrónico, para lo cual está enfrascado en una verdadera revolución tecnológica. Uno de los líderes en este sentido es el poblado de Shijie, en la ciudad de Dongguan, provincia de Guangdong, que ya ha formado su marco de desarrollo para productos informáticos con sus propias marcas y propiedad intelectual. Lin Fangshu, presidente de la Compañía Yaxin de Taiwan, expresó: 'En 2000, Yaxin trasladó sus departamentos de investigación y desarrollo de fuentes energéticas al poblado de Shijie, y ahora cuenta con más de 100 investigadores en este departamento. Nuestro objetivo es desarrollar nuestra propia marca, y competir, y ganar, en el mercado internacional'.

Es menester reconocer siempre la potencialidad de ventas de las buenas marcas nacionales. Los mercados europeos y americanos han estado repletos de marcas de fama mundial por décadas. Cuando los consumidores saben que un producto de alta tecnología fue 'Hecho en Alemania', o un par de zapatos está 'Hecho en Italia', o un reloj 'Hecho en Suiza', se sienten confiados de la alta calidad del producto. Detrás de cada etiqueta en estos casos hay largos años de duro bregar, laboriosidad y dedicación. La buena reputación no se improvisa en un día.

China debe dedicar esfuerzos similares para construir sus propios productos de alta tecnología y reputación. Aunque el 'Hecho en China' sea actualmente sobre todo un sinónimo de mercancías baratas y baja calidad, o de algo hecho con tecnología foránea, debemos colocar todas nuestras esperanzas y esfuerzos en el 'Creado en China,' para que en un futuro no lejano se convierta en el santo y seña de buena fama.

Fuente: Argenpress

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