No llores por mí, Buenos Aires
Según monseñor Bergoglio, Buenos Aires no ha llorado lo suficiente la tragedia de Cromañón. Es cierto. Buenos Aires no has llorado los últimos 300 días, los últimos 30 años, las 30.000 voces de desaparecidos.
Tu corazón está duro. Ya no conoces del arrepentimiento. Tu City, tu asfalto, tus gobernantes y tus sumos sacerdotes te acompañan en el cinismo. No lloras hoy porque no lloraste hace 50 años cuando el fuego y las bombas destruyeron no sólo la Plaza de Mayo, sino los templos verdaderos: los cuerpos de hombres, mujeres, niños, palomas destrozados por el odio.
Odio bendecido con óleo sagrado de casi todos tus templos con invocaciones a Cristo para perseguir y prohibir a los desposeídos.
Tú, ciudad cínica, diste bendición cristiana invocando en falso el nombre de Dios a los Señores de la Muerte. Y a los ministros planificadores del hambre les diste su Tedéum ofendiendo no sólo al Padre de la Patria, sino también a Dios Padre. No, no lloras lo suficiente porque olvidando las palabras de Cristo negaste amparo a las viudas y a las Madres que buscaban hijos arrancados por el odio. Y cerraste la puerta de la Catedral, la casa del Señor.
Buenos Aires, ciudad del Plata, tanto te has maldecido si hasta invocan a Dios los que acompañaron con túnicas y con rezos vacíos, cual sepulcros blanqueados, tu desvergüenza.
Un tal Carlitos Mugica puede atestiguarlo.
Fuente: Clarín