La futura bolsa de petróleo iraní
El gobierno de Teherán decidió recientemente abrir durante el primer semestre de 2006 una Bolsa Iraní de Petróleo basada en un mecanismo de pago en euros. En términos económicos eso representa una amenaza mayor a la hegemonía del dólar
Autor: Krassimir Petrov
Economista búlgaro, profesor de la American University de Sofía
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Una nación-Estado cobra impuestos a sus ciudadanos mientras que un imperio se los cobra a otras naciones. La historia de los imperios, desde los griegos y romanos hasta los otomanos y británicos, enseña que su base económica radica en el cobro de tributos a los pueblos sometidos y ello es así porque su economía es la más fuerte y en consecuencia su ejército es el más poderoso. Una porción de estos impuestos se destinaba a mejorar el estándar de vida del centro imperial y la otra al fortalecimiento de una dominación militar necesaria para asegurar dichos ingresos tributarios.
A lo largo de los siglos los tributos arrancados a los pueblos oprimidos tomaron diferentes formas: generalmente oro y plata, pero también esclavos, soldados, cosechas, ganado, recursos naturales, en suma, cualquier bien económico que el imperio demandaba y sus súbditos podían enviar. Los impuestos imperiales siempre han sido directos: la nación sometida entregaba los bienes económicos directamente al imperio, pero por primera vez en la historia durante el siglo XX los EEUU obtuvieron ese tipo de ingresos de manera indirecta a través de la inflación. No impusieron el pago de impuestos como lo habían hecho los imperios precedentes, sino que distribuyó su propia moneda, el dólar estadounidense, a otras naciones a cambio de bienes, con la consecuencia deseada de inflar y devaluar esos dólares y pagar más tarde cada dólar con bienes de menor valor económico, la diferencia "capturaba" el tributo imperial.
UN POCO DE HISTORIA
A comienzos del siglo XX los EEUU comenzaron a dominar la economía mundial, el dólar estaba ligado al oro y por lo tanto su valor no aumentaba ni disminuía, representaba siempre la misma cantidad de metal precioso. Sin embargo, la Gran Depresión de 1930 y la inflación de 1921 a 1929 habían incrementado sustancialmente la cantidad de dinero en circulación sin un paralelo incremento en las existencias de oro; por consiguiente, el respaldo en oro de los dólares se fue debilitando, lo que empujó al presidente Roosevelt a desvincular al dólar del oro en 1932. Hasta ese momento los EEUU eran una de las economías dominantes a nivel mundial pero no un "Imperio" (desde el punto de vista económico) en el sentido clásico del concepto, porque no podían obtener beneficios haciendo circular dólares con valor decreciente en relación con el oro.
Económicamente, el "Imperio estadounidense" nació con Bretton Woods a mediados de la década de 1940 a partir de allí el dólar no fue totalmente convertible en oro sino de manera parcial, el cambio se efectuaba cuando los gobiernos extranjeros poseedores de dólares lo demandaban. De ese modo el dólar se convirtió en la moneda mundial de reserva … gracias a que durante la Segunda Guerra Mundial los EEUU suministraron a sus aliados mercancías que éstos pagaron con oro que fue así acumulado por la potencia extra europea emergente.
Un imperio no hubiera sido posible si, siguiendo los Acuerdos de Bretton Woods, el suministro de dólares se hubiera mantenido limitado a las posibilidades reales de oro por parte de los norteamericanos. Sin embargo, la política de "armas-y- manteca" de la década de 1960 fue una política imperial: el suministro de dólares fue implacablemente incrementado para financiar la guerra de Vietnam y la gran sociedad opulenta que proclamaba el presidente Lyndon B. Johnson. Una avalancha de dólares fue enviada al exterior a cambio de bienes económicos, sin la posibilidad de recuperar dichos dólares a su valor anterior.
El incremento de dólares en manos de extranjeros a través del persistente déficit comercial de EEUU fue el equivalente a un impuesto inflacionario que un gobierno impone a sus propios ciudadanos, pero en este caso la víctima era el resto del mundo.
Cuando en 1970/1971 los extranjeros demandaron oro a cambio de sus dólares el gobierno de EEUU decidió dejar de pagar el 15 de agosto de 1971. Los libros de historia dicen que eso "cortó el lazo entre el dólar y el oro", en realidad la negativa de devolver el oro fue un acto de bancarrota por parte del Estado Norteamericano.
EL IMPERIO
En realidad los EEUU se estaban comportando como un "Imperio", habían extraído una gran cantidad de bienes económicos al resto de la humanidad sin intención ni capacidad para devolver bienes de valor similar, fue una imposición que el resto del mundo tuvo que aceptar. A partir de allí los norteamericanos continuaron con esas extracciones, verdaderos tributos imperiales, forzando al mundo a aceptar sus dólares en continua desvalorización a cambio de bienes económicos, inundando de ese modo al planeta con esos billetes depreciados. Tuvo que darle al mundo una razón económica para que los acepte, esa razón fue el petróleo.
Desde 1971, quedó claro que el gobierno de los EEUU no iba a ser capaz de recomprar de nuevo sus dólares con oro, pero en 1972/73 concretó un duro acuerdo con Arabia Saudita: los norteamericanos apoyaban el poder de la familia real de ese país a cambio de que éste aceptara únicamente dólares estadounidenses por su petróleo. El resto de las naciones que integraban la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) tuvo que imitar esa decisión y pasó a aceptar únicamente dólares, y como el mundo estaba obligado a comprar petróleo a los países petroleros árabes no tuvo más remedio que amontonar moneda estadounidense.
Y como el consumo global de petróleo creció a precios cada vez más altos, la demanda mundial de dólares siguió aumentando a pesar de que dicha moneda ya no podía ser intercambiada por oro, su función principal era la compra de petróleo.
La esencia económica de este arreglo fue que el dólar estaba respaldado con petróleo, mientras este fue el caso, el mundo tuvo que acumular cantidades cada vez mayores de dólares. En tanto el dólar era el único medio de pago de petróleo su dominio sobre la economía mundial estaba asegurado y los EEUU podían seguir cobrando sus impuestos imperiales. Si por alguna causa el dólar hubiera perdido su respaldo petrolero, el Imperio norteamericano habría dejado de existir al perder su capacidad para extraer tributos al resto del mundo a través del mecanismo que lo obligaba a acumular volúmenes crecientes de dólares.
En consecuencia la supervivencia del Imperio dependía de que el petróleo solo podía ser comprado con dólares, lo que estaba vinculado con el hecho de que las reservas de hidrocarburos se encontraban dispersas en varios Estados débiles incapaces para exigir que el pago de su materia prima se realizara en otras monedas. Si alguno de ellos llegaba a proyectar formas diferentes de pago era inmediatamente persuadido a través de medios políticos o militares para que cambiara de idea.
EL DESAFÍO DE SADDAM
El primero que realmente se propuso vender petróleo a cambio de euros fue Saddam Hussein en el año 2000. Al principio su propuesta fue ridiculizada , luego ignorada, pero cuando quedó claro que su decisión era seria y que su impacto económico podía llegar a ser significativo se le aplicó sin éxito una fuerte presión política para que modificara su posición. Pero además otros países empezaban a ser contagiados por esas ideas lo que generó un enorme peligro para el reinado del dólar … entonces la acción punitiva se puso en marcha.
La invasión a Irak no fue causada por la supuesta amenaza nuclear de Saddam, ni por la voluntad de defender los derechos humanos o imponer la democracia de tipo occidental, tampoco su objetivo fue el control directo de los campos petroleros; se trató sobre todo de defender al dólar, es decir, la base del Imperio norteamericano, realizando un castigo ejemplar que sirviera de lección para todos aquellos que proyectasen sobrar sus exportaciones petroleras en monedas diferentes al dólar.
Muchos han acusado a Bush de realizar la guerra contra Irak con el fin de apoderarse de su petróleo, sin embargo esos críticos no pueden explicar la razón ineludible que lo obligó a apoderarse de esos yacimientos corriendo el riesgo (que se demostró real) de sumergirse en una guerra interminable cuando estaba en condiciones de obtener todo el petróleo que necesitar imprimiendo papeles (dólares) a costo casi cero. Tiene que haber existido otro motivo para que se embarcara en semejante aventura. La historia enseña que los imperios deciden lanzarse a una guerra por una de las siguientes causas: 1) para defenderse, o 2) para sacar algún beneficio. Porque un beneficio militar, tal como lo explica Paul Kennedy en su obra magistral "Ascenso y caída de las grandes potencias", drena sus recursos económicos y puede precipitarlo hacia el colapso.
Económicamente hablando, para que un imperio inicie y prosiga una guerra sus beneficios esperados deben superar sus costos militares y sociales, las ganancias de los campos petroleros de Irak difícilmente valgan los altos costos de esta prolongada intervención militar. En realidad Bush fue a la guerra para defender su Imperio; dos meses después de que los EEUU invadieran Irak, el Programa Petróleo por Alimentos (acordado entre Irak y las Naciones Unidas) fue liquidado y las cuentas iraquíes en euros cambiadas de nuevo a dólares, y el petróleo fue vendido una vez más únicamente en dicha moneda. El mundo ya no pudo comprar petróleo de Irak con euros, la supremacía global del dólar fue restaurada una vez más. Bush descendió victoriosamente de un avión de combate y declaró cumplida su misión, había defendido exitosamente al dólar es decir al imperio norteamericano.
LA BOLSA IRANÍ DE PETRÓLEO
El gobierno de Teherán decidió recientemente abrir durante el primer semestre de 2006 una Bolsa Iraní de Petróleo basada en un mecanismo de pago en euros. En términos económicos eso representa una amenaza mayor a la hegemonía del dólar que la que en su momento significó la de Saddam, porque permitirá a cualquiera comprar o vender petróleo a cambio de euros, pasando por encima del dólar.
Si ello se concreta, la tendencia a la adopción de esa nueva modalidad será avasalladora a escala mundial.
Los europeos no estarán más obligados a adquirir y almacenar dólares para asegurar sus compras de petróleo, lo podrán hacer con su propia moneda. La adopción del euro para transacciones de petróleo le proveerá automáticamente a Europa reservas en detrimento de los norteamericanos.
Los chinos y los japoneses estarán especialmente interesados en adoptar la nueva modalidad porque les permitirá disminuir drásticamente sus enormes reservas en dólares diversificándolas con euro, por lo tanto protegiéndose contra la depreciación de la moneda estadounidense (conservarán sólo una porción de sus dólares actuales).
Los rusos tienen intereses económicos directos que los llevarán a adoptar el euro, el grueso de su comercio es con los países europeos, las naciones exportadoras de petróleo, China y Japón. Por otra parte los rusos detestan acumular dólares que se están depreciando y han adherido recientemente a una nueva religión: el oro. Además ha renacido su viejo nacionalismo y si la adopción del euro desestabiliza a los norteamericanos, lo harán con placer contemplando como el Imperio se desangra.
Los países árabes exportadores de petróleo adoptarán el euro con sumo placer diversificando sus divisas y reduciendo el riesgo de acumular una creciente montaña de dólares depreciados. Al igual que en el caso de los rusos, su comercio se realiza principalmente con Europa, por lo tanto preferirán la moneda europea por su estabilidad, sin mencionar la "jihad", la Guerra Santa contra el Enemigo Infiel.
Sólo los británicos se encontrarán entre la espada y la pared: ellos han tenido desde hace mucho tiempo una asociación estratégico con los EEUU, pero también desarrollan sus lazos naturales con Europa. Hasta ahora han sido los aliados del "ganador" norteamericano; sin embargo, cuando vean que los EEUU está a punto de caer … ¿conservarán su vieja lealtad hacia el viejo socio o le darán el golpe de gracia?.
De todos modos no debemos olvidar que actualmente las dos bolsas petroleras líderes son las de Nueva York (NYMEX) y la de Londres (IPE), ambas bajo control norteamericano. Lo más probable es que los británicos se hundan aferrados al bote imperial: si hicieran lo contrario estarían disparando contra sí mismos al afectar los intereses del IPE de Londres.
Vale la pena notar que toda la retórica oficial inglesa acerca de la supervivencia de la libra esterlina se deba probablemente a fuertes presiones estadounidenses, de otra manera la IPE de Londres tendría que haber cambiado a euros, hiriendo de muerte al dólar y a su socio estratégico.
LA DEFENSA IMPERIAL
Pase lo que pase, más allá de las decisiones de Inglaterra, la concreción de la Bolsa petrolera iraquí acelerará la ofensiva de los europeos, rusos, chinos, japoneses y árabes que adoptarán con entusiasmo al euro sellando así el destino del dólar. Los norteamericanos "no pueden" permitir que esto suceda, y si es necesario utilizarán un vasto conjunto de estrategias para detener o entorpecer la operación en marcha, entre ellas podemos mencionar las siguientes:
1.Sabotear el funcionamiento de la Bolsa iraní , por medio de virus informáticos, ataques a redes, comunicaciones o a un servidos o un ataque del tipo "11 de septiembre" en ubicaciones principales del sistema.
2.Golpe de estado en Irán, esta es de lejos su mejor estrategia a largo plazo.
3.Negociar un acuerdo aceptable para ambas partes que signifique limitar de manera significativa la operatoria de la Bolsa. Esta es otra excelente solución para los norteamericanos. Por supuesto, el golpe de Estado es claramente la estrategia preferida, porque aseguraría que la Bolsa no opere del todo sin comprometer a la Casa Blanca en negociaciones o acciones turbias. Sin embargo, si los intentos de sabotaje o golpe fallan, entonces negociar es la segunda mejor opción posible.
4.Obtener una resolución de guerra contra Irán por parte de las Naciones Unidas, muy difícil de lograr dados los intereses concretos de los otros miembros del Consejo de Seguridad.
5.Ataque nuclear unilateral. Decisión estratégica terrible por todas las razones asociadas con la siguiente estrategia: la de guerra total unilateral. Los norteamericanos usará probablemente a Israel para hacer ese trabajo sucio nuclear.
6.Guerra total unilateral. Esta es obviamente la pero elección estratégica, primero porque los recursos militares estadounidenses ya han sido agotados en las dos guerras en curso (Irak y Afganistán). Segundo porque los norteamericanos van a exasperar a otras (poderosas) naciones. Tercero, porque los países que más cantidad dólares tienen pueden decidir vengarse silenciosamente vaciando sus propias montañas de moneda imperial impidiendo asé que los EEUU sigan financiando sus propias aventuras militares. Finalmente, porque Irán tiene alianzas estratégicas con otras potencias que pueden llegar a intervenir en dicha guerra (Irán ha establecido acuerdos con China, India y Rusia, conocido como el Grupo Cooperativo Shangai, y un pacto por separado con Siria).
Cualquiera sea la decisión, desde un punto de vista puramente económico, si la Bolsa petrolera iraní se pone en marcha es altamente probable que encienda el entusiasmo de grandes potencias del planeta (en medio de la desesperación imperial) precipitando el ocaso del dólar.
LA DECADENCIA DEL DÓLAR
El colapso del dólar acelerará dramáticamente la inflación en los EEUU y presionará hacia arriba sus tasas de interés de largo plazo. La Reserva Federal se encontrará sometida a un trágico juego de pinzas, entre la deflación y la hiperinflación, entonces podría verse forzada a tomar su "clásica medicina" deflacionaria, subiendo las tasas de interés y, por lo tanto, induciendo a una mayor depresión económica, un colapso en bienes raíces y una implosión de bonos, acciones y mercados de alta especulación como el meganegocio de productos financieros "derivados". La opción alternativa es la adopción del camino fácil de la inflación inundando de liquidez al mercado
La historia y la teoría del ciclo económico nos enseñan que no existe un punto medio entre ambas opciones. No cabe ninguna duda de que el "comandante en jefe" de la Reserva Federal, Ben Bernanke, renombrado especialista académico de la Gran Depresión de 1930 y piloto adepto a los helicópteros de combate Halcón Negro, elegirá la inflación. La prensa suele llamarlo "Heliopter Ben" desde que proclamó que: "si se llegaran a producir fenómenos deflacionarios deberemos si es necesario arrojar desde helicópteros dólares a nuestros ciudadanos". Esa es al parecer la lección que sacó de sus estudios sobre la Gran D0epresión y el poder devastador de la deflación. Sus maestros le han enseñado cómo resolver de manera simple la crisis financiera en marcha: inflar sin preocuparse por las consecuencias. En el pasado asesoró a los japoneses enseñándoles sus métodos ingeniosos, no convencionales, de lucha contra la trampa deflacionaria y los inviernos cíclicos.
Para impedir la deflación va a recurrir a la imprenta, produciendo enormes masas de dólares, tal vez llenando todos los helicópteros de las 800 bases militares de los EEUU en el extranjero; y, si es necesario, va a monetizar todo lo que se le cruce en el camino. Su último logro será la destrucción hiperinflacionaria de la moneda norteamericana y de sus cenizas surgirá la próxima moneda de reserva del mundo, esa que los bárbaros llaman oro.
Las hiperinflaciones, sin embargo, no suceden en un instante, generalmente el fenómeno madura durante varios años antes del colapso final. La hiperinflación de la República de Weimar, en Alemania, comenzó alrededor de 1920 y terminó en 1923 con la destrucción total de la moneda de dicha nación. Similar fue el destino de algunos países post-comunistas: a Rusia y Bulgaria les tomó de 7 a 8 años hiperinflar sus monedas antes de que fueran destruidas.
Sin embargo, dado que el dólar es la moneda de reserva del mundo, su hiperinflación será muy diferente de todas las de la historia.
Por un lado existen decenas de billones de dólares de deudas, varias centenas de billones de dólares en instrumentos financieros y, como la cantidad de moneda (dólares) para cubrir esa masa es actualmente muy pequeña, la hiperinflación que se avecina será necesariamente de proporciones épicas.
Por otra parte, es muy probable que los principales bancos centrales del mundo luchen con dientes y uñas para sostener al dólar, tratando así de evitar el colapso del sistema financiero global lo que haría evaporar sus reservas dolarizadas. Con ese fin tal vez elijan apoyar al dólar inflando sus propias monedas lo que precipitaría el desorden general.
Cualquiera se la velocidad de la hiperinflación, los norteamericanos comunes tendrán pocas opciones para protegerse: durante las crisis la primera inclinación de la gente es resguardarse en monedas "estables" de países vecinos, como puede ser en este caso el dólar canadiense, pero su disponibilidad será limitada y complicada ya que tendrán que superar fuertes controles gubernamentales . Luego la población de manera instintiva convertirá las monedas hiperinfladas en activos tangibles como tierras y bienes raíces, pero los vendedores se negarán a aceptar la moneda hiperinflada y rápidamente desaparecerán del mercado. Habiendo agotado opciones significativas para protegerse, la gente común tendrá poca elección y convertirá sus dólares en monedas duras como el oro y la plata y, por lo tanto, empujando sus precios mucho más arriba.
Además los bancos centrales no tendrán más opción que la del oro porque en tiempos de crisis temen el riesgo inherente de toda moneda sin respaldo, por otra parte no es práctico para dichas instituciones tener bienes raíces y tierras. En consecuencia no tendrán otra alternativa que convertir velozmente sus reservas en la única moneda dura conocida por el hombre: el oro. Históricamente cuando llegan épocas turbulentas, el oro es el último bastión seguro, cuando la gente y los bancos centrales corren en estampida hacia el metal precioso, su valor siempre va por las nubes. Esta vez no será diferente.
Fuente: ENFOQUES CRÍTICOS - MAYO