Los desafíos de la Argentina Post Canje
Vamos a compartir algunas reflexiones a partir de los hechos que sucedieron. Podríamos tomar por un camino distinto y decir que no tendría que haberse hecho ninguna negociación ni que haber habido canje, etc donde el análisis sería otro. Lo que vamos a intentar aquí es analizar qué pasó, qué efectos tiene de verdad ese canje y qué creemos que puede pasar a partir de esta nueva o no nueva situación que se ha creado.
Lo primero que se me ocurre que tendríamos que decir tiene que ver con el canje en sí mismo. Recuerdan que todos los pronósticos señalaban una situación diferente, incluso se hablaba de la condicionalidad que tenía el canje, que si no se lograba una cifra superior al 70 % y cercana al 80 % no iba a haber consideración por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). El Gobierno argentino se negaba a comprometerse a una cifra - por lo menos aparentemente - y decía que eso se iba a ver en el desarrollo. Y, de todos lados, los especialistas, gurues, los medios especializados internacionales, la fuerte presión que hacían los fondos buitres incluso actuando sobre los medios, las continuas declaraciones que escuchábamos de funcionarios del FMI, etc., hacían suponer un nivel de aceptación inferior.
La primer sorpresa que depara ante la opinión pública la operación del canje es el altísimo nivel de aceptación - poco más del 76 % - por parte de los fondos que estaban en manos de los tenedores de bonos. La estrategia oficial fue intentar convencer a esos tenedores de bonos de que no iban a existir nuevas mejoras a las condiciones que se habían ofrecido. También esto fue motivo de muchísima polémica. Nuevamente escuchábamos a los gurues opinando sobre la necesidad de que el gobierno flexibilizara su actitud y hacer una propuesta realista. Según los señores del FMI la propuesta tenía que ser amigable, entonces uno preguntaba ¿con quién debía ser amigable? Porque generalmente lo que es amigable para unos es en desmedro de otros. El Gobierno siguió en esa postura, incluso envió una ley al Congreso según la cuál impedía al Poder Ejecutivo a otorgar beneficios adicionales.
Desde luego, y vamos a repetirlo, a partir de mejoras que ya había dado a su propia propuesta original - la llamada Propuesta de Dubai - en la que también el gobierno dijo que no se iba a mejorar, que era inamovible, donde apareció la famosa quita del 75 % y luego vino lo que se llamó la Propuesta de Buenos Aires que fue una propuesta donde los plazos se acortaron, las tasas se aumentaron y apareció el famoso cupón vinculado con el crecimiento, que fueron los tres grandes temas que diferenciaron a esta nueva propuesta de la original.
En el marco de todo eso, a la estrategia del gobierno ayudó el cambio de las condiciones financieras internacionales a partir de descensos marcados del rendimiento de los bonos del tesoro de los EEUU, de las primas de riesgos de los bonos de los Países Emergentes, etc. Todo esto fue convirtiendo a la oferta argentina en una oferta de cierta atracción para los inversores. Se llegó entonces a la solución que conocemos: una quita importante del orden del 67 % en términos de valor presente - la mayor quita real que se obtuvo comparada con el resto de las reestructuraciones recientes: Rusia, Ucrania, Ecuador, Uruguay, etc. - que significa una reducción en el monto total de la deuda de cierta importancia.
Dicho en números: antes del default la deuda era de 145.000 millones de dólares, siguió creciendo hasta los 182.500 millones como consecuencia de toda la emisión de deuda post default y la acumulación de intereses devengados impagos (es decir, otra cosa que se había dicho en la Propuesta de Dubai es que los intereses durante la cesación de pagos no se iban a pagar).
En la actualidad, luego del canje, hay discusión sobre cuánto es el nivel de la deuda porque hay ciertos condicionamientos que tenemos que puntualizar . Si contamos los 20.000 millones de dólares que no entraron en el canje - y los contamos a valor nominal - podríamos decir que la deuda está en los mismos niveles que antes de la entrada al default: 144.900 millones que es prácticamente lo mismo que antes de la entrada del canje (145.000). Si consideráramos que esa deuda en default - la parte del 24 % de bonistas que no aceptaron - tendría una quita igual a la del resto de los bonistas, podemos decir que la deuda estaría en 131.000 millones de dólares. De ahí para abajo podríamos hacer todas las especulaciones que se manejan de que el Gobierno argentino podría hacer una oferta menor que las que se les hizo al resto de los bonistas.
El Peso de la Deuda
No es indiferente decir que en la negociación se obtuvieron extensión del plazo promedio de los vencimientos - es decir que la deuda se refinancio a plazos más largos - y un cambio de alguna importancia en la moneda que está emitida la deuda ya que gran parte de la misma pasó de estar nominada en dólares a estar nominada en moneda local. Sin embargo, como los números lo indican, la deuda sigue manteniendo un nivel alto que actúa como un condicionante muy severo en relación al futuro de la Argentina.
Una manera de calibrar el peso de la deuda de un país es observar su relación con el Producto Bruto Interno (PBI) y esta relación sigue siendo muy alta: está por arriba del 80 % con cualquiera de las estimaciones que tomemos respecto a la deuda no resuelta. Lo que nos ponen en una situación mucho más desfavorable que la que por ejemplo tienen países como Brasil y Turquía luego de su proceso de re-acomodamiento de las deudas.
Sin embargo, hay una disminución significativa del peso de los intereses de los próximos años. La deuda pre - default tenía intereses por año equivalentes a 8 puntos del PBI y eso se redujo a alrededor de 2 puntos del PBI. Uno podría decir que entonces estamos bien pero tratemos de ver qué significan esos 2 puntos: los mismos superan lo que el Estado Nacional ha presupuestado para este año 2005 sumando los rubros de Educación y Cultura, Ciencia y Técnica, Trabajo, Vivienda y Agua Potable. Efectivamente 8 puntos lo tornaba inviable absolutamente y derivo en la situación de default pero 2 puntos siguen siendo una pesadísima carga ya que a la carga de los intereses hay que sumar el peso de las amortizaciones de capital que hasta aquí no han jugado pero que a partir de ahora van a tener vencimientos que van a ir incidiendo de forma significativa.
Acá aparece un fenómeno que hay que considerar en particular que es la deuda con los Organismos Financieros Internacionales la cual está en 28.000 millones de dólares pese a todo lo que se les ha pagado desde la salida del default hasta ahora.
Sobre este punto vamos a volver un poco más adelante pero parte de una decisión que ha sido el eje de toda la estrategia del Gobierno en relación a la negociación de la deuda y que es la fijación o el establecimiento de la condición de Acreedor Privilegiado para los Organismos Financieros.
En el inicio con un acuerdo por el cual estos Organismos en el marco del acuerdo firmado con el FMI solo cobraban intereses y re financiaban el capital y luego - con la caída del acuerdo - en una situación en que la Argentina asume la postura de cancelar las obligaciones a su vencimiento hasta llegar al dato que el propio Ministro de Economía esgrime que desde la salida del default hasta aquí la Argentina cancelo 11.500 millones de dólares (entre capital e intereses) a los Organismos Financieros Internacionales.
Todo esto se pudo hacer en el marco de un superávit primario significativo. Ese superávit es el que tiene el país en sus ingresos frente a sus egresos antes, justamente, de asumir el pago de intereses de la deuda y para hacer sustentable el plan de pago que la Argentina tiene pactado debe proyectarse para los próximos años marcando un esfuerzo sin precedentes en la historia de nuestro país en cuanto a la dimensión y la continuidad de ese superávit fiscal sin el cual la sustentabilidad de todos los compromisos asumidos se tornarían totalmente inviables. El Ministro de Economía afirma que el superávit fiscal que tenemos es el mayor de los últimos 50 años. Nosotros agregaríamos que en función de la orientación del gasto público y del régimen tributario es de los más regresivo porque normalmente castiga y cae sobre los sectores más débiles de la Sociedad.
Esto nos pone, finalmente, en el dilema permanente de cuáles son las prioridades económicas para la Nación. ¿Se da prioridad a los intereses de los acreedores o se le da prioridad a la llamada deuda social acumulada durante todos estos años de aplicación salvaje del Modelo Neoliberal?. Sobre esto también, un poco más adelante vamos a retomar.
Las Lecciones del Canje
La reestructuración que llevó a cabo tiene otros costados que también queremos tocar. A nuestro juicio va a tener repercusiones significativas en el funcionamiento del Sistema Financiero Internacional y en particular, en todo lo que tiene que ver con el mercado de deuda de los países en desarrollo. Es bastante común ver artículos de analistas financieros y de economistas generalmente vinculados al establishment que dicen que esto era inmutable pero muchas de las cosas que parecían inmutables han entrado en contradicción y hasta han estallado.
¿Cuál es la principal enseñanza que podemos extraer en ese aspecto? Es que los acreedores tienen poca capacidad para actuar de verdad sobre un Estado soberano para intentar cobrar sus deudas. Aunque parezca una obviedad o una simpleza lo que en realidad están descubriendo los mercados financieros internacionales es que si la deuda que un país contrae excede su capacidad de pago, si no hay suficiente producción, si no hay exportaciones para poder afrontar los compromisos, la posibilidad real de los acreedores de cobrar sus deudas son muy limitadas. Y también que todos los esquemas complejos, legales basados en la prorroga de jurisdicción - es decir, la sujeción a leyes y a tribunales que elige el acreedor - generan una cantidad de problemas para el deudor pero son impotentes sobre la realidad económica.
Si esto está además agravado por los procesos similares a la Argentina que se ha quedado sin activos propios como producto de esas mismas políticas - como decimos a veces, en algún momento nos amenazaban con que nos iban a embargar los barcos y los aviones pero alguien se encargo de que no tuviéramos más ni barcos ni aviones embargables - hemos visto que el conjunto de los activos que podrían estar sujetos a algún tipo de acción, hoy no son propiedad del Estado Nacional - con lo cuál la carencia virtual de activos públicos en el exterior que puedan ser embargables torna inviable cualquier solución como la que se suponía podía suceder actuando desde el punto de vista jurídico. Se llegó a hablar de embargar las exportaciones y los depósitos de argentinos en el exterior pero el sentido jurídico del tema indica que tampoco ese camino es viable.
Los neoliberales esgrimen, entonces, que la dificultad está dada en que ante esta situación lo que vamos a tener es un menor flujo de capitales financieros hacia los sectores públicos de los países en desarrollo. En realidad tampoco esto parece ser un elemento demasiado preocupante desde el punto de vista del interés nacional. Sobre todo si miramos cuál ha sido el rol de esos capitales extranjeros en países como el nuestro en el que ni siquiera han venido a contribuir a desarrollar procesos de industrialización, generar empleo o traer nueva tecnología sino que en el mejor de los casos han venido a sustituir al empresario local que vendió rápidamente sus activos y se dedica - como en el último caso, el de Loma Negra - al Arte y los cuadros, abandonando la actividad empresario; o a reemplazar al Estado en el sector de los Servicios Públicos a través del proceso de privatizaciones.
Por lo tanto, tampoco aquello - y sin significarlo, sin dejar de ponderar la importancia de inversión en el sostenimiento de los procesos de crecimiento de la economía - es un fantasma que se agita ni que tiene demasiado peso. El propio crecimiento de la inversión que ha tenido la Argentina en el último año indica que cuando hay actividad empresaria rentable las inversiones aparecen y esas actividades empresarias rentables aparecen cuando hay mercado, cuando ese mercado es sostenible, etc. En todo caso, podríamos decir que hay muchas más posibilidades de darle sustentibilidad a la inversión necesaria para sostener el crecimiento en la medida en que haya políticas públicas que garanticen un mercado interno estable, sostenido y en crecimiento.
Argentina y el FMI
Sin duda que un tema crucial - que decíamos antes que retomaríamos - es el de las relaciones de nuestro país con el FMI. Digo que es crucial porque lo primero que hay que señalar es que existe una evidente dualidad entre el discurso y los hechos o actos que tienen que ver con dicho organismo. Hay una permanente condena verbal, de critica al Fondo, a sus políticas y se declama la co-responsabilidad en la crisis.
Lo más liviano que se dice en el discurso oficial respecto del FMI es que es co-responsable de quienes gobernaron la Argentina de haber impulsado esta situación. Sin embargo, en la práctica - como dijimos - se le da carácter de acreedor privilegiado y se le paga puntualmente. De los 11.500 millones que la Argentina canceló desde la salida del default, 5.700 corresponden al FMI. El resto al Banco Mundial (BM) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Lo que sucede es que en realidad hay un fenómeno de coincidencia objetiva entre la posición del Gobierno de los Estados Unidos y el Gobierno argentino en cómo resolver el problema de la deuda y que es esa coincidencia la primera edificación de esto que aparece permanentemente en los medios de esta supuesta actitud amigable que el Gobierno de los Estados Unidos ha tenido con la Argentina y que ha permitido que los del Fondo se hagan un poco más buenos y nos traten un poco mejor.
En realidad, lo primero para decir al respecto es que la actual administración de los Estados Unidos sigue la línea general de prioridades de los gobiernos republicanos. Es decir, centrar sus objetivos en un complejo Militar - Industrial (Industria de Guerra) y en lo que tiene que ver con los Intereses Petroleros. Por el contrario, las administraciones demócratas habitualmente se han movido más vinculadas al Sector Financiero - a Wall Street en general- y de allí las políticas que, por ejemplo, la administración Clinton llevó adelante vinculada al salvataje de los países crisis (que en realidad eran salvatajes para los acreedores a través de entrega de fondos - en algunos casos, como el de México, con fondos del tesoro de los Estados Unidos) para que los acreedores particulares no resultaran dañados por las crisis que sucedían en estos países.
El Gobierno de Bush dijo con toda claridad que no quiere poner más dinero en el Fondo, no quiere utilizar fondos públicos para salvataje a quienes especulan con bonos en países de alto riesgo (lo que se ha llamado la Teoría del Riesgo Moral). Allí aparece la famosa frase del ex Secretario del Tesoro - O´Neill - cuando dijo que no quería que los impuestos que pagaban los plomeros y los carpinteros de los Estados Unidos fueran a aliviar la situación de los acreedores que habían especulado comprando bonos que pagaban altísimos rendimientos en función de riesgo implícito que tenían.
¿Por qué es esto? Insisto en que es algo totalmente claro. Si el Fondo destina fondos para el salvataje de países en crisis de deuda, los países signatarios del Fondo tienen que poner plata; Estados Unidos es el principal accionista del FMI, esto en definitiva significa efectivamente impuestos que se destinan a estas operaciones de salvataje y está claro que la administración de Bush prefiere que estos fondos se destinen a invadir Irak o Afganistán que a operaciones de esta naturaleza. Sus objetivos están claros y allí aparece aquello que es objetivamente un acuerdo de intereses compartidos: a los Estados Unidos le interesa que la situación se resuelva sin aporte de fondos por parte de los Estados que sostienen la economía del FMI y en definitiva si alguien tiene que perder, tienen que perder los acreedores. El Gobierno argentino ensayo desde el inicio lo que se llamó la Teoría del Bolsillo Único. Es decir: tenemos tanto para pagar, si ustedes quieren que les paguemos a ustedes alguien tiene que asumir la quita. Y por eso, más allá de los fuegos artificiales, la quita se convalida sobre la base del compromiso irrestricto de pagarle al FMI.
Habría que decir que además de estos elementos exclusivamente económicos, nosotros tendríamos que agregar los otros condimentos que tienen que ver con la visita de Rumsfeld, la entrevista de Condolezza Rice con el Canciller Bielsa y todo el entramado de intereses políticos que tienen que ver con la Región como también con la declarada aspiración de la administración norteamericana de que la Argentina y Brasil actúen, de alguna manera, como moderadores de ciertos intentos emancipadores de algunos gobiernos díscolos como puede ser el Gobierno de Venezuela. En ese marco, también los gestos amistosos tienen las contrapartidas políticas en la mesa de negociaciones.
Volviendo a los temas más estrictamente económicos, en un documento oficial, elaborado por el Ministerio de Economía hace prácticamente un año (en Junio de 2004) que se titula Argentina, el FMI y la Crisis de la Deuda dice textualmente en uno de sus párrafos: "Es intención de las autoridades argentinas continuar con la política de reducir la exposición que actualmente mantiene con el FMI en la medida en que las posibilidades fiscales y financieras así lo permitan. Esta decisión coincide con el propósito manifestado por el propio FMI, aunque por motivos distintos". Esto, podría decir que resume todo lo que les explique antes e insisto - estoy leyendo textualmente - forma parte de un documento público.
Si vemos las actitudes posteriores, más allá de los discursos, podríamos decir que lo que ha habido es consecuencia con esa política que es la de pagar: ellos quieren cobrar y nosotros queremos pagar. Esto es lo que eufemísticamente se ha intentado disimular con un rótulo de políticas de desendeudamiento. Esto último tiene también alguna similitud con decisiones adoptadas por el Gobierno de Brasil, que parece ser la más novedosa de las fórmulas al respecto: la de establecer autocompromiso y todo lo que el FMI pide pero por voluntad propia y a la vez pagar. Hace poco el Gobierno brasilero anunció que esta iba a ser su política, que no iba a tener nuevos acuerdos con el Fondo pero eso no era impedimento de que mantuviera sus políticas vinculadas al superávit fiscal, políticas monetarias, etc., que - como dijo el Presidente Lula - son problema de buena administración y no compromiso con el FMI.
Creo que otro tanto se puede decir de la Argentina que un poco ha hecho lo mismo en todo este período en el que hemos estado sin acuerdo con el Fondo pero en el que los parámetros de los acuerdos se han mantenido sin modificaciones. En el medio hubo distintos momentos, con suba de tensión verbal, con discursos que denostan al Fondo y a su Funcionarios pero que finalmente se paga, el cuál es el rasgo común que ha habido en todo este tiempo.
Un dato más. Cuando se suspendió la negociación con el Fondo se dijo que estaba suspendida mientras durara el canje de deuda para evitar que se presionara sobre la Argentina vía que los bonistas presionaban a sus Gobiernos, los Gobiernos presionaban al Fondo y éste a la Argentina; cortar el acuerdo significaba zafar de esa presión mientras duraba la negociación con los bonistas pero que - una vez terminado el canje y reestablecido el acuerdo - esos fondos que la Argentina iba a pagar para no entrar en default con los Organismos Multilaterales iban a ser restituidos. Es decir que los intereses se cobraban y el capital se devolvía. De eso ya no se habla más sino que ahora se está hablando de cómo refinanciar los próximos vencimientos; en algunos casos la versión es obtener que se refinancie otra vez todo el capital, es decir una extensión de plazos ya que los vencimientos en los próximos tres años son muy grandes y empieza a circular otra versión de que el Fondo estaría dispuesto a refinanciar un 70 % con lo cuál un 30 % de los vencimientos se van a tener que cancelar.
Algunas de estas cuestiones se van modificando pero el resultado final de toda esta cuestión es eso que decía el documento del Ministerio de Economía de Junio del año pasado: nosotros queremos pagar y ellos quieren cobrar , como síntesis, y eso se viene cumpliendo rigurosamente en el marco de discursos distintos. Por ejemplo el que ha habido respecto de los 20.000 millones que no entraron en el canje. Ustedes vieron que generó mágicamente y eufemísticamente cuestiones para atender esto. Digo eufemístico porque - por lo menos a mí me pasa - cuando yo leo que hasta después de las elecciones, no.
Si se fijan en los diarios van a leer todos los días de que hay un acuerdo - algunos dicen incluso que hay una cláusula secreta del acuerdo firmada, otros afirman que es un compromiso de palabra, pero coinciden en que el Gobierno dijo que alguna solución va a haber (con alguna oferta menor o con plazos más largos porque no podemos dejar mal parados a los que confiaron en Argentina) - pero nunca antes de octubre porque en ese mes hay elecciones. Esto es grave porque un poco decir tenemos que mantener este discurso hasta octubre porque necesitamos plebiscitar nuestra gestión pero después, cuando estemos plebiscitados hablamos.
La Deuda Social Impaga
Imaginémonos por un momento todo lo que podría haberse hecho con estos 11.500 millones que se pagaron, solo como un ejercicio porque todo el tiempo escuchamos que no hay recursos y tenemos conflictos por $80 en una provincia, el conflicto con el Hospital Garraham por falta de recursos, etc. Un año de Plan Trabajar son 1.000 millones de dólares, la inversión pública total (caminos, energía, vivienda, todo lo que el Estado invirtió en el 2004) fue de 2.000 millones de dólares. Para este año - que se habla de un fuerte impulso a la inversión pública- se mencionan 2.700 millones de dólares. Hagan todos los ejercicios que quieran respecto a qué podríamos haber hecho con esos 11.500 millones desde el punto de vista de realmente modificar el Modelo de Distribución del Ingreso en la Argentina.
Nosotros, tratando simplemente de dar coherencia al planteo, hemos dicho que lo mínimo que el Estado argentino debió haberse planteado es una actitud homogénea con todos sus acreedores porque los acreedores locales - por distintas vías - han tenido quita, los acreedores externos acaban de tenerla. Los únicos que no han tenido quita son los Organismos Financieros Internacionales, una quita equivalente al 67 % - en términos de valor presente- a la que se le ha aplicado a los demás acreedores argentinos, achicaría sustancialmente la deuda (hoy debemos a los Organismos 28.000 millones de dólares, 13.000 de los cuáles se le deben al FMI). Todo eso, obviamente, debería ir acompañado de una efectiva recuperación de la soberanía en materia de decisiones políticas sin condicionamientos de ningún tipo. Digo efectiva porque no debe ser discursiva, es decir, no se trata de que por propia decisión hagamos lo que ellos quieren sino que efectivamente tomemos decisiones que tiendan a ser lo que nosotros creemos que debe hacerse para efectivamente modificar la situación que vive la Argentina y los argentinos.
La Argentina post default nos enfrenta con viejos conocidos. La inflación, que parecía desaparecida durante mucho tiempo, vuelve a aparecer con fuerza en la escena económica y política y comienza una nueva discusión alrededor de por qué se produce y qué hay que hacer con ella. Digamos como dato que en el primer trimestre - todos conocemos - acumula 4 % y, además, algo que no sale en las estadísticas pero todos sabemos, los aumentos fueron realmente mayores en lo que tiene que ver con productos alimenticios. En los tres primeros meses - según los mismos datos oficiales - el valor de la canasta básica aumento casi el 6 % (5,9% para ser precisos), lo que llevó el valor de la línea de indigencia para un matrimonio con dos hijos a $ 355 con lo cual se está marcando que el Plan Trabajar no cubre ni siquiera la mitad del costo de la línea de indigencia, no de la línea de la pobreza. La canasta que incluye alimentos, bienes y servicios trepo a $773 para una familia tipo.
Si marcamos estos niveles con los 2 millones de beneficiarios de Planes Sociales, los 5 millones de trabajadores en negro ( con sueldos promedios por debajo de los $ 400, según las encuestas oficiales) vemos la gravedad de la situación social y el impacto, incluso desigual, que estos aumentos de precios tienen sobre los distintos sectores de la Sociedad. Cuando se conozcan - mucho más adelante, por razones obvias - los datos de Pobreza e Indigencia correspondiente a este periodo nos vamos a encontrar con fuertes aumentos en los indicadores.
Pero lo que queremos significar, más allá de los datos, es que vuelven a aparecer con todas sus fuerzas - el Fondo otra vez, los gurúes y los economistas neoliberales que parecen haber renacido alrededor del tema de la inflación - aparecen sectores del empresariado más concentrado (tanto extranjero como local) que vuelven a hablar del ajuste. El tema incluso aparece como un punto de escisión o conflicto con el Fondo. En estos días escuchamos y leímos que para los Funcionarios de ese Organismo la inflación es hoy el principal problema de la Argentina. Según ellos entonces, ha ocupado un lugar preponderante y está por encima de la desocupación, el hambre y la pobreza.
¿Cuál es el diagnóstico? Que la economía está recalentada y que hay que enfriarla. ¿Qué decimos nosotros? Que ese "recalentamiento" nos puso en el nivel que teníamos en 1998. La Argentina, luego de estos 2 años y pico de crecimiento sostenido de su Producto, tiene hoy un PBI similar al de 1998, es decir 7 años perdidos. Sin embargo, aparecen otra vez las recetas: hay que enfriar la economía, hay que postergar los aumentos de salarios, hay que moderar el gasto público, hay que frenar en particular la obra pública.
El Estado a penas decidió destinar el 1,5% del PBI en inversión pública pero hay que frenarlo porque eso va a seguir recalentando la economía. Hay que subir el costo del dinero, empezando por las tasas de interés pasivas que el público no percibe inmediatamente, incluso hasta hay quienes se ponen contentos, pero siempre pasa por allí y luego pasa al otro lado de la ecuación; es decir sube el costo de los créditos lo que sirve como freno a la demanda y sirve como una de las herramientas para enfriar la economía. Método que también utiliza mucho Brasil con la famosa Tasa SELIC que sube para evitar que se les recaliente la economía.
El objetivo es disminuir la demanda, bajar el consumo, la inversión, el poder de compra del mercado interno, etc. Pasaron dos años y medio de crecimiento de la economía y del consumo - por lo menos para algunos sectores porque ya hemos visto que no para todos, hay media Argentina afuera - y ya hay que ajustarse el cinturón.
Es como si Alsogaray no se hubiera muerto o en definitiva, y eso es lo más cierto, la posta está tomada y hay muchos otros que tienen otros apellidos pero que siguen adelante con las mismas ideas. Incluso en un artículo de Aleman que se publico hoy dice esto que estamos señalando: hay que tomar las medidas y advierte que es peligroso porque los que quieren alterar la puja distributiva siempre termina al revés y un día van a termina perjudicándose, así que paciencia.
La Necesidad de Construir un Nuevo Modelo Distributivo: Equidad, Soberanía Popular y Democracia Efectiva.
Vemos con preocupación que estas ideas no solo vienen de los gurues y los economistas neoliberales sino que comienzan a tener espacio en el discurso oficial. Aparecen frases como la del Ministro de Economía - en un reportaje que le hace el Financial Times - en donde dice que este no es el momento de redistribución como plantean los populistas, textualmente. Nosotros creemos que esto va en contra de cualquier política que tienda a mejorar efectivamente esta situación de inequidad en la que se encuentra gran parte de los habitantes de nuestro país.
Para luchar en serio contra la inflación hay que apelar a un programa integral de medidas que, por empezar tiene que partir de la estructura del país que ha quedado después de los 90. ¿Cuáles son los rasgos determinados? La concentración, la extranjerización. De las 200 principales empresas que hay en Argentina , 140 son de capital extranjero las cuales reúnen más del 70 % de la facturación de los grandes grupos económicos del País y además son las que obtienen la mayor tasa de ganancia. Esa estructura tiene que ver luego, con todo lo que hace a la formación de precios. Son las famosas formadoras de precios ya que allí están las empresas de Servicios (las Privatizadas) y las que producen Materias Primas.
¿Cuál es la razón para no actuar eficazmente, a través de un seguimiento adecuado, sobre aquellos sectores concentrados de la economía y donde pocas empresas manejan el mercado y los precios?. Esa si podría ser una manera de atacar la inflación. Se trata siempre de Empresas que tienen márgenes muy elevados y que se valen de distintos factores como la mayor demanda interna o externa para subir sus precios. Y esto lo vemos permanentemente, vemos como, de pronto porque el petróleo es caro en el ámbito internacional por razones diversas, las empresas concesionarias de la extracción del petróleo en la Argentina (un recurso natural nuestro) a quienes no le ha variado su costo de producción, sienten que pierden porque venden en el mercado local más barato de lo que podrían vender en el exterior y esa es la justificación que utilizan para el aumento de precios.
Lo mismo sucede con alimentos que están siendo tensionados por suba de precios internacionales y, nosotros decimos que hay que insistir en la política de divorciar los precios externos de los internos y, para que esto ocurra está la herramienta de las retenciones. Las retenciones deben ser variables, móviles y, en definitiva, lo que varíen los precios internacionales debe ir acompañados de variaciones en las retenciones de manera que resulte indiferente para esos productores colocar sus mercaderías en el mercado local o exportar. Hay otros recursos para actuar sobre los precios, que aparentemente el Gobierno ha estudiado y descartado. Por ejemplo, el de la reducción del IVA sobre los alimentos básicos, un tema que apareció en estos días en el tapete pero fue - según se dijo - rápidamente desechado.
Estamos así en un escenario, el actual, en el que observamos una significativa aceleración de los conflictos por salarios y también un debate que se ha instalado al respecto de si pueden o no aumentarse los salarios en nuestro país. Lo primero para decir es que no nos llama la atención que en este momento se registre un aumento de la conflictividad. Al ir disminuyendo la tasa de desocupación, aumenta naturalmente el poder de negociación de los trabajadores y también la posibilidad de lograr éxitos de sus demandas.
Hemos dicho muchas veces que la mayor medida de flexibilización laboral estaba dada en el altísimo nivel de desocupación y en la angustia que significaba para un trabajador la posibilidad de pérdida del empleo en ese escenario.
Hay que decir que entre 2003 y 2004 hubo un aumento del empleo del 16 %, es un dato que no tiene registro en mucho tiempo ya que en 20 años no se registran dos incrementos anuales consecutivos en las cifras de empleo. Inmediatamente hay que decir lo también las estadísticas muestran: se trata de empleo de baja calidad que en un altísimo porcentaje es empleo en negro, es decir de trabajadores que no tienen cobertura social, que no tienen contraprestación médica, que no están teniendo previsión para su futuro, que no están cubiertos frente accidentes de trabajo, etc.
Siguiendo el hilo de los temas que queremos plantear aquí también un debate y sobre el cuál nosotros también queremos fijar posición. Desde las Organizaciones Empresarias y desde diversos Sectores del Gobierno se insiste en que hay que limitar los aumentos salariales a las variaciones positivas en la productividad. Esto se ha dado en llamar "Ajuste Salarial por Productividad" que parece ser el eje de las políticas públicas en la materia. Sólo a título recordativo digamos que la productividad laboral se expande cuando aumenta el nivel de producción por trabajador ocupado, de eso se trata. En realidad, la propuesta de institucionalizar el ajuste salarial vía productividad lo que intenta es congelar los márgenes de ganancia que en la actualidad exhiben los sectores más concentrados de la Producción Agraria e Industrial.
¿Quiénes son los ganadores? Tengo por acá un estudio de una Consultora - a la que nadie podría calificar como sesgada - que señala que la rentabilidad del Sector Manufacturero desde la salida de la convertibilidad hasta aquí mejoro un 55 % por la combinación de la mejora de la productividad alcanzada y los crecimientos de los volúmenes producidos. Es decir, aquí aparecen los grandes exportadores de recursos naturales (oleaginosas, aceites, cereales, petróleo, minería, pesca) y también quienes manufacturan insumos industriales (siderurgia, aluminio, petroquímicas, plástico, fibras textiles, celulosa, papel).
El análisis de los balances que dominan estos sectores muestran a las claras que operan con grandes márgenes de rentabilidad. ¿Por Qué? Por las alzas considerables que hubo en los precios Mayoristas Agrícolas - Industriales, por el retraso salarial, por los bajos costos energéticos relativos que terminan dando esos abultados márgenes de ganancias. Un sólo dato: durante el cuarto trimestre del 2004, el costo laboral de la Industria fue un 25 % más bajo que el había en 2001. Este indicador surge simplemente de comparar los salarios nominales pagados con los precios Mayoristas Industriales y la productividad media del trabajo.
¿Qué dicen los que defienden el concepto de ajuste por productividad? Dicen que si se dan incrementos superiores en la productividad, éstos se van a trasladar automáticamente a los precios lo que va a fogonear el proceso inflacionario. Lo hemos leído y escuchado estos días muchísimas veces. Lo vamos a decir sin vueltas, esto es mentira. La solución sería que los aumentos salariales se realicen sobre la reducción de los márgenes de ganancia porque hay márgenes de ganancias que se han abultado en todo esto proceso, lo que acabamos de explicar.
Lo decimos de otra manera: fijar el techo de la productividad para los aumentos de las remuneraciones es lo mismo que decir que no va a haber ninguna redistribución del ingreso y que todo el discurso oficial en la materia vuelve a ser discurso pero no se acompaña de políticas. Lo que se hace es decir aquí estamos, congelamos esta manera de repartir entre las ganancias empresarias y el trabajo. Si aumenta la productividad le vamos a mejorar los salarios pero no hay mejora en la distribución del ingreso, se congela esta situación.
Esto es así hasta aquí, porque también hay que decirlo enfáticamente. La torta se sigue repartiendo con el mismo patrón de inequidad - el 10 % más rico de la población sigue recibiendo 30 veces más que el 10 % más pobre -. Este mapa se construyo en los 90 y no se modificó en lo más mínimo. Es decir, criticamos en el discurso a los 90 pero el resultado central de la aplicación de las políticas hasta aquí no ha alterado el principal indicador que hace al Modelo porque - en última instancia- todo lo demás tiene que ver con cómo se reparte. Las distintas políticas a lo que apuntan es a establecer cómo se reparte y la clave de cualquier política radica en ver cómo se lo hace. Desde diciembre de 2001 el poder de compra de los salarios cayó un 15 %, en promedio. Si vemos lo que dijimos antes, los trabajadores informales y el Sector Público, allí las caídas son de 25 y el 29 % respectivamente.
Nosotros decimos que el tema es exactamente al revés. Sin aumentos salariales que vayan por encima de la inflación como por encima de los aumentos de productividad no hay posibilidad de recuperar el poder de compra de los trabajadores y no hay posibilidad de mejorar la distribución del ingreso. Esto es indiscutiblemente así por más adornos que se quieran poner. Está claro además que, cuando hablamos de mejoras en la distribución del ingreso, no es un tema que se limita al plano salarial. Hablamos de lo que tiene que ver con redignificar el trabajo, en línea con lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) denomina "trabajo decente". Ese es el término que utilizan así que podríamos decir que, como contrapartida en Argentina casi la mitad de la población tiene trabajo indecente.
La otra cuestión que queda claro, y que venimos diciendo permanentemente, es que con el crecimiento no alcanza. La teoría del derrame no funcionó ni va a funcionar y cuando se nos vuelve hablar de que hay que crecer primero, mejorar la productividad, etc., en la práctica nos están volviendo a decir lo mismo: que hay que crecer para que algún día esto mejore. Crecimos todo esto que crecimos en este período y la redistribución sigue inalterable.
Revertir en forma sustancial la actual distribución del ingreso requiere un conjunto integrado de políticas. En la Propuesta Cooperativa del IMFC señalamos una serie de cuestiones que van más allá de las políticas salariales y del combate al trabajo en negro. Entre ellas: implementar un programa sustancial de obras públicas y vivienda; un apoyo intenso a la actividad de las PyMEs dado que ambos son elementos vitales para la generación de nuevos empleos. Las estadísticas marcan que en todo este proceso de recuperación del empleo de la que hablábamos, el grueso ha sido generado a través de empleo en las PyMEs. Los grandes Grupos Económicos no han generado aumentos respecto al trabajo.
Planteamos también una reforma impositiva que contemple una mayor tributación sobre las ganancias y los patrimonios fundamentalmente en las escalas altas de la pirámide. También las que ya dijimos: una reducción en la alícuota del IVA en los artículos de consumo popular; la expansión y la mejora de la calidad del gasto social en Educación, Salud, Previsión Social, Vivienda, Agua Potable, etc.; mejoras en los sistemas de protección social para los desempleados y los mayores sin cobertura social.
Es decir, retomar ideas como las que planteábamos con la experiencia del FRENAPO, que no tiene nada que ver con el Plan Jefas y Jefes pero que si reconoce la emergencia y el tránsito por un camino donde la acción de protección social puede ser una herramienta que - bien manejada- lleve a ese camino de desarrollo con equidad.
En síntesis, el desafío verdadero es cómo transitar un camino que nos permita construir una sociedad más equitativa, donde los derechos no sean niveles formales ni letra muerta, y tal vez - como última reflexión - habría que plantearse cuáles deben ser los actores sociales para que esto sea posible. El Modelo de los 90, pero seguramente de mucho más (generosamente podríamos decir el Modelo que comenzó en el 75, para ubicarlo en un momento) que con matices se ha aplicado sin solución de continuidad, ha tenido sus actores y sus protagonistas: los Grandes Grupos Económicos (Locales e Internacionales).
La pregunta a formularse es sí recreando alianzas con los mismos sectores es posible construir una Sociedad diferente. Nosotros - quienes integramos el Movimiento Cooperativo y, seguramente, todos ustedes - estamos profundamente convencidos de que no es posible, que para construir una Sociedad diferente hace falta construir alianzas donde participen sectores sociales diferentes: que los sectores de la economía social, las organizaciones que representan a las PyMEs, el Movimiento Cooperativo, de los trabajadores, etc sean capaces de encontrar denominadores comunes y sean capaces de asumir el compromiso de constituirse en alternativa para, desde allí, cambiar esta relación de fuerza y que sea posible pensar en un País distinto, en un País donde los ejes no tengan que ver con la máxima rentabilidad sino que tengan que ver con la Equidad, con la Soberanía Popular, con la Democracia Efectiva. De esto se trata, esto es lo que queríamos compartir y les agradecemos el silencio y la paciencia con la que nos escucharon.
Preguntas del Auditorio.
Participante 1: Hoy salió en el Diario Clarín que la idea de comprar dólares del Banco Central no es para mantener la moneda sino para pagar al FMI y que en el crecimiento que se estuvo dando tuvo mucho que ver la situación del dólar en su relación de 3 a 1. Quería saber cuál era la posición del Sr. Heller con respecto a esto, sí hay que seguir comprando dólares....
Carlos Heller (C. H.): Quién, Quién (risas).
Participante 1: ... cómo se mantiene y cómo funciona el tema de la compra que no es muy claro, por lo menos para nosotros.
C. H.: Primero hay dos compradores activos de dólares y son distintos: el Banco Central y el Nación. El Banco Central efectivamente, para comprar emite y entonces monetiza la economía. Emite los pesos que necesita para comprar los dólares que ofrecen los exportadores. El Gobierno - o mejor dicho el Poder Ejecutivo Nacional ya que vale aclarar que el Banco Central es autárquico - compra a través del Banco Nacional con fondos del superávit fiscal, no emite para eso sino que utiliza parte de ese superávit que va a destinar a pagar deuda, intereses, etc como ya dijimos, para comprar con lo cuál en ese caso no genera emisión monetaria. El FMI quiere un dólar a 2,20 lo cuál aumentaría la posibilidad de pago a los Organismos.
Todos sabemos que este es un tema complejo que, tal vez, requiera una charla en sí mismo. La Argentina necesita medidas de protección arancelaria para no ser invadidos por producción industrial. La convertibilidad y el Modelo de los 90 - que vino de la mano de la Apertura de la Economía - generó todo un proceso de des-industrialización que ya todos conocemos. Por eso mismo, nosotros insistimos en que el tema del tipo de cambio es nada más que una variable y que en definitiva, deberíamos ver en que contexto la estamos colocando. El hecho es establecer políticas cambiarias, tributarias y fiscales para evitar que seamos invadidos por productos importados y, a la vez, sea absolutamente compensatorio para la colocación de nuestros productos en el exterior. Esto se logra a través de políticas de subsidios y de retenciones, es decir utilizar elementos complementarios al tipo de cambio. Reducir todo al tipo de cambio es usar una batería muy estrecha. Lo que pasa que en la receta liberal que nosotros señalábamos son malas palabras. Nosotros diríamos que hay que ponerle un precio sostén a los granos - y hasta cierto nivel - para proteger a los pequeños productores de las oscilaciones hacia abajo que puedan tener los precios de manera de asegurarles una retención pero retenciones hacia arriba en la medida que esos precios aumenten con lo que le daríamos estabilidad a esos sectores y lo mismo podríamos plantear en diversos sectores de la economía.
Las devaluaciones lisas y llanas como la que se hizo en la Argentina, ciertamente como primer efecto traen aparejado una pérdida valor de los sectores de menores ingresos pero también es cierto que la convertibilidad generaba lo que había generado: la pérdida de posibilidad de tener empleo, de que la Argentina tenga un proyecto industrial, etc. De lo que se trata es de ver cómo se combina la política de cambio, insisto, con las otras políticas - sobre todo las que tienen que ver con lo fiscal - que podrían generar un dólar de equilibrio que permita tener una presencia en los mercados de entrada y de salida más favorable a los intereses nacionales.
Todo esto es complicado porque hoy están los problemas que plantean nuestra participación en la Organización Mundial del Comercio (OMC). El otro día, el Ministro de Economía de nuestro país - creo que en la reunión del Fondo - hablo de la falacia que significaba que los países centrales por un lado destinaban 30.000 millones de dólares a ayudar a los países más pobres de la tierra y, por el otro, gastaban 300.000 millones de dólares en subsidiar la producción agrícola que en definitiva era la causante de la pobreza de esos países que se suponen iban a ayudar. Las reglas del Comercio Internacional tienen que ser modificadas sustancialmente en función de los intereses de los países en vía de desarrollo y no de los países centrales.
Esto tiene que ver con la construcción de alianzas, tienen que ver con juntar fortalezas y que es hacia adonde apuntan algunas iniciativas como la del Grupo de los 20 (India, China, Brasil, Rusia, etc) tratando de establecer un frente común para ir a la OMC a negociar otras condiciones para el Comercio Internacional. Estas cuestiones son mucho más trascendentes que sí el dólar está a 2,90 o 3 pesos desde el punto de vista del impacto que tienen en las relaciones económicas internacionales.
Mi idea de lo que va a pasar, creo que el Gobierno va a mantener esta política, va a tratar de mantener el dólar en los niveles en los que está y que para no dejarlo bajar de 2,90 va a comprar todo lo que necesite.
Participante 2: Estoy totalmente de acuerdo con lo que Ud. dijo de que no se pueden generar alianzas con estos monopolios multinacionales que están invadiendo nuestro país. ¿Cuál sería la forma de poder luchar, cortar ese tipo de fortalezas con la que ellos cuentan y nosotros poder manejarnos en nuestro mercado de manera libre y soberana?.
C. H.: Nunca esa pregunta puede tener una respuesta de un punto ya que es muy amplia. El mundo tiene una evidente globalización, el tema es cambiarle el contenido a esa globalización. Uno podría decir que el camino pasa en lo interno por la generación de alternativas capaces de impulsar decididamente políticas de otro signo. Eso requiere de otro tipo de alianzas con otros sectores de la Sociedad los cuáles tienen que dejar de ser espectadores para pasar a ser protagonistas. Requiere - en el terreno internacional - aliarse con los parecidos. Es decir, desde el MERCOSUR , tratando de que éste sea efectivamente una alianza que ayude al desarrollo autónomo y equilibrado de sus miembros y no un espacio para el mejor desarrollo de las multinacionales que lo que obtienen en definitiva es un mercado ampliado. Avanzar en la idea de la construcción real de la integración Sudamericana.
El proyecto de esa Unión Sudamericana conceptualmente es algo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo. Avanzar desde el MERCOSUR a integrarnos con el Pacto Andino, con otras alianzas regionales para llegar a una unión de Naciones de Sudamérica que en su conjunto tiene más población que los Estados Unidos, por ejemplo, como para marcar la importancia de la constitución de un bloque. Avanzar en el proceso de la integración de lo que se llama Sur - Sur, es decir de países que tienen denominadores comunes más allá de razas, religiones, etc., que están sometidos a las mismas reglas de esta globalización salvaje y despiadada a la que hemos sido sometidos. Son todas articulaciones necesarias y complementarias.
Ahora, podríamos trabajar en todas simultáneamente. Nosotros aquí podemos hablar de lo que podemos hacer en casa. Lo que podemos hacer es trabajar en esa construcción de alternativas, proyecto en el que muchos de nosotros estamos comprometidos y entusiasmados porque creemos que ese es efectivamente el camino. Decía el otro día, en una reunión de esta naturaleza de que había llegado a la convicción de que definitivamente - y sin subestimar la importancia de lo reivindicativo - había que pensar en otra cosa, en el protagonismo. Esto implica dejar de pensar que tenemos que juntar fuerzas para pedirle a otros que hagan lo que hay que hacer y asumir que lo tenemos que hacer nosotros. Para eso hay que juntar fuerzas en serio, no es un proceso que se pueda hacer entre poquito porque hay que enfrentar intereses sumamente poderosos.
Lo cierto es que cada vez parece más obvio que el mundo en las reglas con las que está planteado es cada vez menos viable, absurdo. De un mundo que tiene por un lado avances científicos y técnicos maravillosos y que por el otro tiene 1.300 millones de seres vivos que no tienen Agua Potable ni reciben ningún tipo de instrucción. El absurdo de un país como el nuestro que puede producir alimentos para 300 millones de habitantes y que tiene la mitad de su población que no cuenta con ingresos para comer.
Esto hipoteca a varias generaciones. No terminamos de digerir el tema porque lo pensamos en términos económicos y demás pero estamos diciendo que el 60 % de los menores argentinos de 18 años son pobres. Cuando decimos pobres decimos que no comen lo que tienen que comer, que no reciben las vacunas que tienen que recibir, que no se educan como tienen que hacerlo y así de corrido.
Seguimos construyendo generaciones futuras - cada vez más numerosos - de conciudadanos nuestros que no van a estar capacitados para asumir el desafío que les va a plantear la exigencia laboral que tiene que ver con la tecnología y la ciencia y todo lo que se desarrolle. Entonces hay que cambiar esa regla fundamental de la distribución sin la cuál nada tiene solución. Podemos volver a tener los restaurantes llenos, los aviones llenos, todo eso va a pasar pero de esta forma de que entonces a ese Modelo le sobra media población. Así de cruel. Y al mundo le sobra media población.
Entonces ¿qué tenemos que hacer? Juntarnos aquellos que estamos convencidos que hay que hacer cosas diferentes, superar las diferencias que por diversas razones hemos tenido y ver como hacemos para reunir la fuerza capaz de modificar esta situación.
Participante 2: Es un cambio de sistema total, evidentemente. Un cambio de legislación, y un combate a la corrupción.
C. H.: Si, obvio. Pero para eso primero hacen falta nuevos actores. Yo hable de tres ejes: Equidad, Soberanía Popular y Democracia Efectiva. La Democracia Efectiva debe incluir medios de participación ciudadanas real. Hay suficiente cosa escrita al respecto, no hay nada para inventar, pero implica pasar - en síntesis - de los modelos de democracia representativa que es lo que nos han vendido todo este tiempo a una efectiva democracia participativa donde los ciudadanos tengamos que ver con la gestión cotidiana, con cómo se resuelven diferentes cuestiones, con qué se hacen con lo que producen, etc. La democracia es mucho más que los órganos de democracia formal, tiene mucho que ver con la democratización de la economía, con terminar con la concentración y la extranjerización, con generar espacios de economía social en la prestación de los servicios públicos. Todo eso forma parte de esto que nosotros estamos diciendo que hay que construir.
Participante 3: La consulta es la siguiente. Si el precio es una relación entre la demanda y la oferta, como la oferta - concretamente en los alimentos - está bajando y la demanda aumentando porque que se está exportando todo ¿no existía una ley de abastecimiento que permitía importar alimentos con arancel cero y de esa manera aumenta la oferta?.
C. H: Cavallo esgrimió un argumento parecido cuando dijo que había que abrir la economía para que los productos importados obligaran a bajar los precios en la Argentina. En definitiva es poner las cosas en manos del mercado. Pensar que la Argentina necesita que entren alimentos importados para que bajen los precios me parece que es rascarnos por detrás de la cabeza, porque resulta que somos un país que se caracteriza por su capacidad de producir alimentos. En realidad, lo que hay que hacer es poner regulaciones adecuadas o casi establecer cupos a lo que se puede exportar y a lo que hay que destinar a abastecer al mercado local. Parecería casi absurdo que productores argentinos exporten y nosotros importemos más barato. Hay una distorsión grave para que pase algo así. Eso puede darse estacionalmente frente a una crisis: problemas de sequías o de inundaciones que generen una alteración de los ciclos productivos entonces para que esos problemas no se trasladen a precios recurrimos a instrumentos transitorios de esa naturaleza. Pero si siempre que hablamos de la Argentina decimos que una de nuestras grandes ventajas comparativas radica en que somos autosuficientes en alimentos y energía. De ahí partimos para decir que somos un país que puede tomar decisiones soberanas, elaborar políticas autónomas, entre otras porque las dos cuestiones básicas sobre las que construye una sociedad aquí abundan y se exportan...
Participante 2: Pero importamos Nafta o Gasoil...
C. H: Si. En primer lugar porque hemos privatizado a las empresas y luego porque además de eso no hemos obligado a las empresas a cumplir con los planes de exploración necesarios para asegurar el abastecimiento. Y además, porque les hemos permitido que exporten porque era lo que más les convenía. El famoso conflicto con Chile tiene que ver con que hasta la convertibilidad el precio interno y externo del gas era el mismo. Al pesificarse las tarifas lo que antes era un dólar paso a ser un peso y por lo tanto, a la empresa que produce gas le resulta mucho más negocio venderle el gas a Chile que a nosotros. Ahí empieza el problema. Por otro lado, cuando usted habla con cualquier estudioso del tema afirman que no se investiga ni se explora e invierte entonces, desde luego vienen desequilibrios y cualquier crecimiento que tenemos de la actividad industrial - que genera una mayor demanda de combustible y demás nos asfixia inmediatamente y tenemos problemas.
Participante 4: Usted dijo que la participación es muy importante. Estoy totalmente de acuerdo pero tiene que ser una participación diferente a la que hemos tenido hasta ahora. ¿Cómo podemos conseguir esa participación y que podemos hacer al respecto los que estamos más o menos de acuerdo?.
C. H: Después dígame en que está menos (risas). Cuando me hacen esa pregunta la sintetizo en una frase un poco simple: el día que dejemos de decir: Animémonos y Vayan. Creo que nuestro gran problema es que decimos precisamente eso y después abrimos juicio - verdadero y con razón - de los que fueron y los que hicieron. La Clave es Animémonos y Vayamos. Es simplemente así. Hay que participar, busque su referencia y hágalo. El tema es un tema de participación, de que asumamos que los protagonistas somos nosotros. Hay una gran confusión. Aquellos que me escuchen en varias oportunidades van a decir que digo siempre lo mismo pero hasta que no se arregle voy a seguir diciéndolo (risas).
La gran confusión es entre mandatario y mandante. Aquellos que asumen el poder también se confunden y creen que son mandantes y no mandatario. Mandatario es alguien que actúa por mandato de otro. Sin embargo, nosotros observamos cómo un político dice "si yo digo lo que realmente voy a hacer no me votan y entonces digo lo que la gente quiere escuchar y después hago lo que se me da la gana". Esto se institucionaliza en la afirmación de que es un político carismático (más risas). O esto que yo mencioné antes: "no podemos decir que vamos a hacer con los bonistas hasta después de las elecciones pero antes no porque necesitamos que nos plebisciten". Esto se dice así, lo podemos leer de esa manera en el diario todos los días. Eso es lo que tenemos que cambiar para lo cuál no existe alguien providencial que lo venga a resolver sino que es un tema de construcción de fuerza propia y de participación. Necesitamos crear una fuerza de millones, sino no se puede porque del otro lado hay muchos millones (gesto de dinero y risas) entonces tenemos que contraponerle millones de personas.
Participante 5: Hay un aparataje no casual mediante la Unión Europea, Bush, etc., con respecto a Ratzinger que no sé donde va a terminar. Bueno en realidad lo sabemos pero lo tenemos que impedir nosotros.
C. H: El Presidente de este mundo global gano las elecciones levantando las mismas consignas que se suponen que el nuevo Papa plantea como su dogma. No me refiero sólo al tema de la guerra sino a todo lo que tiene que ver con los Derechos Civiles, el Respeto a las Minorías, los problemas de Discriminación en sus diversas formas, entre otras, que han sido
los caballitos de batalla de la campaña electoral de Bush apelando a la religiosidad, levantando consignas como la virginidad pre matrimonial, la oposición a las relaciones entre personas de un mismo sexo, todas las cosas que conocemos y que fueron las que le dieron el envión final para volver a ganar las elecciones. Acordémonos que todo esto salió en los diarios, no hace falta ser un analista detallado de la realidad. Con respecto a eso también necesitamos aprender. Los propios medios de ellos dicen más cosas que las que uno piensa, solo hay que leerlas y - en todo caso - sacarles los juicios de valor que ellos les ponen pero los datos que dan sobre diferentes cuestiones muchas veces alcanzan. Lo que pasa es que a veces no lo hacemos, leemos los títulos y nos acostumbramos a recibir las noticias por televisión que son títulos, imágenes y cosas rápidas.
Participante 5: Centralmente en la parte económica es terrible lo que están diciendo hoy...
C. H.: ¿Hoy solamente?.
Participante 5: Hoy porque lo agarre de casualidad en un café.
C. H: ¿Qué dicen?.
Participante 5: que en Venezuela, dentro de seis meses van a apretar más con el tema del petróleo y no se sabe lo que va a pasar.
C. H: No entiendo...
Participante 5: Venezuela está apretando a las empresas están apretando - entre ellas a Shell, etc...
C. H: Pero la principal empresa de petróleo en Venezuela es la una empresa estatal.
Participante 5: Si, pero en el Diario Nación de hoy se afirma que dentro de seis meses el resto de las empresas tendrán que pasar a tener el 49 % del mercado y PDVSA el 51 %. También juega el Golpe a Ecuador.
C. H.: Yo creo que todas estas cuestiones son de una enorme complejidad pero hay un hilo conductor global que es evidente y tiene que ver con lo que irónicamente llame el Presidente del Mundo Global. Está claro que este mundo globalizado lo está en un sentido y en una dirección y, desde luego, las políticas que se desarrollan en distintos planos - incluidos los culturales, los religiosos y demás - tienen la impronta que ese poder central emana en toda las direcciones. De eso hablamos cuando decimos que hace falta mucha fuerza porque lo que hay que modificar es muy grande.
El ejemplo de Venezuela en cuanto a la batalla con los medios de comunicación. El golpe de Estado de Venezuela fue uno de los ejemplos más groseros de desinformación global. Todos mirábamos CNN - o CNN a través de Todo Noticias (TN) que era lo mismo - y veíamos una sola manifestación y nadie mostraba la otra. De repente, apareció Chávez de vuelta y después resulta que la gente había salido a la calle de lo cual no se hablaba. Las imágenes que veíamos eran ciertas, las manifestaciones de un sector de la Sociedad de Venezuela que festejaba el golpe, que iba a la Embajada de Cuba a querer entrar y agredir. Parecía que esta era la situación y lo que el Pueblo venezolano quería.
Después nos dimos cuenta de que nos habían estado mintiendo como tantas otras veces pero si el golpe hubiera triunfado nos hubiésemos quedado con esa imagen y nunca nos hubieran mostrado la otra. Hubiéramos creído que esa era la verdad por eso ni lo que se ve es cierto, hay que ponerlo todo en duda a partir de cómo está montado el sistema de información global. Los venezolanos, teniendo el Gobierno, se manejaban con la radio comunitaria porque todo el sistema de información está en manos de grandes grupos - en especial del Grupo Cisneros, que es uno de los grupos de comunicación más grandes del continente con intereses en todos lados, incluida la Argentina - y que estaba encabezando la oposición al Gobierno de Chávez.
Participante 6: ¿Y lo de Ecuador?
C. H.: Lo de Ecuador, yo todavía lo tengo entre paréntesis. Gutiérrez subió y al otro día hizo exactamente lo contrario a lo que había propuesto. Me parece que en ese caso es el hambre y las ganas de comer. Por el momento, no veo donde está lo bueno todavía. Cuando Condolezza Rice dice que hay que llamar a elecciones inmediatas, me asusto. Esto está mal digo (risas) por esos reflejos que uno tiene. Algunos dicen que no se quieren jugar porque todavía no saben si Palacio es Rodríguez Saa o Duhalde por lo que están a la expectativa. Todavía no está claro cuál es el proceso. Lo cierto es que el Pueblo Ecuatoriano fue estafado y burlado una vez más porque son quienes votaron a Gutiérrez por su programa de transformación y de cambio. Se presentó como un candidato del cambio y al día siguiente abandonó de un plumazo - ni siquiera hubo un proceso - todo lo que había dicho e hizo lo contrario. Todo el movimiento indegenista, todo lo que se había pasado de Ecuador lo borraron de un plumazo.
Lo cierto que Ecuador ¿qué tiene?, la dolarización que les vendió Cavallo que fue a enseñar como se hacían y termina el golpe cuando Bucaran - que el que hizo la dolarización y contrató a Cavallo - viene a darle el apoyo a Gutiérrez. Por eso digo que la mezcla de los actores me tiene un poco confundido por lo que no me animo a dar una opinión de cómo termina pero seguro que lo que está dando vueltas es lo de siempre: una estafa a los verdaderos sentimientos de la gente que en su gran mayoría quiere un cambio. Entonces les cambian los muñequitos, les hacen el juego mientras sigue todo igual con una recreación de expectativas. Algo sobre lo que tenemos bastante experiencia.
Participante 6: Cambiando un poquito el eje y volviendo a la economía mundial globalizada...
C. H.: pero un poco de política es lindo (risas).
Participante 6: Si...Quería saber si han considerado un posible escenario - durante el gobierno republicano, que como bien se dijo es representante del complejo militar / productivo por oposición al sector financiero -...
C. H.: Otra vez el hambre y las ganas de comer ¿no?.
Participante 6: Exactamente. Un régimen republicano que genera un déficit en las balanzas de pago insostenibles. ¿Se ha estudiado la posibilidad de un posible default por parte del Gobierno Americano?. Más tendiendo en cuenta que China tiene casi todas sus reservas en bonos del Tesoro Americano .
C. H.: Pavada de tema. La verdad, creo que los Estados Unidos van a seguir ejerciendo todo el peso de su poder en todos los terrenos para seguir transfiriendo parte de su crisis al mundo. Mientras en el mundo no se generen equilibrios que terminen con esta unipolaridad en la que hemos quedado sumidos luego de la desaparición del llamado Campo Socialista, Estados Unidos va a seguir repartiéndole la crisis al resto del mundo, incluso a los países desarrollados europeos. No se me ocurre pensar en un default, antes deben tener muchas cosas para intentar hacer y entre ellas forzar a China a modificar su política - cosa que sale también en los diarios - respecto al tipo de cambio, al nivel de crecimiento, etc. ¿Por qué el petróleo tiene los precios que tiene?. Por un lado porque hay un conflicto pero por el otro porque China demanda de una manera brutal. Lo mismo con la Soja. Si China asumiera una posición "responsable" (remarco las comillas) respecto de su desmedido crecimiento esto se vería de otra manera.
Mientras tanto de devaluar de alguna manera el valor del dólar frente a las otras monedas, es parte del camino para recomponer esa situación de - sobretodo- el déficit comercial porque en la medida en que el dólar baje de valor, los productos americanos van a entrar más en el exterior y la barrera del tipo de cambio (empezamos la charla justamente con eso) no será un inconveniente. Entonces los productos japoneses, chinos, etc van a tener mayores dificultades para entrar y sino pondrán cupos cuando llegue el momento, lo han hecho con cosas tan pequeñitas como la miel o con el acero con Rusia. Habría que poder profundizar en cuanto de ese negocio que están aquí, están allí y por lo tanto "no es tan grave" (otra vez remarco las comillas). La globalización de la economía nos lleva a preguntarnos cuántos de estos Grupos Económicos son los mismos que están en Oriente entre otros lugares y que en definitiva se van allí por el simple hecho de estar explotando las diferencias relativas de mano de obra con lo cual tienen costos más baratos. Lo mismo hicieron cuando fueron a México, se van con la mochila al hombro buscando bajar costos y desde allí vender sus productos al mundo - incluidos los mercados de Estados Unidos- maximizando su rentabilidad.
Ese es a mi juicio el centro en este momento, el esquema global. No es otra cosa que lo que los liberales levantan como un paradigma. "Si queremos que vengan tenemos que darles salarios bajos, no cobrarles impuestos y demás". De esa forma seguro que vienen. Si nosotros les pusiéramos las reglas que decimos no van a venir porque van a ganar ajustados -teniendo en cuenta esto último ya que ni siquiera se trata de que no ganen-. Entonces mientras haya lugares donde pueden ir a obtener márgenes brutales y además a aprovechar mercados con una potencialidad notable lo van a seguir haciendo.
El escenario por delante no es sencillo pero vale la pena el desafío ya que - aún cayendo en lugares comunes - uno no piensa en sí mismo sino en sus hijos, sus nietos y las generaciones venideras. ¿Qué mundo les espera si estas reglas se consolidan y no se cambian?. Relacionado con la construcción de esta fuerza de la que hablábamos del Encuentro Nacional por la Soberanía Popular, hablábamos mucho de hacia donde apuntar para encontrar un tema determinante y convocante. Estamos convencidos que el tema de la inequidad, este tema que tiene que ver con las generaciones de jóvenes, de la hipoteca de futuro que significa para la Nación y sus ciudadanos este Modelo de Distribución es el drama más grande que tenemos por delante. Precisamente, porque nos va cristalizando una situación que no se puede resolver y que va a ir incrementando su gravedad. Por eso creemos que hay que centrar los cañones y apuntar a algunas de esas cuestiones como eje fundamental para intentar modificar las cosas, sino no tiene solución.
Participante 7: ¿Cómo juega la confianza del Pueblo, en el Gobierno de Kirchner, para el sostén o reconstrucción ideológica del Modelo de Acumulación Neoliberal, teniendo en cuenta el desgaste de De la Rúa y demás?.
C. H.: No hay ninguna duda, nosotros lo decimos bastante claro en nuestro documento, que Kirchner recoge en su discurso muchísimas de estas cuestiones que nosotros estamos diciendo. Lo cual es un dato alentador, esto es de verdad lo que quiere la mayoría de los argentinos. El drama es que no hemos logrado que la gente nos crea capaces de ser actores para llevarlo a la práctica, capacidad que evidentemente otros demuestran tener. Ese es el gran desafío. La gente tiene tanta expectativa, ilusión y demás porque va de la mano de una enorme necesidad. La gente quiere creer en el discurso y pese a que hay hechos que diariamente lo contradicen, el deseo es que el discurso sea verdad y que en algún momento los hechos se aliñen con el discurso y no lo contrario. Es un proceso que tiene que desarrollarse, ojalá que esa alineación suceda. Objetivamente, lo que hemos tratado de mostrar en los temas que hoy hemos abordado es que hay una disociación entre el discurso y los hechos y que no vemos que el camino tienda a acercarla a esa disociación. Cómo se va a dar ese proceso, es altamente complejo, la gente necesita tener referencias y creo que nuestro gran desafío es - justamente- es ser capaces de construir una referencia que deje de ser testimonial o capaz de señalar cuáles son los problemas y que comience a ser visualizada como capaz de ser artífice de los cambios que hay que hacer. Un poco, lo cierto es que el discurso nos lo tomaron prestado pero eso no quiere decir que nosotros tengamos que bajarnos de él. Al contrario, tenemos que fortalecerlo e insistir en mostrar que para que un discurso no sea retórica los hechos tienen que ir en la misma dirección sino es nada más que retórica.
Aplausos (Cierre de la Charla).