Los campesinos santiagueños y su lucha por una sociedad diferente.
Muchos otros, en cambio, son precarios y soportan filtraciones de agua por los techos de paja en la época de las lluvias de primavera-verano, además de actuar como refugio de la vinchuca, vector de contagio del mal de chagas.
Su estrategia productiva es variada y se adapta a las diferentes zonas agroecológicas de la provincia. En las áreas de secano, predomina la cría de animales bovinos y caprinos; y en menor medida porcinos y ovinos, lo que constituye una de sus fuentes de trabajo e ingreso predial mas o menos importante según los casos. El rasgo cultural destacado es que el pastoreo de los animales se hace en espacios abiertos, o “campos comuneros”, sin alambrado perimetral, donde cada campesino comparte el espacio con sus vecinos. Se trata de un usufructo compartido de la tierra que constituye una práctica ancestral. Otra fuente de ingreso importante es la explotación del monte para la extracción de postes, leña y carbón. Acopiadores locales adquieren estos productos que luego revenden a compradores provenientes de Buenos Aires principalmente. En cuanto a la producción agrícola se destaca el maíz, anco, zapallo, y la sandia, destinados principalmente al autoconsumo; y para el mercado, el cultivo de algodón (tanto en áreas de secano como de riego), y la producción de alfalfa para fardos y semilla, además de la horticultura (acelga, remolacha, cebolla, anquin, batata, etc.) desarrollada en el cordón próximo a las ciudades de Santiago y La Banda.