Economía en el (des)orden mundial: ascenso de China, estancamiento del Norte Global y nuevo paradigma tecno-económico en disputa
En este quinto cuaderno nos abocamos a abordar de forma conjunta dos de las tendencias de la transición histórico-espacial contemporánea del sistema mundial que hemos venido desarrollando. Se trata de la cuarta y la quinta tendencia, de acuerdo con lo señalado en el primer cuaderno: la crisis económica estructural del capitalismo financiero global y el nuevo paradigma tecno-económico en disputa (al cual muchos trabajos se refieren como la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0).
China, la ASEAN y el desafío del reposicionamiento estratégico
Desde la estructuración de complejas cadenas globales de valor y el surgimiento de nuevos mercados, hasta la presencia de importantes competidores en prácticamente todos los sectores económicos, el ascenso de China y los países del Este asiático en las últimas décadas ha modificado las oportunidades y posibilidades de desarrollo contemporáneas.
¿Cómo se desarrolló Corea del Sur?
A principios de los '60, era tan pobre como Zambia o Chad. En la actualidad, es un país altamente desarrollado, con un ingreso per cápita similar al de Japón y Nueva Zelanda y, junto con Israel, es el que más invierte en innovación. ¿Cómo lo logró?
Los BRICS y la caída de otro muro
El sistema creado en Bretton Woods hace siete décadas está a punto de colapsar. No se trata de un hundimiento abrupto sino de la lenta erosión de su legitimidad y de la capacidad para dirigir los asuntos globales. En su lugar viene pugnando por nacer un nuevo orden cuyos cimientos comenzó a construir la IV Cumbre de los BRICS en Nueva Delhi.
Vivimos un parteaguas, asegura el historiador Paul Kennedy. “Mientras ocurre, son muy pocos los contemporáneos que se dan cuenta de que han entrado en una nueva era”, escribió en un articulo titulado, precisamente, “¿Hemos entrado en una nueva era?” (El País, 3 de noviembre de 2011). El historiador prefiere no abordar los cambios bruscos como las grandes guerras, sino “la lenta acumulación de fuerzas transformadoras, en su mayor parte invisibles, casi siempre impredecibles, que, tarde o temprano, acaban convirtiendo una época en otra distinta”.