Budismo y protesta en Birmania. Entrevista a Gustaaf Houtman*
¿Hay que comprender la crisis birmana a través del prisma del budismo?
La crisis se ha desarrollado a partir de una organización espontánea de jóvenes monjes constituidos en red. Han hecho algunas modestas demandas, como la reducción del precio de los bienes de primera necesidad o la liberación de los presos políticos, pero el régimen nunca ha respondido.
Desde 1962, ha habido varios periodos de violencia. Ningún estado ha ido tan lejos para controlar un país. Estas manifestaciones son el último recurso. Pero está también la idea subyacente de que el poder político es dependiente del orden espiritual. En los discursos de los políticos, el léxico siempre utiliza recursos budistas. Los marxistas birmanos de la época de la independencia utilizaban la terminología budista para traducir a Marx. Y pensaban que Karl Marx era budista.
¿Cuál es el papel político de los monjes?
En 1988, la junta presentó las elecciones como una ofrenda a los monjes, no a los civiles. Los monjes se han convertido en una fuerza política, porque todas las demás fuerzas han sido arrestadas y los únicos lugares seguros son los monasterios. Cuando el ejército organizó las elecciones y las perdió, los monjes propusieron reunir el parlamento en los monasterios. Pero el régimen se negó. Hablar de comportamiento político a propósito de los monjes es contranatura porque no protestan nunca políticamente. Están en su derecho al salir a la calle porque no pueden ya practicar su religión. Es el régimen el que ha transformado la religión en un asunto político. Los monjes sencillamente se han reunido en la calle porque su medio de subsistencia se ha agotado: la población no tiene ya los medios para subvenir a sus necesidades alimenticias. Esta situación afecta a su capacidad de llevar una vida de monje según la regla. Deben rezar, aprender, meditar. No pueden por tanto concentrarse en su actividad, practicar su religión ni formar a los novicios. En el budismo, hay que eliminar toda la animosidad alrededor de sí antes de poder practicar. Es lo que están haciendo. Intenta neutralizar la animosidad saliendo a la calle.
¿Quiénes son estos bonzos?
El término "bonzo" es impropio en el caso birmano. Pues los monjes budistas pueden casarse, mientras que ellos no pueden hacerlo. Se llaman "bhikkhu", lo que significa "mendicantes" en sánscrito. Todo el mundo puede hacerse monje. Yo mismo, habría podido serlo. Todos los jóvenes hace al menos una ordenación en su vida, es la razón por la que los monjes están muy cercanos a la población. Son tan numerosos como los soldados, unos 400.000 y están exentos de impuestos. Esta estructura ha dado una posición particular a los monjes. Todas las enseñanzas se imparten en los monasterios. Toda la vida gira alrededor de ellos.
¿Cómo controla la junta a los monjes?
Hay un consejo de monjes cuyos miembros son seleccionados por el régimen. Este consejo ha pedido a los "bhikkhu" volver a sus monasterios. Los militares nombran a monjes que les son favorables. No tienen derecho a ganarse su vida, a casarse, ni a cocinar. Deben recibir el alimento que se les ofrece y consumirlo el mismo día. Son fundamentalmente dependientes de la limosna. Es fácil para alguien decir "de acuerdo, me ocupo de vosotros", volviéndose cada más cercano, hasta ordenar "ahora, hacéis lo que os diga". Es así como algunos caen en la dependencia del Ejército.