Crisis judicial

La reciente controversia motivada por la actuación del juez de la Corte Suprema Carlos Fayt marca cuestiones relevantes sobre el rol del Poder Judicial en la actual coyuntura. En primer lugar, expone una crisis de la Corte que se extiende al conjunto de uno de los tres poderes del Estado. Durante el menemismo, nuestro país soportó a un tribunal superior que se ganó la definición de Corte de los milagros y, además de las sospechas de corrupción, ineficiencia y falta de nivel jurídico, fue una expresión de esa época y funcional al proyecto del menemismo. Tiempos de entrega del patrimonio público, de desarticulación del Estado, de alineamiento incondicional con Estados Unidos. En suma, de todo lo que implicó el triunfo político, económico y cultural del neoliberalismo. La inesperada llegada del kirchnerismo significó un cambio político copernicano, inaugurando una nueva etapa histórica, de la que emergió una Corte Suprema respetable en términos jurídicos y éticos, de capacidad profesional, y con multiplicidad de orígenes ideológicos. De modo que ese poder estatal se amalgamaba a un proceso de cambios y transformaciones integrales en la Argentina.