Nuestro pasado angoleño
Mucho se ha dicho sobre Angola en estos días. En varios medios el país fue presentado como un lugar exótico, distinto y totalmente desconectado con nosotros. Sin embargo, como los presidentes recordaron en su encuentro, la historia argentina tiene un importante vínculo con Angola.
Es bien sabido que el Río de la Plata fue uno de los destinos de los comerciantes de esclavos europeos que embarcaban cargas de cautivos en Africa y las trasladaban a América. De 1680 a 1777 entraron al menos 40 mil esclavos en la región, mientras que entre esa última fecha y 1812 –cuando se interrumpió el tráfico– unos 70 mil fueron desembarcados en Buenos Aires y Montevideo (a esa cifra hay que sumar otra, desconocida, de esclavos ingresados por tierra desde Rio Grande do Sul). El 22 por ciento de los que llegaron directo desde Africa provenía de Congo y de Angola. En realidad partieron muchos más pero uno de cada cinco, como promedio, moría en los barcos. El viaje desde Angola tomaba dos meses por las corrientes marítimas, y las condiciones de vida a bordo eran pésimas, lo cual causaba una gran mortalidad.