La realidad es más compleja: segundos pensamientos sobre Islandia y Chipre
Valgan estas líneas como una autocrítica no por lo que dije en mi artículo del domingo anterior sobre los casos de Islandia y Chipre sino por lo que me faltó decir ya que a veces, involuntariamente, el silencio avala el "sentido común" dominante (que es conservador y reaccionario).
Quise desplazar la atención del terreno ocupado por los economistas (que se preocupan sobre todo por la evolución el PIB y por el carácter neoclásico o keynesiano de las recetas que prescriben) para recordar que son los seres humanos los que establecen las relaciones económicas y, por lo tanto, cuentan la historia, las tradiciones democráticas y de lucha y la diversidad en la estructura de clases de los países enfrentados al mismo desafío así como la presencia o ausencia de dirigentes que, en cierto modo hayan favorecido la preparación de los cambios y la voluntad de los pueblos de asumir su destino.