Cumbre en Teherán: Putin y Ahmadineyad advierten y desafían al poder de EE.UU
La floreciente “relación estratégica” entre Putin y Ahmadineyad, que el martes 16 de octubre escribió una nueva etapa en Teherán, se alimenta de petróleo, un recurso vital, cada vez más escaso, de un valor estratégico incalculable para construir poder, y que se cotiza como oro (negro) en los mercados mundiales del sistema capitalista.
Favorecido por los altos precios del petróleo (que este martes superó la barrera de los 88 dólares), y con su renovado sistema de armamento nuclear y convencional, el gobierno de Putin comienza a desafiar a la hegemonía imperial estadounidense en relación con Asia, Irán, Medio Oriente y América Latina.
Putin señaló que “los proyectos que puedan causar daños serios al medio ambiente de la región no deben ponerse en marcha sin discutirlo previamente con las cinco naciones del Caspio” (Rusia, Irán, Azerbaiyán, Kazajistán y Turkmenistán).
El presidente ruso también destacó la necesidad de que todos los países del Caspio prohíban el uso de su territorio con propósitos militares contra cualquier otro de los países, en clara referencia al supuesto interés de EEUU de utilizar a las antiguas repúblicas soviéticas de la zona como base de operaciones contra Irán.
Por su parte, Ahmadineyad, potenciado por la visita del líder ruso, destacó la necesidad de mantener a las potencias extranjeras fuera del Mar Caspio.
“Todas las naciones del Caspio coinciden en lo principal, que la decisión sobre todos los aspectos relacionados con este mar corresponde exclusivamente a las naciones litorales”, afirmó.
Según la agencia oficial IRNA, el acuerdo estratégico entre ambas naciones es tan amplio y sólido, que el encuentro sirvió, además, para la creación de un frente común ante las “amenazas regionales e internacionales”, en otra velada alusión a EEUU y sus socios de la Unión Europea.
“El Mar Caspio es un mar mediterráneo que sólo pertenece a los Estados del Caspio, y por tanto sólo ellos tienen derecho a tener barcos y fuerzas militares en la zona”, desafió Ahmadineyad en su discurso.
Complementando el mensaje a Washington, Putin advirtió “que la paciencia y las negociaciones son el mejor camino, y que intentar intimidar a Teherán “no tiene futuro”.
El presidente ruso señaló que ambos países apuestan por un escenario internacional multipolar como alternativa al sistema que defiende Washington. “EEUU no puede imponer un sistema unipolar porque ninguna potencia es capaz de resolver todos los problemas por sí sola”, señaló.
En esta línea, Putin señaló que la situación actual en Irak y Afganistán es fruto del “unilateralismo” estadounidense y defendió la colaboración con Naciones Unidas y otras organizaciones para fomentar el “respeto” de “las normas internacionales y los códigos de conducta”.
El otro asunto clave de la agenda de Putin en Teherán fue dar una clara señal del apoyo de Moscú al plan nuclear iraní, el detonante encarpetado del conflicto militar en Medio Oriente.
El líder ruso afirmó la continuidad de la provisión de materiales y asistencia técnica para terminar la construcción de la central nuclear de Bushehr, que quita el sueño tanto al Estado de Israel como a EEUU.
La ratificación por parte de Rusia de su acuerdo nuclear con Irán, adquiere relevancia dentro de una nueva escalada de la Unión Europea y EEUU para aplicarle nuevas sanciones a Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU, que se reúne nuevamente en noviembre.
La sola presencia del presidente ruso en Teherán, fue exhibida como un triunfo de la diplomacia iraní ante el creciente aislamiento internacional de la República Islámica impulsado por EEUU y sus socios sionistas de la Unión Europea.
Con el precio del petróleo (la fuente de su poder estratégico) trepando los 88 dólares, en un escenario internacional marcado por una crisis ascendente de los mercados financieros, y con nuevos “frentes de guerra” en la frontera norte iraquí y en Medio Oriente, la presencia del presidente ruso en Irán, ratificando su abrazo estratégico con Ahmadineyad y el poder de los ayatolas, es una señal más que clara de que el mundo “globalizado” por la hegemonía sionista–estadounidense avanza hacia un desenlace.
Fuente: [color=336600]IAR Noticias – 18.10.2007[/color]