Darfur: simplificación y moralización del conflicto
«Estados Unidos debe actuar ahora para poner fin al genocidio en Darfur»
Autor: Joseph R. Biden Jr (ha desarrollado una carrera exclusivamente política. Electo senador por Delaware en 1972, tan pronto como alcanzó la edad legal de 30 años, se dio a conocer primero por sus posiciones liberales en el seno de la Comisión de Justicia. En 1991 dirige audiencias ampliamente divulgadas por los medios de comunicación con motivo de la nominación del juez Clarence Tomas para el Tribunal Supremo aunque el magistrado había sido acusado de acoso sexual. En 1997 se convierte en el líder demócrata y luego en el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. Incitó a su país a involucrarse militarmente en Yugoslavia y después en Irak, pero se opone al programa de «guerra de las galaxias». En estos momentos es el líder demócrata de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado).
Fuente: Gulf News (Emiratos Árabes Unidos), Baltimore Sun (Estados Unidos)
Resumen En Darfur, se asiste a un genocidio metódico que ha provocado ya la muerte de entre 180 000 y 400 000 sudaneses y el desplazamiento de dos millones de personas desde inicios del año 2004. Es la consecuencia de la campaña de eliminación sistemática del gobierno sudanés cuyo objetivo son los grupos no árabes y los grupos tribales africanos. En la actualidad el genocidio continúa y la situación se ha degradado tanto que la ONU y las agencias humanitarias no pueden ya llegar a ciertas zonas.
Existen, sin embargo, razones para la esperanza. La semana pasada, la ONU, apoyada por Estados Unidos, aceptó enviar una fuerza para el mantenimiento de la paz a fin de sustituir a una valiente, pero ineficaz fuerza de la Unión Africana. Podemos y debemos actuar mejor. Es necesario que las fuerzas de la OTAN desplieguen más fuerzas en la región; Washington debe tomar la dirección de las operaciones e instaurar una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles. Estados Unidos debe asegurar que está dispuesto a tomar la dirección de las operaciones.
En los años 90, no logramos impedir el genocidio de Rwanda, pero intervenimos en Bosnia y Kosovo, acciones que no eran populares, pero sí necesarias. Al atacar a su pueblo, el gobierno sudanés ha renunciado a su soberanía y la suerte de las víctimas es a partir de ahora responsabilidad de las sociedades civilizadas.
«Poner fin al genocidio en Darfur»
Autores John Heffernan, David Tuller
Ex vicepresidente del Business Council for the United Nations y ex director del International Rescue Committee para Yugoslavia, John Heffernan es investigador para Physicians for Human Rights. Fue director del National Democratic Institute for International Affairs, una de las cuatro ramas de la National Endowment for Democracy, en Guyana, y director en Washington de la Coalition for International Justice.
Periodista independiente y miembro fundador de la National Lesbian and Gay Journalism Association, David Tuller fue reportero del San Francisco Chronicles. Participó en la redacción del informe sobre Darfur de Physicians for Human Rights: Assault on Survival.
Fuente: San Francisco Chronicle (EU)
Referencia «Ending the genocide in Darfur», por John Heffernan y David Tuller, San Francisco Chronicles, 12 de febrero de 2006.
Resumen. En septiembre de 2004, la administración Bush declaró que los asesinatos, violaciones y destrucciones en Darfur constituían un genocidio. Desde entonces, cientos de miles de personas han muerto, pero los responsables de la masacre, el gobierno sudanés y las milicias, continúan con su campaña contra las poblaciones no árabes. Esta campaña comenzó en 2003. Los beligerantes se presentan o identifican el campo adverso como los «árabes» o los «africanos», aunque la distinción no se basa en el color, sino en la lengua, etnia, cultura y modo de vida. Los árabes son pastores nómadas, mientras los africanos son agricultores sedentarios.
Los asaltantes son árabes, pero eso no quiere decir que los árabes apoyen mayoritariamente estos ataques. Los agresores cometen sus crímenes para destruir un modo de vida, no mediante la eliminación inmediata, sino colocando a las poblaciones en situaciones que las llevarán a la muerte por hambre. Es eso lo que quieren el gobierno sudanés y los janjaweed. Condenan a una población a muerte, obligándolas a huir de sus poblados.
Estados Unidos quiere presidir el Consejo de Seguridad de la ONU este mes y no debe dejar pasar la oportunidad de reactivar la acción internacional sobre este problema. Es necesario suministrar más medios para los refugiados y comenzar a pensar en un sistema de compensación para las víctimas.
«Nuestro amigo, un arquitecto del genocidio en Darfur»
Autores John Prendergast, Don Cheadle
John Prendergast es asesor especial del International Crisis Group. Fue miembro del National Security Council para asuntos africanos y del US Institute of Peace.
Don Cheadle es actor estadounidense. Fue nominado al Oscar 2005 como mejor actor por su papel en Hotel Rwanda, en el que desempeña el papel de un director de hotel rwandés durante el genocidio.
Fuente: Los Angeles Times (Estados Unidos)
Referencia «Our friend, an architect of the genocide in Darfur», por John Prendergast y Don Cheadle, Los Angeles Times, 16 de febrero de 2005.
Resumen. Hace 18 meses que Estados Unidos concluyó que en Darfur tenía lugar un genocidio. Sin embargo, George W. Bush, el único presidente en declarar que ocurría un genocidio durante su mandato ha hecho poco para detenerlo. La razón de esta falta de reacción podría muy bien ser Salah Abdallah Gosh, nombre bien conocido de los responsables de la lucha antiterrorista y de las víctimas de atrocidades en Darfur.
Entre 1990 y 1996, fue asistente de Bin Laden en Sudán y, después de 2003, dirige las operaciones de contrainsurgencia en Darfur. Ello debería conducirlo a ser inculpado por crímenes de guerra, pero en vez de eso, la CIA lo ha convertido en uno de sus principales interlocutores para el tema de la lucha contra el terrorismo y en un informante en lo referente a Al Qaeda, pero los pecados de Gosh son demasiado importantes como para ser ignorados. ¿Puede ser ignorado por la CIA alguien que equipa a los janjaweeds? Además, Sudán sólo cambió de actitud en el pasado frente a las amenazas.
Finalmente, la historia de Gosh ilustra los límites de la política antiterrorista que sacrifica otros objetivos políticos. Ello mina el liderazgo moral de los Estados Unidos. Es necesario duplicar las tropas en Darfur.
«Darfur: detengan las masacres o paguen el precio»
Autor Jack Straw
Jack Straw es el ministro laborista de Relaciones Exteriores del Reino Unido. Fue bajo su autorización que el dictador chileno Pinochet detenido en Londres pudo salir de Inglaterra sin tener que rendir cuentas a la justicia.
Fuente: International Herald Tribune (Francia)
Referencia «Darfur: Stop the killing, or pay the price», por Jack Straw, International Herald Tribune, 17 de febrero de 2006.
Resumen. La crisis de Darfur ha provocado ya entre 70 000 y 400 000 muertos. Sólo puede tener solución mediante un acuerdo político que ataque las causas del conflicto y es a los que se supone se dediquen las partes que se encuentran en Abuja, Nigeria. El Reino Unido apoya el proceso de paz y ha financiado la actual reunión con un millón de libras, pero el avance de las discusiones es muy lento y los negociadores no respetaron la fecha límite del 31 de diciembre de 2005 para llegar a un acuerdo. El gobierno de Jartum viola diariamente el cese al fuego y es el pueblo de Darfur el que sufre. Las únicas personas capaces de detener las masacres están en Abuja y deben tomar decisiones que permitan reconstruir Darfur.
Haría falta tomar cinco decisiones inmediatamente:
- Los negociadores deberían declarar sus posiciones y los compromisos a que están dispuestos.
- Respetar el cese al fuego: el gobierno de Jartum es el primer responsable por la seguridad de los ciudadanos sudaneses y debe detener las ofensivas de las milicias janjaweed. Sin embargo, es el movimiento rebelde el mayor responsable de los últimos ataques.
- Detener todos los ataques de las tropas de la Unión Africana.
- Facilitar el trabajo de las agencias humanitarias.
- Entregar a la justicia a los responsables por las atrocidades.
Al mismo tiempo, las partes deberán llegar a un acuerdo que establezca la paz verdaderamente. No es normal que los dirigentes rebeldes no estén presentes en las negociaciones, contrariamente a los responsables del gobierno sudanés. No llegar a un acuerdo sólo puede provocar más muertes. La comunidad internacional no dejará impunes a los responsables de la obstrucción de las negociaciones. La resolución 1591 permite ya las sanciones contra estos individuos.
«La guerra no puede resolver la crisis de Darfur»
Autor Aissam Eddine Al Hajj
Aissam Eddine Al Hajj es vocero del movimiento del Ejército de Liberación de Sudán (nuevo nombre del Ejército de Liberación de Darfur).
Fuente Alarabonline.org
Referencia «أزمة دارفور لا يمكن حلّها بالحرب », por Aissam Eddine Al Hajj, AlarabOnline, 16 de febrero de 2006.
Resumen El movimiento del Ejército de Liberación de Sudán expresa su apreciación sobre el papel que desempeña la administración británica para resolver las crisis de nuestro Estado. Asimismo, el movimiento agradece al ministro de Relaciones Exteriores británico por su desplazamiento hasta el lugar de las negociaciones, aún más por ser el primer ministro de Relaciones Exteriores europeo que toma tal iniciativa. El movimiento le agradece también su discurso en el que confirma la fuerte voluntad del Reino Unido y su compromiso en cuanto al desarrollo de la paz y la democracia en Sudán, al tiempo que llama al respeto de los Derechos Humanos y a la soberanía de la ley.
El movimiento confirma la visión de Jack Straw sobre la crisis sudanesa. Dicho de otra forma, comparte su enfoque consistente en excluir la guerra como salida a la crisis en cuestión. Por otra parte, la única solución para solucionar el conflicto debe ser política.
Nuestro movimiento explica la extensión de las negociaciones y la no obtención de un acuerdo antes de finales del año pasado por la obstinación del gobierno de Jartum y por su rechazo a hacer avanzar el proceso de paz, al tiempo que rechaza conceder a los ciudadanos de Darfur sus legítimos derechos.
Confirmamos nuestro total compromiso de respetar todos los protocolos y acuerdos firmados con el gobierno, al que acusamos de estar por detrás de la catastrófica situación actual en Darfur. En este mismo marco, el movimiento acoge el llamado de Straw, y el compromiso de su país de multiplicar sus esfuerzos para que se adopte la resolución 1591 de la Organización de las Naciones Unidas, lo que sin dudas permitirá perseguir y llevar ante la justicia a los que han violado los Derechos Humanos y dificultado el proceso de paz.
«Sudán tras los pasos de Irak»
Autor Moukhtar al Dobabi
Moukhtar al Dobabi es periodista del diario AlarabOnline. Fue secretario de redacción del periódico tunecino Al- Sarih.
Fuente Alarabonline.org
Referencia «السودان على خطى العراق », por Moukhtar al Dobabi, AlarabOnline, 18 de enero de 2006.
Resumen El llamado del secretario general de la ONU, Kofi Annan, a sustituir las fuerzas africanas por fuerzas internacionales en Darfur no es una iniciativa personal. En efecto, se trata de un proyecto estadounidense-europeo, lo que explica el rechazo, justificable, de Sudán. El despliegue de tropas internacionales significará el fracaso de la Unión Africana para resolver la crisis de Darfur. Es otra forma de decir que la solución africana y árabe no es suficiente, lo que implica la intervención de grandes potencias, sobre todo de los Estados Unidos, para globalizar la solución. Se sigue por lo tanto el ejemplo de Irak y, eventualmente, el de Siria.
La crisis de Darfur no habría sido tan complicada sin la intervención de actores extranjeros para arruinar los esfuerzos africanos. Por otra parte, las crisis en Sudán han sido siempre el testimonio de las intervenciones, regionales o internacionales, tendientes a desestabilizar y a debilitar este país petrolero. Sudán representa, por sí solo, un continente dentro del continente africano. Así, su estabilidad amenaza, desde el punto de vista occidental, las ecuaciones regionales elaboradas entre las grandes potencias desde la Guerra Fría, aún más cuando Estados Unidos aspira, en la actualidad, a desmantelar los países de grandes dimensiones, como Yugoslavia o Irak, para lo que se vale de los pequeños grupos étnicos o religiosos en los países que constituyen su objetivo.
Si bien las minorías étnicas, en el mundo árabe, sólo acuden a Washington para recuperar sus derechos y hacer respetar sus características, Estados Unidos trata de vincular el destino de estas minorías al de la administración Bush, es decir, dominarlas. La intervención militar directa para imponer la visión estadounidense en Darfur, a pesar del rechazo de Jartum y la Unión Africana, muestra hasta qué punto los conservadores se burlan del mapa mundial posterior a las dos guerras mundiales, el cual la administración estadounidense quiere remodelar en detrimento de los árabes.
Algunos de estos árabes, que han participado en la destrucción de Sudán a través de numerosas crisis, han dado la espalda a este país, abandonándolo a las potencias imperialistas. Peor aún, uno de los líderes del partido «Al-oumma» ha aplaudido la intervención extranjera, pensando que ésta impondrá la estabilidad y el respeto de los Derechos Humanos.