El encarcelamiento de Luiz Inácio Lula da Silva confirma una peligrosa tendencia de las democracias latinoamericanas: prisión sin delito para quienes protagonizaron gobiernos progresistas. 

Ese tornero mecánico, ese líder sindical que llegó a presidente del Brasil, ese luchador por la dignidad del pobre, ese creador de universidades, ese integrador de los pueblos latinoamericanos, es condenado por el brazo judicial de los poderosos que temen su vuelta al gobierno ya que no logran ganarse en la buena lid de la democracia las preferencias del pueblo. 

Brasil vive un proceso de desintegración política. La destitución parlamentaria de Dilma Rousseff y la instauración del gobierno ilegítimo de Michel Temer ha devenido en la dramática situación en que los corruptos logran condenar a la decencia. La elite brasileña, esa entente del poder económico constituida por los medios de comunicación, la elite judicial y las fuerzas armadas, parece no perdonar la osadía de la distribución más igualitaria del ingreso. 

El Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE) expresa su profunda condena a ese poder judicial vacío de justicia que viola las garantías del debido proceso y que derrumba el Estado de Derecho. Entiende que la sentencia es otro capítulo dramático del golpe a la democracia iniciado en el año 2016 y brega por el fin del estado de excepción que existe en Brasil. 

¡Por la democracia en Brasil, por la libertad para Lula!  

Buenos Aires, 09/04/2018