Un déjà vu de viejas desigualdades
En los barrios populares del conurbano bonaerense, niños, niñas y adolescentes viven la escolaridad como un delicado equilibrio entre el deseo de terminar la escuela y la necesidad de trabajar, la maternidad, la falta de celulares y los problemas de conectividad. “El futuro se juega en una suma de detalles mínimos que hacen que una escuela sea escuela: un lugar donde enseñar y aprender que no necesite de superhéroes ni actos heroicos”, dicen Silvia Grinberg y Julieta Armella.