Fuera de control: cómo el mundo dejó que el ébola se propagara
Tom Frieden recuerda a la joven de cabellos teñidos de un dorado cobrizo y meticulosamente trenzados, tal vez por alguien que la amaba mucho. La joven yacía boca abajo, con medio cuerpo fuera del colchón. Estaba muerta desde hacía horas, y las moscas ya habían descubierto la carne desnuda de las piernas.
Cerca de ella, yacían otros dos cuerpos. Los pacientes postrados que todavía no habían sucumbido ante la enfermedad decían: "Por favor, llévenselos de acá", en referencia a los cadáveres.
Ébola, una radiografía política
No es cuestión de dimitir o no, sino de autocrítica política y desaparecer de la vida pública: ¿en qué manos estamos?
Bastaría la desapacible historia de Teresa, su marido y el perro para convertir la llegada del ébola a España en un brutal retrato de época. Lo que estamos viviendo y contemplando son una serie de secuencias que confluyen en una pregunta: ¿en qué manos estamos? No se trata tan sólo de haber superado el nivel de incompetencia que suelen practicar los poderes públicos, lo que ya sería mucho, sino la desvergüenza con la que se muestra, se ejerce y hasta se exhibe, con impunidad absoluta.
“En 1976 descubrí el ébola. Hoy temo una tragedia inimaginable”
En declaraciones recogidas por Rafaela von Bredow y Veronika Hackenbroch, periodistas de Der Spiegel, y reproducida por el dominical londinense The Observer, Peter Piot, microbiólogo pionero en la lucha contra el ébola, analiza la historia del virus y la situación actual.
Profesor Piot, como científico joven que trabajaba en Amberes, formó usted parte del equipo que descubrió el virus del ébola en 1976. ¿Cómo sucedió?
Lo recuerdo todavía con exactitud. Un día de septiembre, un piloto de las líneas aéreas [belgas] de Sabena nos trajo un termo azul brillante y una carta de un médico de Kinsasa, en lo que entonces era Zaire. En el termo, escribía, había una muestra de sangre de una monja belga que había enfermado recientemente de una misteriosa dolencia en Yambuku, una remota aldea en la parte norte del país. Nos pidió que examináramos la muestra en busca de fiebre amarilla.