El agua, otra razón de las tensiones
Guerra en oriente medio: conflictos entre Israel y los países árabes
En Oriente Medio, el agua es un bien escaso. Las guerras de conquista no lo ignoran.
Néstor Restivo
Fuente: Clarín
En Oriente Medio vive el 5% de la población mundial y los índices demográficos van en alza. Pero allí está sólo 1% de los recursos hídricos, en medio de mares de agua salada y arena. La falta de agua potable y la lucha por acceder a ella es otro condimento de las guerras en la región, antes y ahora.
En las palestinas Cisjordania y Franja de Gaza hay escasos yacimientos acuíferos En la ciudad de Belén, por ejemplo, en verano hay sólo dos días de agua por semana, y en general en los territorios la disponibilidad es apenas 25% del promedio del consumo humano en el resto del mundo. El diseño del muro que levanta Israel en el límite con tierras palestinas -al cual resisten numerosas organizaciones pacifistas y contra la segregación, hebreas y árabes- tuvo en cuenta las fuentes de agua, y hubo denuncias porque se vulneró lo acordado en los acuerdos de paz de 1995 sobre el deber de compartir el agua del río Jordán. Para Elizabeth Sime, de la organización humanitaria Care International, "la ruta del Muro se ajusta a la localización de los recursos acuíferos y sitúa éstos convenientemente en el lado israelí".
Y al norte de Israel, en los choques con Siria (por la ocupación israelí de las Alturas del Golán) o el Líbano ahora, el recurso también ha incidido, dado que una las pocas fuentes de la zona que nutre el Jordán es el lago Tiberíades o Kineret (el Mar de Galilea), una parte del cual está en el Golán.
Hoy se estima que dos tercios del consumo de agua en Israel proviene de territorios que no le fueron asignados en 1948, cuando se creó el Estado.
Ingenieros y científicos israelíes han hecho un trabajo excepcional de riego por goteo para tierras áridas, que incluso exportaron con éxito a otros países como México. Pero eso sólo no alcanza para abastecer su país. Y los procesos de desalinización de aguas marítimas o reutilización de aguas residuales aún están poco desarrollados -si bien en auge- o son muy costosos. Israel supo desde siempre esa limitación a su desarrollo: ya en 1953, el gobierno de David Ben Gurión ordenó el acueducto más grande de la historia del país, partiendo del lago Tiberíades. Por esa consciencia, en las conquistas de territorios también pesa el acceso al agua, que deja así de ser sólo un tema lateral.
José de los Santos Zárate Díaz, investigador de la Universidad Cooperativa de Colombia, rastreó para el último medio siglo más de 500 conflictos por el agua en todo el mundo, de los cuales 31 fueron violentos y 30, protagonizados por Israel y los países árabes que lo rodean, dice. El acuerdo de paz jordano-israelí o los intentos de acuerdos con los palestinos siempre incluyeron cláusulas sobre el agua.
Michel Warshawsky, de Indymedia Israel, cree que como cada vez el problema será más acuciante, debería haber, al menos entre los países árabes, mayor colaboración, por ejemplo entre aquellos que tienen más recursos energéticos (como Arabia Saudita o sus reinos vecinos) y los que cuentan con más agua (Turquía, Irak, Siria y el Líbano, en ese orden, los únicos que tienen el mínimo de disponibilidad diaria recomendado por la Organización Mundial de la Salud). Pero no hubo hasta ahora mucha colaboración interárabe, sólo la de Egipto y Sudán en 1959, recordó hace poco un artículo de La Luz, una revista judía independiente de Buenos Aires.
En cuanto a Israel, que pasó de 800 mil habitantes en 1948 a unos 7 millones ahora, sus incursiones no sólo en tierras palestinas sino al norte -la ocupación de las Alturas del Golán, la del Líbano en 1982-2000 y el intento actual de una franja de seguridad contra la guerrilla de Hezbollah- también incluyen la necesidad de garantizar agua para su población.