El campo de negociación: La apropiación del discurso ambientalista por las comunidades campesino-indígena en el Noroeste Argentino
Introducción
Este trabajo se enmarca dentro del conjunto de interpretaciones resultantes de una investigación en la que estamos trabajando desde hace dos años. La misma refiere al papel que han desempeñado las alianzas estratégicas entre distintos actores en la resolución de los conflictos. En nuestro caso en particular nos referimos al conflicto por la tenencia legal de la tierra que sostienen las comunidades indígena-campesinas Kollas que habitan Finca San Andrés (FSA), en el departamento de Orán, Provincia de Salta, Argentina, en alianza con ONG´s ambientalistas (Green Peace y Yaguareté) y organismos internacionales (Comuna de Luxemburgo), frente al Ingenio San Martín del Tabacal (SMT), los dueños de la tierra, las empresas multinacionales que explotan recursos naturales en la región y las distintas instancias gubernamentales que están involucradas.
Desde el siglo pasado, el latifundio, la colonización de pequeños propietarios mestizos y más recientemente las plantaciones comerciales y las empresas multinacionales, han presionado sobre la propiedad comunitaria indígena y han contribuido a reducir considerablemente los recursos naturales de los que pueden disponer las comunidades indígenas. Muchos pueblos han perdido progresivamente sus tierras quedando reducidos a colectividades carentes de una base ecológica propia. Por ello que la historia independiente y moderna del continente está profundamente marcada por las luchas agrarias de los pueblos indios (Rudee, 1981). Si bien, las luchas indígena-campesinas de nuestro país conservan el mismo contenido en cuanto evocan el derecho consuetudinario de la tierra, han ido adquiriendo en los últimos años, características diferenciales. Es decir, las luchas fueron desplazándose hacia el ámbito cultural, matizándose con demandas por la autodeterminación, por el derecho comunitario, por el respeto a la diversidad cultural, a un uso diferente del espacio y del tiempo.
Nosotros consideramos y argumentamos que estas "distinciones" fueron construidas a partir de las interacciones con los nuevos movimientos sociales (indigenistas, de derechos humanos, ambientalistas) que las comunidades Kollas fueron tejiendo durante los últimos veinte años:
"Sobretodo el contacto y comunicación con otras comunidades y otras organizaciones es la fortaleza, porque si nosotros nos encerramos y agotamos las relaciones, Tinkunaku3 no vive... Tinkunaku sobrevive gracias a las relaciones, a las posibilidades de apertura, que tiene esta institución en el ámbito nacional e internacional.
Luxemburgo es una pata importante para Tinkunaku y ahora tenemos otro aliado más en Bélgica, Gastón Lion que está muy cercano al Parlamento Belga y el año pasado nos dio una mano importante con el tema del gasoducto. Te imaginás que la parte belga es el apoyo político, más que nada, que gestiona. Y esas relaciones no se las ha hecho de hoy para mañana. Tinkunaku tiene una trayectoria que con toda suerte se ha afianzado" (Entrevista a Dirigente de las Comunidades, Agosto 1999).
Algunos jóvenes "salieron" de las comunidades a fines de los años '70 entraron en contacto con organizaciones como el AIRA (Asociación Indígena de la República Argentina) que los introdujo en la temática aborigen. En los años '80, de regreso a sus comunidades, se transformaron en los portavoces de los derechos indígenas al interior de la FSA y promovieron la movilización para obtener la propiedad de las tierras. La articulación dentro del movimiento indígena/indigenista, se buscó también a través del lazo con organizaciones de base, compuestas íntegramente por indígenas:
"Eso con la idea de fortalecer lazos de amistad y cooperación que, lógicamente, como cuestión política es muy buena para nosotros" (Entrevista a Dirigente de Tinkunaku, 1999).
Finalmente hicieron contactos, algunos esporádicos, con organizaciones de otros pueblos aborígenes, como el Parlamento del Pueblo Mapuche, o la Federación Indígena de Ecuador, también con otras organizaciones ambientalistas además de las ya mencionadas como Bosques Tropicales de Londres y San Francisco.
Organizaciones campesinas, Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, y con Universidades, UBA (Buenos Aires) y UNSA (Salta). Y por último con organismos gubernamentales como el Plan Social Agropecuario (PSA), Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) o FONCAP (Fondo de Capital Social). Vinculado a lo anterior los Kollas dicen:
"En dos oportunidades, cuando estuvimos en Luxemburgo, nos entrevistamos con los Sin Tierra y después en Salta en el Congreso que había hecho la Universidad. No sé si en un plano concreto hubiera sido bueno, pero siempre en el plano de la discusión, el contacto, el carteo... el MST en Brasil es muy grande y nos hubiera servido de discusión, el cambio de estrategias, a lo mejor algunas cosas, leyes...". "Pero hemos hechos cartas, hemos mantenido un carteo con la gente de los bosques tropicales de Londres y también de San Francisco... una organización indígena de EEUU... por el tema del bosque. Y después en el plano nacional también hicimos bastante contactos con las.4 organizaciones de Jujuy, del Chaco, del sur de Bs. As, indígenas. Eso con la idea de fortalecer lazos de amistad y cooperación que lógicamente como cuestión política es muy buena para nosotros..." (Entrevista a Dirigente de Tinkunaku, Agosto 1999).
El tejido de alianzas se muestra como una estrategia central para el mantenimiento de la organización de las comunidades y su capacidad de acción. Visualizamos, entonces, en estos encuentros la construcción de lo Conklin y Graham parafraseando a R. White, han denominado un "campo de negociaciones" entre las comunidades Kollas y los otros sujetos sociales. Ese campo es concebido como un espacio político, una arena de comunicación intercultural y de acción política conjunta, en el cual las políticas son fundamentalmente simbólicas; no son de identidades comunes o intereses económicos, sino ideas e imágenes que movilizan ideas políticas a través de amplias brechas espaciales, lingüísticas y culturales. (Conklin-Graham, 1997).
A lo largo de este trabajo intentaremos profundizar en el proceso de construcción de dicho campo de negociaciones entre las comunidades Kollas y algunos representantes del movimiento ambientalista en nuestro país: Green Peace y Yagureté. Nos preguntaremos específicamente si el discurso ambientalista, al cual nosotros concebimos como exponente de los nuevos movimientos sociales de alcance global, adquiere matices específicos en el discurso de los habitantes de las comunidades Kolla.
¿Cómo los Kollas resignifican sus prácticas cotidianas a partir de la apropiación de dicho discurso? Y por otra parte también nos preguntaremos ¿Cómo ha contribuido este proceso de apropiación discursiva en la construcción de las estrategias políticas de las comunidades en torno al conflicto por la recuperación de la tierra?
Antecedentes Del Conflicto: Actores E Intereses.
El conflicto que tiene como eje la disputa por la propiedad y el uso de las 129.248 hectáreas que componen Finca San Andrés (FSA), en el noreste de la provincia de Salta, es el resultado de un conjunto de acontecimientos que se desencadenan a partir de 1932, cuando la familia Patrón Costas, dueña del Ingenio San Martín del Tabacal, adquiere en un remate del Banco Hipotecario las tierras de FSA con sus pobladores - Comunidades Kollas- dentro. A partir de la nueva situación los Kollas se vieron obligados, coacción mediante, a pagar el arriendo por el uso de la tierra, los frutales y el pastoreo de los animales, trabajando en la cosecha de la caña de azúcar. En el año 1946 las condiciones políticas establecidas promovieron la primera movilización de los Kollas de Salta y Jujuy a Buenos Aires para manifestar ante las autoridades nacionales sus reclamos por la propiedad de la tierra. Esta acción, o primer "caravana"4 , se conoció en los medios de comunicación de la época como "El malón de la paz por las rutas de la patria".
En el año de 1948 la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta, sancionó un proyecto de ley (Ley Provincial 1012/48) en donde se declaraba de "utilidad pública" la expropiación de las tierras de la Finca. Nunca se efectivizó la medida. Bajo el último gobierno de facto (1976-1983), Patrón Costas emprendió una serie de medidas tendientes a aumentar los arriendos e inclusive a expulsar a los habitantes de la Finca. Colocó un "portón" en el acceso a la Finca, y cortó los pasos internos produciéndose entonces la muerte de gran parte de la hacienda bovina de la Finca que no podía circular libremente en función de las condiciones climáticas. Este hecho puso en jaque la reproducción material de las comunidades al eliminar el principal recurso económico.
Ante esta situación, los Kollas reaccionaron primeramente en forma individual, iniciando acciones contra el Ingenio ante el Juzgado dependiente del Distrito Judicial. del Norte. Hasta que comenzaron a desplegar una dinámica de otra naturaleza. Los jóvenes de los distintos asentamientos de la Finca se juntaron para iniciar acciones conjuntas, demandando por la propiedad de la tierra y por el fin de los maltratos recibidos por los administradores del Ingenio.
Los Kollas se lanzaron entonces a discutir su condición de arrendatarios, además de pensar formas y estrategias para superar el riesgo de ser expulsados. Para alcanzar sus objetivos, los Kollas llevaron a cabo varias caravanas: 1984, 1987 y 1993. Esta última fue denominada: "El segundo Malón de la Paz", y se dirigió a Buenos Aires, para reunirse con el Presidente Menem, y concretar finalmente la expropiación de las 19.000 hectáreas y limitar el ingreso a la Finca de empresas madereras que estaban desmontando las "yungas"5 . El Ingenio SMT fue comprado por una multinacional, Seabord Corporation, que extraía madera de la Finca, junto con Madenor. A su vez la empresa Techint S.A. empezó a trabajar en la zona para la construcción de un Gasoducto a Chile que atravesaba toda la Finca.
En 1997, coincidentemente con el conflicto que se había desatado6 en función de la tala que estaban realizando en las "Yungas" Madenor y Seabord Corporation, y con las actividades de Techint, irrumpen en alianza con los Kollas, las agrupaciones ecologistas Green Peace y Yaguareté:
"Green Peace Luxemburgo nos manda a nosotros [Green Peace Argentina] en el 95, una carta y nos dice que parece que en Salta hay gente que está cortando árboles, hay una selva, etc. El sector ejecutivo de Green Peace Argentina va a Salta, toma contactos con los indios y empieza todo... Después no volvimos a saber más nada de ellos hasta la campaña de bosques. Agarramos en la Argentina y nos fijamos: a ver ¿Cuál es el bosque más jodido, a punto de extinguirse? Y saltan las Yungas... Me conectó con la gente de Yaguareté. A partir de ahí con la gente de Yaguareté hicimos el primer viaje y empezamos a ver el tema de la tala y documentamos el tema de la tala. Filmamos, sacamos fotos y después de la tala vino lo del gasoducto..." (Entrevista a un directivo de Green Peace Argentina, Noviembre 1999).
Mientras el personal de Green Peace y las Comunidades efectuaban tareas de recolección e identificación de especies descubren el comienzo de obras para el gasoducto que tenía planeado construir la empresa internacional NORANDINO, subcontratando a Techint como ejecutor:
"...Cuando nosotros estábamos con el tema de la tala, nosotros vemos que Techint había empezado a hacer tareas de relevamiento en la zona y ahí nos avivamos que pensaban hacer un gasoducto. Nosotros caminábamos por la selva buscando árboles y de repente veíamos una estaca de color blanco y rojo, y empezás a preguntar y no sabían quien había sido... Nadie sabía nada. Los que sí estaban informados y esta es la parte más roñosa de todas es que Techint nunca reconoció a las comunidades, porque la entrada, para poner estacas, le pidió permiso al Ingenio, reconociendo que eso es del Ingenio. Hay una alianza entre Techint y el Tabacal obvia y lograron la prohibición de innovar contra Green Peace y contra las comunidades, es decir que ni Green Peace ni las comunidades podían acercarse hasta determinados metros del gasoducto" (Entrevista a un directivo de Green Peace Argentina, Noviembre 1999).
Este fue el principio de una serie de acciones conjuntas entre Green Peace y las comunidades, para evitar la construcción del gasoducto; lo cual significó una difusión ampliada del conflicto de los Kollas pues Green Peace defendiendo el medio ambiente se sumó al reclamo de los Kollas por la tierra, llevando la cuestión a la mayor cantidad.de medios de comunicación posible e iniciando una campaña de desprestigio hacia el grupo Techint y en especial hacia su director Agustino Roca7 . Los resultados consistieron en que se detuvo la tala de madera y que el administrador del Ingenio fue desplazado de su puesto en FSA. Sin embargo, el Gasoducto siguió su traza, provocando los problemas que los científicos de Yaguareté y Green Peace señalaron. No obstante Techint S.A. además de indemnizar a los Kollas con aproximadamente U$S 500.000, asumió un rol de mucho cuidado en cuanto a la construcción del gasoducto y con los habitantes, atendiendo problemas particulares. Entretanto la cuestión de la tierra, siendo el eje de la lucha de los Kollas, permanece aun sin resolverse. Además de la lucha por la tierra, es decir por la apropiación de recursos, consideramos que la lucha de los Kollas es también una lucha por la producción de sentidos, esto es, una lucha en donde los Kollas disputan con otros sujetos la definición de la realidad. Las luchas simbólicas se llevan a cabo en prácticas discursivas en donde se conjugan elementos provenientes de distintos órdenes que compiten por darle sentido al mundo, las categorizaciones triunfantes se vuelven hegemónicas. Sin embargo, en la medida que los procesos de lucha continúan, las categorizaciones son resignificadas y recreadas a lo largo del tiempo por los distintos grupos sociales. (Briones y Golluscio,1994)
Pero también es evidente como explica Tarrow que los movimientos y actores sociales están compelidos a "construir marcos de significados más amplios que puedan encontrar eco en la predisposición cultural de la población y transmitir un mensaje uniforme a quienes ostentan el poder y a otros estamentos" (p.215) Respecto de dicha construcción, consideramos que no es únicamente una tarea de los organizadores de los movimientos y grupos sociales, premisa que se desprende de la lectura de Tarrow, sino que en tanto los marcos se constituyen en procesos de negociación se debe tener en cuenta el rol de los miembros no organizadores así como el de agentes externos.
La posibilidad del "encuentro" entre Green Peace y las comunidades Kollas es posible, entre otras cosas, por el cambio ocurrido en los marcos de sentido de los defensores ambientalistas8 quienes en un principio se centraron en la protección de la flora y de la fauna y la presencia de la gente, aún de los nativos era visualizada como obstáculo para la preservación ambiental. Sin embargo a partir de los años '80 el movimiento ambientalista cambia el énfasis puesto en la preservación estricta del medioambiente hacia la noción de desarrollo sustentable, que incluyó la interacción hombre-naturaleza y las posibilidades de gestar un tipo de desarrollo más igualitario y a la vez apropiado a cada ecosistema específico. En este contexto de búsqueda de modelos para la utilización sustentable de los recursos naturales, el movimiento ambientalista recogió el valor de los conocimientos y prácticas indígenas. Así se fue configurando la imagen del indígena como "conservacionista natural" (Conklin-Graham, 1997).
Discursos y Sentidos
La lucha por la tierra ha obligado a las comunidades Kollas a expresar y evidenciar los significados que tiene para ellos la tierra, ante los diversos actores con quienes se encuentran. Las comunidades justifican su derecho a la propiedad de la tierra, y frente a los efectivos o posibles aliados deben legitimar la posición asumida para su recuperación, con lo cual el discurso particular sobre la tierra emerge permanentemente, inevitablemente, en documentos y actos, en reuniones y negociaciones. Las acciones colectivas de los Kollas giran entorno de un conflicto en el que intervienen actores sociales que se diferencian tanto en su lógica y objetivos, como en sus discursos. De esta manera el escenario que se configura es abonado por una multiplicidad de significados frente a los cuales los Kollas no pueden estar al margen y deben a su vez postular su posición. Como se desprende de lo anterior, alrededor de las comunidades giran una serie de practicas discursivas que producen efectos diversos. Estos discursos aparecen cristalizados en leyes o acciones de intervención que establecen los Estados, instancias o foros internacionales, u organizaciones no gubernamentales, creando un ambiente favorable a determinadas demandas, constituyendo oportunidades.
Nosotros consideramos que las alianzas construidas con las organizaciones ambientalistas e indigenistas han propiciado la complejización de los discursos, sea de los dirigentes como de los miembros de las comunidades, permitiendo la aparición de este conflicto en el escenario político. Para desentrañar estas cuestiones hemos rastreado algunos de los elementos que componen el discurso sobre la tierra, que aparece como único e indivisible en boca de los Kollas.
Frente a los funcionarios gubernamentales, a los representantes de ONG´s indigenistas y ambientalistas, a los representantes de las multinacionales (Seabord Corporation y Techint), a la sociedad en general, los Kollas presentan un discurso que intercala los niveles en los que se identifica el respeto y culto a la Pachamama relacionado a la preservación del medio ambiente. La homologación que hicieron los Kollas entre su profunda y sagrada relación con la Pachamama (Tierra), y una especie de respeto natural por el medio ambiente, los ha convertido en los más aptos defensores de la biodiversidad. La relación de los Kollas con la tierra aparece en principio ritualizada, la tierra, simbolizada en la Pachamama, surge como asociada a lo sagrado. Incluso ellos mismos le dan el status de religión9 . "De su voluntad dependen el éxito en las cosechas y en la actividad ganadera" (Tomasini,1979), de la Madre Tierra depende prácticamente la misma existencia, por lo cual es muy importante cumplir con el ritual correspondiente10 , que constituye parte de la estrategia de sobrevivencia del grupo (se le agradece por los frutos otorgados y se le pide por los que van a venir, y fundamentalmente por la sanidad y el cuidado de las haciendas).
La Pachamama aparece asociada a la fertilidad, a la salubridad de los animales, a la reproducción de la vida. Y las costumbres y ceremonias propias son rescatadas para levantar las banderas de un indigenismo radical.
"Y bueno, nosotros podríamos ver desde dos aspectos, desde el punto de vista de la sociedad global, aspectos por ejemplo, la unidad ecológica de la zona, la unidad de las selvas de las yungas y la cuenca de San Andrés. Esa cuenca es una unidad geográfica que es también ecológica. La parte baja con los distintos pisos y la parte alta que para ella es la puna. El hecho de la preservación de la yunga es la razón que por el tipo de explotación que nosotros tenemos, mantener la unidad ecológica de la región como cuenca. Y después desde el punto de vista indígena la unidad de la cultura como único pueblo de la provincia de Salta que se ha mantenido hasta la fecha con rasgos muy diferenciales de cultura" (Entrevista a Dirigente de Tinkunaku, 1998).
El discurso ambientalista pasa a ser familiar a las comunidades, así como todo el planteo en relación con los derechos de los pueblos originarios elaborado desde el Estado pasa a ser accesible a la población objetivo. En uno y otro caso conviven con prácticas discursivas que, al ser parte constitutiva del escenario del conflicto y estar disponibles, empiezan a formar parte de su propio repertorio argumental, o sea, manipuladas por ellos mismos a los fines de sus objetivos más prioritarios. En cuanto a los discursos ambientalistas, en un encuentro del año 1997 en Buenos Aires, por ejemplo, uno de los fundamentos utilizados por los Kollas contra las prácticas de Seabord Corp. fue "la violación (de la firma) del convenio sobre biodiversidad biológica entre otros puntos..." (El Tribuno, 21 de agosto 1997) y en un comunicado de prensa, los dirigentes de las comunidades declararon:
"El Tabacal nunca utilizó nuestras tierras, salvo para talar los árboles de las yungas, lo que es un ataque no sólo a la comunidad sino al medioambiente y al planeta. Los aborígenes sostuvieron también que no están pidiendo lo que no les pertenece y que si salieron a reclamar 'es porque nos atacan, nos atropellan como si no fuéramos seres humanos" (El Tribuno, 9 de agosto 1997).
El debate sobre el medioambiente forma parte del escenario del conflicto siendo aceptado como discurso legítimo por todas las partes. Con lo cual es clave para la orientación de la resolución del conflicto definir responsables del deterioro o la preservación de aquel. Volvamos ahora a los niveles del sentido de la tierra antes desarrollados para analizarlos como parte argumentativa del discurso de los Kollas en pleno escenario de conflicto, sobredeterminándose o activándose conjuntamente con los discursos circulantes del contexto político mundial y nacional apropiados por ellos.
"Hoy las comunidades enfrentan las más penosas de las resistencias por mantener las POSESIONES de las tierras y la preservación del hábitat ancestral e histórico, frente a nuevos poderosos PATRONES, que virtualmente desconocen los Derechos Preexistentes, en beneficios de los capitales multinacionales y con la intervención de una justicia lamentablemente parcializada" (Documento de las comunidades Kollas: Breve Reseña Histórica).
Se destaca el esfuerzo de los Kollas a la hora de demandar por sus derechos particulares. Exigen ser incorporados a "la sociedad", ser tratados como ciudadanos. Y en ese proceso de ciudadanización piden se les reconozcan características propias, especificidades, una identidad, y el acceso a la tierra. Esto puede parecer paradójico (Gutiérrez;1998), pues ser reconocidos por el Estado como indígenas es la condición para que se les reconozcan derechos particulares, como la propiedad de la tierra; teniendo en cuenta que la legitimidad sobre la que se sustentan tales derechos se funda en una injusticia histórica que ese mismo Estado cometió al llevar a cabo el genocidio y el etnocidio de los pueblos originarios. "El mismo Estado que la restituye (a la tierra) a los indígenas hoy, es el que la arrebató ayer, matando a sus abuelos para hacerlo" (Gutiérrez;1998). Los indígenas dirimen estas aparentes contradicciones en el plano político. Buscan ser incorporados a la sociedad, con acceso a derechos como ciudadanos, como parte de una comunidad política, a la vez que incorporan en sus demandas reconocimientos diferenciales.
Este juego entre lo universal y lo particular se entrelaza en el discurso Kolla que hecha mano de todo planteo que les otorgue legitimidad frente a algún otro, o les signifique reconocimiento como Kollas en algún derecho positivo: "Frente al europeo la diferencia se plantea en las condiciones culturales en que nos encontrábamos en la época de la conquista, pero que en síntesis, somos seres humanos y deseamos que se nos respete como tales, que nuestras pautas culturales y nuestra forma de ver el mundo no constituyan un factor de diferenciación social, sólo hay reclamos por un lugar en la sociedad" (Informe elaborado por los Kollas).
Desde los Derechos Humanos piden una salida "para llevar al aborigen a superar el estancamiento" a la par que denuncian el hecho de que "no se respetó nuestra tierra, nuestras costumbres, nuestra libertad y nuestra cosmovisión". De estos argumentos surge evidente el proceso por el cual los Kollas buscan conjugar sus demandas más profundas con oportunidades y discursos vigentes:
"El pueblo Kolla sigue firme en la lucha, de la cual ha aprendido que el cambio es inevitable pero no debe ser compulsivo, sino en forma paulatina; con la valorización de su propia cultura, con la explotación de los recursos que le da la tierra, dejando abierta la inventiva y la creatividad propia" (Informe elaborado por los Kollas).
El discurso ambientalista, siendo un discurso de la globalización, se caracteriza por presentar homogéneamente el objeto de sus demandas, como un problema que compete a todos, es decir "todos debemos cuidar el planeta para las generaciones futuras". Por otro lado, dicho discurso tiene presencia en el nivel internacional, que se plasma en foros, congresos, campañas, compromisos y planificación de políticas entre los países. El discurso ambientalista, como tendencia global, ha sido integrado e internalizado "localmente" por las comunidades Kollas, desglobalizándolo y resignificándolo desde las propias condiciones. La incorporación del discurso ambientalista aporta a la lucha por la recuperación de la propiedad legal de la Finca San Andrés, recursos simbólicos y materiales. Han logrado, entonces, hacer apto como discurso legítimo su demanda prioritaria: que se les reconozca en sus propios términos de vida, con su "método de la vida". Aceptar estos términos significaría que a los Kollas se les debe "restituir la totalidad de los fundos que conforman el actual hábitat natural de las Comunidades Indígenas, las 129.248 hectáreas" (Documento de las comunidades Kollas), sobre las que se asienta el sistema que les permite reproducirse material y simbólicamente.
Tal manejo de discursos y oportunidades que realizan las comunidades, en función de la propiedad de la tierra (en ultima instancia), es percibido por los otros actores en alianza con ellos.
"Solamente hay movilización, o sea se sale de la rutina normal, cuando hay una amenaza fuerte, por ejemplo del Tabacal. El problema nuestro significa que, cuando hay un problema ambiental, salen las organizaciones ambientalistas, obviamente con una visión integral de las comunidades que están en ese medio, pero la punta de lanza las toman las organizaciones ambientalistas y atrás se suman o no, o en parte, las comunidades. Pero o puede ser o no puede ser, porque la prioridad de ellos es la tierra, o sea con una central nuclear adentro pero que les den la tierra, es así. Al eternizarse el conflicto por la tierra, la solución de problemas importantes que afectan la vida diaria pero que no están relacionados directamente con la titularidad, también se eternizan..." (Entrevista a directivo de Green Peace Argentina, Noviembre 1999).
Los Kollas como resultado de un proceso de organización y acción para lograr el objetivo principal han sido capaces de definir estrategias sobre la base de diagnósticos que más o menos acertados definen enemigos, justificaciones, y un sentido que quizás termine por instituirse en el sustrato de la identidad colectiva.
Conclusiones
Las comunidades han logrado tejer una trama de relaciones con distintas organizaciones e instituciones que les permiten proyectar sus necesidades como legítimas en un marco amplio de demandas, en torno al ambientalismo y al indigenismo, fundamentalmente. El discurso ambientalista es apropiado por todas las partes del conflicto (Green Peace, Tinkunaku, Techint, Seabord Corporation y Madenor). Todos se atribuyen la conservación del medioambiente, digamos que es una cuestión discursiva que se puede problematizar, se establece un campo discursivo en el que cada actor intenta probar un mejor despliegue en función de criterios de evaluación consensuados.
No sucede lo mismo con el discurso indigenista. Este no conforma un campo aceptado por todas las partes. Reconocer a los campesinos Kollas como indígenas significaría automáticamente para Patrón Costas, Seabord Corporation y Techint reconocerles el derecho a la tierra, pues el Estado así lo establece desde la normativa vigente. El reconocimiento de la identidad indígena de los campesinos Kollas de la FSA, significa hoy, atribuirles derechos, lo que implica por sí mismo el reconocimiento de la propiedad de la tierra. Tener en cuenta esta dinámica de campos discursivos habilitados (compartidos por los actores) y por ende habilitantes (a los actores que sostengan esos discursos como legítimos mas allá de sus intereses específicos), es central para comprender las acciones y los argumentos justificadores de los Kollas.
Las comunidades se mueven dentro de estos campos discursivos, en los cuales presentan sus demandas, con cierta competencia. No obstante desde nuestro análisis vemos que lo hacen fundamentalmente para impulsar su principal demanda: la tierra. Como si los discursos circulantes (ambientalismo e indigenismo) fueran la vía para aprovechar las nuevas oportunidades políticas del contexto, y en ellas mantener su lucha: lograr la propiedad de la tierra.
Recordemos en este punto que la tierra encierra la posibilidad de reproducir el mundo social de los campesinos Kollas, y no se limita a ser una mercancía, sentido que sí le otorgan los actuales propietarios de la Finca, para quienes la Finca es sólo un reservorio de recursos naturales que pueden colocar en el mercado local y/o mundial. Estas diferentes concepciones evidencian una disputa por la definición de la realidad. Para los Kollas, su tierra, define su cultura, pues ellos tienen una relación especial con el hábitat, constituye un "modo de ser" (Kusch, 1976). Luchar por la tierra, es luchar por el sentido, significa poder producir y reproducir un habitus específico.
Las caravanas (como repertorio de acciones) y las alianzas (como herramientas organizativas) han sido los dispositivos que permitieron, en su confluencia, incorporar las demandas de las comunidades al escenario político, y como consecuencia de esto, producir la ampliación de la conflictualidad social. Este resultado tiene de particular, el hecho de, retomando la idea de confluencia de dispositivos, producirse a partir de: haber montado sobre un símbolo del pasado común (las caravanas), de esa memoria de la acción colectiva que señala Tarrow tienen los grupos, discursos actuales (indigenismo y ambientalismo) que les permiten aparecer en el escenario publico en alianzas (Estado y ONG´s) que les posibilitan transformar sus históricas demandas (la tierra) en discurso legítimo y relevante (reconocimiento del derecho a la tierra como pueblo preexistente que ha sufrido una injusticia primera que debe ser reparada).
Bibliografia
BOURDIEU, P. (1988); Cosas dichas; en Gedisa, Bs As.
GORLIER, JC. (1998); Dimensión de análisis y temas de investigación; en
Cuadernos de Investigación numero 4, Ediciones al margen. Buenos Aires.
FRITES E. (1996): Abya-yala, Comisión de Pueblos Indígenas Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos, Editorial Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos, Buenos Aires.
GUTIERREZ, P (1998); Ciudadanía e Identidad: Los derechos de los Indígenas, en
apuntes del Grupo de Estudios Rurales del Instituto Gino Germani, Bs.As.
GIDDENS, A.(1989); A constituição de sociedade; Martins Fontes; São Paulo
De HAAN, H. Locality, identity and the reshaping of modernity. An analysis of
cultural confrontations in two villages, en de HAAN H. y LONG N. (1997) Images
and realities of rural life, Van Gorcen, Holanda
HILHORST, D. Discourse formation in social movements. Issues of collective
action, en de HAAN H. y LONG N. (1997) Images and realities of rural life, Van
Gorcen, Holanda.
América Latina, Buenos Aires.18
KUSCH, R. (1976) Geocultura del Hombre Americano; Editorial Fernando García
Cambeiro, Bs.As.
LONG Norman y VILLARREAL Magdalena, (1996), From the transfer of
knoledge to the transformación of meaning, en Shuurman Franz Beyond the
impasse. New diections in Developmente theory, De Franz Shuurman, EEUU.
MELUCCI, A. (1994) Asumir un compromiso: identidad y movilización en los
movimientos sociales, en Zona Abierta Nº 64.
PAIS A. y AGUIRRE M., (1997): Informe Finca San Andrés: La Lucha de un
Pueblo. Salta.
REBORATTI, C., (1998), El Alto Bermejo, realidades y conflictos; Ed La Colmena;
Bs. As.
RUDEE, G. (1981) Revuelta popular y conciencia de clase, Barcelona, Editorial
Grijalbo
TARROW, S. (1997): El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción
colectiva y la política, Madrid, Alianza Universidad.
TOMASINI J.A., STURZENEGGER O., WHITE S., (septiembre 1979):
Investigación realizada en Finca San Andrés.
UNTOJA, F. (1992): Retorno al Ayllu I, en Ediciones Cada, La Paz, Bolivia.
Otras fuentes
-Censo Nacional Agropecuario de Salta de 1988
-Diario El Tribuno de Salta. ( 1997-1998)
-Diario La Nación. (1997)
-Diario Clarín. (1997).19
Entrevistas
-Entrevistas a Dirigentes de Tinkunaku:
-Entrevista a los miembros de las comunidades.
-Entrevista a Alfredo Pais Universidad Nacional de Salta
-Entrevista a Emiliano Ezcurra de GREEN PEACE.
Documentos de los Kollas
-Informe elaborado por los Kollas de San Andrés, para El Encuentro Histórico de
la Lucha por la Tierra en Salta; Carpeta Comunidad Kolla Tinkunaku.
-Documento de las comunidades Kollas; Encuesta; Carpeta Comunidad Kolla
Tinkunaku.
-Documento de las comunidades Kollas: Breve Reseña Histórica; Carpeta
Comunidad Kolla Tinkunaku.
-Documento de Personería Jurídica; Carpeta Comunidad Kolla Tinkunaku.
-(Informe elaborado por los Kollas de San Andrés, para El Encuentro Histórico de la
Lucha por la Tierra en Salta).
Notas
1. Sociólogo, becario Conicet, integrante del Grupo de Estudios Rurales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires
2. Socióloga, becaria Conicet, integrante del Grupo de Estudios Rurales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires
3.Tinkunaku es una organización que agrupa a todas las comunidades que integran Finca San Andrés, desde 1998 tiene Personería Jurídica como "Comunidad Indígena Kolla Tinkunaku" otorgada por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Esta organización que representa a los habitantes de la Finca en cuanto indígenas, posee una función deliberativa pero no ejecutiva.
4. Este término es utilizado por los propios Kollas al narrar las movilizaciones a la capital provincial, Salta ciudad, o nacional, Buenos Aires. La caravana es el nombre que los mismos Kollas usan para identificar sus acciones colectivas.
5. Las "yungas", conocidas también como selva tucumano-boliviana constituyen el ambiente de mayor diversidad biológica de Argentina, concentrando 583 especies de aves, al más grande felino de América, el yaguareté, y demás especies de mamíferos. En cuanto a la flora se destacan el palo amarillo y blanco, el guayaibí, el cebil colorado, la tipa, el lapacho, cedro, maroma, laurel, roble, entre otros.
6. El 21 de junio de 1997 se produjo en Cuesta Chica, en Finca San Andrés, un enfrentamiento entre los Kollas, gendarmería y la policía, a quienes el Ingenio había encomendado la apertura del camino que los Kollas habían cortado para evitar el paso de maquinaria y personal de Madenor y Seabord Corporation..
7. Las Comunidades Kollas y Green Peace han coordinado a partir de 1997 un conjunto de acciones de protesta: una Caravana a Buenos Aires y una manifestación frente a la embajada de EEUU; una campaña de desprestigio al director de Techint a través de los diarios y boicot informático; viaje conjunto a Bruselas para intervenir en la Asamblea de socios del grupo económico que tenía a cargo la construcción del gasoducto; realización de un video denuncia que mostraba toda la construcción del gasoducto y los daños ocasionados (inundaciones; derrumbes; muerte de animales; destrucción de viviendas; violación de lugares sagrados).
8. El riesgo de una guerra nuclear que pusiera en peligro la vida, más las denuncias y alertas de los científicos sobre el recalentamiento de la tierra debido al efecto invernadero y el deterioro de la capa de ozono (provocado por la emisión de gases diversos), y la contaminación industrial como también la degradación acelerada del medio ambiente (deforestación, agotamiento de los suelos); confluyeron en el surgimiento del movimiento ambientalista y pacifista. Tras el fin de la guerra fría, alejando la posibilidad de una guerra nuclear en el ámbito mundial, el movimiento ambientalista cobró mayor autonomía de los contenidos pacifistas. En líneas generales, la idea fuerza del ambientalismo consistió en promover la protección de los ecosistemas (biodiversidad) evitando "la polución y el abuso de los océanos, el suelo, el aire y los cuerpos de agua dulce de la tierra". (Green Peace).
9. En las entrevistas realizadas en agosto de 1999, los Kollas se referían a la "religión de la pachamama" como diferenciada de la "religión cristiana", aunque no veían entre ambas contradicción alguna: Carpeta Comunidad Kolla Tinkunaku.
10. Estos son algunos de los resultados de la investigación realizada por los investigadores Lic. Odina Sturzenegger, Lic. Silvia White y Lic. Juan Alfredo Tomasini, en Finca San Andrés en septiembre de 1979.