El mito del litio y el modelo de desarrollo

Bruno Fornillo (UBA-CONICET)
Resulta necesario realizar una apreciación sobre la naturaleza de este “debate” propiciado por la respuesta del Lic. Federico Nacif a nuestra breve nota de opinión acerca de la “ley litio” impulsada por los diputados Carlos Heller y Juan Carlos Junio. Los conquistadores peninsulares perdían el sueño por encontrar “El Dorado”, la ciudad repleta de oro que les garantizaría poder y riqueza. El litio -elemento químico clave de las baterías contemporáneas- despierta una fiebre semejante, no por nada se lo llamó el “oro blanco”.

El presente escrito dedica especial atención a algunos “mitos” que se han gestado alrededor del proceso extractivo primario del recurso y ofrece una serie de apreciaciones para contribuir a señalar, según nuestro punto de vista, dónde reside la centralidad de la “cuestión litio”.

En una primera parte, problematizamos algunos imaginarios que giran en torno de la actividad; luego de ella articulamos la relación que existe entre el litio y una dimensión plural de la soberanía. En términos genéricos, creemos que el problema consiste en analizar de modo riguroso en qué consiste verdaderamente la riqueza del litio para poder pensar en un modelo de desarrollo renovado . Así, esperamos contribuir a las múltiples políticas que se gestan en torno del recurso.

Al respecto, debemos mencionar que el “debate” esta viciado de antemano, básicamente porque nunca subscribimos la idea central que el sociólogo Nacif quiere hacernos decir. En este sentido, hay un punto que debemos aclarar de manera firme: en ninguno de nuestros escritos “rechazamos” la intervención del Estado, las provincias y las comunidades andinas en la gestión y explotación primaria del litio. Tampoco en la nota de opinión a la que alude Nacif, donde afirmamos: “Obviamente, todo lo que implique una mayor presencia del estado nacional o de los estados provinciales en la apropiación de la renta minera del litio es elogiable”. De manera evidente, el sociólogo Nacif tergiversa lo dicho. Conducido así, antes que potenciar las sinergias colaborativas -aun con posibles acercamientos disímiles-, se sume en un imaginario polar, poco apropiado para con los múltiples interrogantes que suscita un objeto tan reciente y sin consolidar como es el litio.

Este artículo será publicado en un próximo número de Realidad Económica

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