“La discusión de fondo es por la distribución de la renta”
Comenzó con la espiralización inflacionaria de los primeros meses de 2014, a partir de la devaluación de enero. Luego, con el aval de la Justicia norteamericana en favor de los buitres a mitad de año. Al poco tiempo, se sumó la mayor caída del precio de la soja junto a la retención y especulación de su sector exportador. Para septiembre del año pasado, con el aumento de la brecha entre el dólar oficial y sus cotizaciones paralelas, la fuerte campaña de economistas opositores y una conducción del Banco Central favorable a las demandas de los grupos financieros y ligados a la exportación, la devaluación ampliada parecía ser sólo una cuestión de tiempo. De hecho, según señala Alejandro Vanoli, “previo a octubre parecía estar clara cuál iba a ser la política cambiaria, pero desde el Gobierno se tomó la decisión política de no devaluar, con una visión muy crítica sobre los resultados de la devaluación de enero”. Una de las primeras medidas presidenciales fue justamente su designación como nuevo presidente del Banco Central a partir del 1 de octubre, lo que le planteó el desafío de llevar adelante esta misma decisión política.