El siglo del agua
Según advierten desde hace tiempo los analistas de política internacional, más que en el petróleo, los grandes conflictos del siglo XXI tendrán su origen en la posesión y administración de las reservas de agua dulce: un recurso natural precioso para la vida en el planeta. Y la Argentina, con sus vastos recursos hídricos, se encuentra precisamente en el ojo de la tormenta. Tanto los glaciares y cuencas de ríos patagónicos, el sistema de lagos, lagunas y esteros, así como las reservas subterráneas de acuíferos como el Puelche o el gigantesco Guaraní, configuran un claro objetivo en la estrategia de las corporaciones del agua y de las potencias necesitadas del vital elemento.
Así lo considera el sociólogo Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLeD): «Los teóricos del Pentágono dicen que las grandes guerras del siglo XXI van a ser por el agua más que por el petróleo, porque el petróleo, tarde o temprano, se va a acabar, y la matriz energética de todas formas va a tener que cambiarse; el petróleo no es un bien infinito. La puja hoy es por el agua: lo dicen repetidos estudios de Defensa».
Golpes, “guerritas” y video-política
La calle en Venezuela ha sido incendiada nuevamente por los sectores más radicales de la ultra-derecha. Con puntos en varios estados, este movimiento táctico intenta forzar la dimisión del gobierno del presidente Maduro, basado en una presión violenta en forma multi-focal, pretendiendo hacer ingobernable el país. Se plantean dos rutas para un escenario post-chavismo en este episodio: Una corta que concluiría con el Golpe de la “Sociedad Civil”, que aspira la captación de elementos militares que rompan con la unidad de las Fuerzas Armadas para una transición (pseudo constituyente) y, la de mediano plazo donde se desgasta al gobierno de cara al referéndum en un año no electoral, sacándolo de la resolución de los problemas estructurales / coyunturales de la gestión.
S.O.S. agua
Buena parte de la escasez en el mundo se debe a su sobreutilización. A pesar de ser uno de los países con mejor provisión de agua potable, en la Argentina, un 15% de la sociedad no accede a ella.
En la actualidad, los expertos coinciden en que el origen de la escasez de agua en el mundo no atiende a razones físicas, sino socioeconómicas. "La clave es poder determinar formas de producción que sean más eficientes en el uso del agua. Para una buena gestión se requiere de una mayor eficiencia. La riqueza del agua está en su administración", reflexiona Daniel Tomasini, coordinador de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Argentina (PNUD). En América latina, puntualmente en la Argentina, esta mala utilización no parece tangible por las importantes reservas de agua dulce que posee el territorio.
La gestión de los recursos hídricos en la Argentina
La atención de todos los problemas generados por el deterioro de la calidad del agua, su escasez, la contaminación y el estado deficitario de los servicios sanitarios en extensas regiones del país, con sus perjudiciales secuelas en la salud de la población, las sequías, inundaciones, hace que las obras a desarrollar deban extenderse a todas las zonas del país para asegurar el acceso al agua potable, es decir a agua buena, dulce, pura y sana y a los servicios sanitarios a todos los habitantes del país, pues esto garantiza salud y vida. La acción debe estar dirigida tanto a los núcleos urbanos como a las poblaciones rurales. En las ciudades se deben ampliar y modernizar las instalaciones y realizar las obras fundamentales que reclama el desarrollo demográfico y urbanístico. En las poblaciones rurales deben atenderse los requerimientos en materia de desagües cloacales y provisión de agua. El mayor beneficio debe corresponder a los sectores de menores ingresos, distribuidos en las áreas marginales de los grandes centros urbanos y en las poblaciones pequeñas y medianas del interior del país.
Un recurso vital como el agua, determina la necesidad de asegurar disponibilidades hídricas compatibles con sus utilizaciones actuales y futuras. Por lo tanto se hace necesaria la articulación y coordinación de las organizaciones intergubernamentales y gubernamentales y de la sociedad civil con responsabilidades e intereses en la gestión, uso y protección de los recursos hídricos.