Feliz 2011: Verso a verso
RE 120 – 1993
Como la cigarra
María Elena Walsh
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.
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RE 128 – 1994
Júbilo
Hamlet Lima Quintana
Qué hermosa que está la vida
Aunque se corte la rama
Con que después nos castigan.
Qué hermosa está la mañana
Preludiando una comida
Para comer con el alma.
Que hermosas están las plantas
Con delantales de plata.
Qué hermoso que baja el día entre tanta platería
Con el agua y las gaviotas
Entre mis penas tan solas
Y en soledad compartidas.
Por eso aunque el cielo llora
Y la historia está la mañana
Y qué hermosa está la vida.
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RE 136 - 95
Latinoamericanos
Eduardo Galeano
Dicen que hemos faltado a nuestra cita con la Historia, y hay que reconocer que nosotros llegamos tarde a todas las citas.
Tampoco hemos podido tomar el poder, y la verdad es que a veces nos perdemos por el camino o nos equivocamos de dirección, y después nos echamos un largo discurso sobre el tema.
Los latinoamericanos tenemos una jodida fama de charlatanes, vagamundos, buscabroncas, calentones y fiesteros, y por algo será. Nos han enseñado que, por ley de mercado, lo que no tiene precio no tiene valor, y sabemos que nuestra cotización no es muy alta. Sin embargo, nuestro fino olfato para los negocios nos hace pagar por todo lo que vendemos y nos permite comprar todos los espejos que nos traicionan la cara.
Llevamos quinientos años aprendiendo a odiarnos entre nosotros y a trabajar con alma y vida por nuestra perdición, y en eso estamos; pero todavía no hemos podido corregir nuestra manía de andar soñando despiertos y chocándonos con todo, y cierta tendencia a la resurrección inexplicable.
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RE 144 - 96
Historia
Humberto Costantini
No la podía alcanzar
iba apurada,
estaba en los relojes, en los trenes,
tenía risas, palabras, indecencias,
un trajinar de citas y ya salgo.
No la podía alcanzar,
ella y sus cosas,
sus ojos de mirar y querer tanto,
su pequeña moneda compartida,
sus manos de trampear y dar la mano.
Cómo la iba a alcanzar
sin nada adentro.
Debo decir que bastante grave,
debo decir:
casi nos separamos para siempre.
Me quedé solo,
la perdí de vista.
Después, yo no sé cómo, una mañana,
quizás el aire, una palabra, un pájaro,
me puse al lado y la seguí,
a la vida.
(De Cuestiones con la vida, 1966)
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RE 152 - 97
Lento pero viene
Mario Benedetti
Lento viene el futuro
lento
pero viene
ahora está más allá
de las nubes ramplonas
y de unas cimas ágiles
que aún no se distinguen
y mas allá del trueno
y de la araña
demorándose viene
como una flor porfiada
que vigilara al sol
a lo mejor es eso
la vida cotidiana
prepara bienvenidas
cierra caldos de usura
abre memorias vírgenes
pero él
no tiene prisa
lento
viene
por fin como su respuesta
su pan para la hambruna
sus magullados ángeles
sus fieles golondrinas
lento
pero no lánguido
ni ufano
ni aguafiestas
sencillamente
viene
con su afilada hoja
y su balanza
preguntando ante todo
por los sueños
y luego por las patrias
los recuerdos yacentes
y los recién nacidos
lento
viene el futuro
con sus lunes y sus marzos
con sus puños y ojeras y propuestas
lento y no obstante raudo
como estrella pobre
sin nombre todavía
convaleciente y lento
remordido
soberbio
modestísimo
ese experto futuro que nos inventamos
nosotros
y el azar
cada vez más nosotros
y menos el azar.
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RE 160/61 - 98
En la isla tantas veces habitada
José Saramago
En la isla a veces habitada de lo que somos, hay noches, mañanas y madrugadas
en que no necesitamos morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran serenidad,
y se dicen las palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y viajó alrededor del mundo infatigable,
porque mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros
como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.
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RE 168 - 99
Confianzas
Juan Gelman
se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe
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RE 176 - 2000
Milonga de andar lejos
Daniel Viglietti
Qué lejos está mi tierra
Y, sin embargo, qué cerca
o es que existe un territorio
donde las sangres se mezclan.
Tanta distancia y camino,
tan diferentes banderas
y la pobreza es la misma
los mismos hombres esperan.
Yo quiero romper mi mapa,
formar el mapa de todos,
mestizos, negros y blancos,
trazarlo codo con codo.
Los ríos son como venas
de un cuerpo entero extendido,
y es el color de la tierra
la sangre de los caídos.
No somos los extranjeros
los extranjeros son otros;
son ellos los mercaderes
y los esclavos nosotros.
Yo quiero romper la vida,
como cambiarla quisiera,
ayúdeme compañero;
ayúdeme, no demore,
que una gota con ser poco
con otra se hace aguacero.
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RE 184 - 2001
La veleta y la antena
Raúl González Tuñón
La veleta se mueve a impulso de los vientos
buscando en vano un quinto horizonte perdido.
Guía a las golondrinas, al linyera, a los sueños
que extraviaron el rumbo.
Guía a los mochileros.
La antena capta el gran rumor del mundo
y en su fino esqueleto cabe toda la historia.
Guía a los guerrilleros.
La fantasía es como una veleta
y es como una antena la conciencia del hombre.
Amo a las dos. Las dos en mi tejado
vibran como una rosa.
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RE 192 – 2002
El consecuente
Hamlet Lima Quintana
Lo tuvieron apretado contra el muro.
Le dieron aguarrás en vez de agua.
Le quitaron el trabajo y la comida.
Marginaron su esencia solidaria.
Le pusieron silencio a sus canciones.
Guillotinaron sus palabras en el aire.
Lo despojaron de toda su ternura.
Le pusieron arena en la mirada.
Lo compulsaron a vivir de espaldas.
Después lo sepultaron creyéndolo ya muerto
y como levantó una mano, era la izquierda,
no comprendieron y huyeron temerosos.
Cuando estuvo de pie gritó: ¡Adelante!
Y sonreía el consecuente, sonreía.
Y su sonrisa era un corte de manga.
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RE 200 - 2003
No faltar a la cita
Teresa Parodi
Quiero cantar la historia de estos hombres
Su esperanza encendida
Si se canta el dolor se lo ilumina
Se lo pule con sangre derramada
Se lo llena de amor en las pupilas
De los que han de venir, de los que siguen
De los que no perdieron la alegría
De caminar creyendo en el futuro
Conque llama la vida
Desde los cuatro puntos cardinales
Con pasión desmedida
Cómo llama la vida
Quiero cantar los sueños de este pueblo
No faltar a la cita
De sus pequeñas luchas cotidianas
Que jamás se terminan
Encaminar mis pasos hacia el centro
De la patria dolida
Acercarme a su fuego alucinado
Y volverme poesía
Quiero cantar la vida de estos hombres,
No faltar a la cita
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RE 208 - 2004
La riqueza y lo valioso
Lao-Tsé
Treinta radios se unen en el centro;
Gracias al agujero podemos usar la rueda.
El barro se modela en forma de vasija;
Gracias al hueco puede usarse la copa.
Se levantan muros en toda la tierra;
Gracias a las puertas se puede usar la casa.
Así pues, la riqueza proviene de lo que existe,
Pero lo valioso proviene de lo que no existe.
Changshá
Mao Tse Tung
Solo, de pie en el frío del otoño,
contemplo el río Siang que fluye hacia el norte.
Desde el vértice de la Isla de la Naranja
veo millares de colinas teñidas de escarlata
con el rojo de los bosques superpuestos.
Sobre las vastas aguas, intensamente azules,
cien barcas se lanzan a competir en su corriente,
el águila golpea el espacio infinito,
los peces cruzan al fondo
de las aguas tenues:
todas las criaturas pugnan por la libertad
bajo un cielo de escarcha.
En esta inmensidad, profundamente absorto,
pregunto a la infinita extensión del cielo y de la tierra
quién gobierna lo que surge y lo que desaparece.
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RE 216 - 2005
La pobreza
Pablo Neruda
Ay no quieres,
te asusta
la pobreza,
no quieres
ir con zapatos rotos al mercado
y volver con el viejo vestido.
Amor, no amamos,
como quieren los ricos,
la miseria. Nosotros
la extirparemos como diente maligno
que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre.
Pero no quiero
que la temas.
Si llega por mi culpa a tu morada,
si la pobreza expulsa
tus zapatos dorados,
que no expulse tu risa que es el pan de mi vida.
Si no puedes pagar el alquiler
sal al trabajo con paso orgulloso,
y piensa, amor, que yo te estoy mirando
y somos juntos la mayor riqueza
que jamás se reunió sobre la tierra.
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RE 224 - 2006
La lucha
Armando Tejada Gómez
Con una flor, con una
manzana solariega,
con un cogollo y una
granada de rocío,
puedo cortar de cuajo
la oscuridad del lobo
y el odio y la amarilla
vejez de los colmillos.
Esta es la lucha, es esta
la suerte de los siglos:
de un lado el jardinero,
del otro el asesino.
El hierro será el hierro.
Pero el lirio es el lirio.
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RE 232 - 2007
Referencias, datos personales
Juan Gelman
A mí me han hecho los hombres que andan bajo
el cielo del mundo
buscan el brillo de la madrugada
cuidan la vida como un fuego.
Me han enseñado a defender la luz que canta conmovida
me han traído una esperanza que no basta soñar
y por esa esperanza conozco a mis hermanos.
Entonces río contemplando mi apellido, mi rostro en
el espejo
yo sé que no me pertenecen
en ellos ustedes agitan un pañuelo
alargan una mano por la que no estoy solo.
En ustedes mi muerte termina de morir.
Años futuros que habremos preparado
conservarán mi dulce creencia en la ternura,
la asamblea del mundo será un niño reunido.
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RE 240- 2008
Ekeko
Manuel J. Castilla
Con esta serpentina
en carnaval yo los abrazo a todos.
Con el papel picado
me les quedo en colores alegres sobre el hombro,
porque soy el Ekeko,
el de la buena suerte,
un dios,
por eso solo.
Vengo desde los sueños del aymara.
Soy el desenterrado por sus ganas,
el pálido sonriente
el hueso de sus muertos miserables
puesto a vivir de nuevo ya sin hambre.
Apenas si soporto la carga que les traigo:
maíz para semilla y para mote,
trigo de siembra y pan de no faltar y azúcar,
ojotas de andar largo por la pampa, allá lejos,
coca que desfatiga,
billetes pequeñitos, azulados y nuevos,
maní para la chicha de bailar y aguardiente
para que el huayno llore con el músico, mucho.
Todo les doy a todos y lo gozan en sueños,
a todos y nada al indio ciego
porque en sus manos mi buena suerte es hueso
que devuelve a la tierra mientras reza.
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RE 248- 2009
Piedras
José Pedroni
Porque soy contador
Y de vulgares modos
Y visto simplemente
Y si miro una estrella
O una flor,
La miro como todos,
“los versos no son de él –dice la gente-;
se los escribe ella”.
Así es, así es:
Yo soy la inútil hiedra
Enredada a tus pies.
Azules, verdes, rojos,
Tu los versos me das
En cubitos de piedra
De tus ojos.
Yo los armo, no más.
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RE 256 - 2010
El hijo de la tierra
Elvio Romero
Si me toca volver, si me tocara
volver al barro, al haz de los rastrojos,
al barro triste que encendió mis ojos,
al barro cruento que labró mi cara;
si a mi propio nacer volviera para
remodelar mis raíces y despojos,
y tocando ese erial de fuegos rojos,
mi propio origen, fuerte, me tallara:
volvería a cumplir el mismo rito,
volvería a cantar del mismo modo,
volvería a esplender el mismo nombre.
Pues arbolando siempre el mismo grito,
la misma luz transformaría todo,
¡la misma luz coronaría a un hombre!