La desenfrenada

Después de que el gendarme Guerrero dejara al borde de la muerte a Pablo Grillo, Milei le acortó la rienda a su ministra de Seguridad. Más solapada, ella siguió su línea de abanderada de las fuerzas armadas. Reapareció para defender al policía que mató a un niño en Ciudad Evita. Esta semana se volvió a soltar: el decreto que reforma la Policía Federal habilita requisas de personas y vehículos, detenciones preventivas y ciberpatrullaje. Ahora, Bullrich está en su paraíso. Gabriela Saidón se pregunta cómo llegamos a este presente y si es posible imaginar un futuro aún más distópico.