Genealogía de la arquitectura financiera internacional 1850-2000

Oscar Ugarteche
El presente trabajo que se presentó como tesis doctoral para Filosofía e Historia se inició en 1998 como una investigación sobre los elementos que conllevan al desarrollo y evolución de las instituciones financieras internacionales y fue derivando hacia una genealogía de la arquitectura financiera internacional contemporánea. En el proceso se pudo apreciar que había una relación estrecha entre la historia de la deuda externa de América latina y la evolución de la arquitectura financiera internacional.

Habiendo primero construido una historia comparada de la deuda externa del Perú, de Ecuador y de Bolivia saltaron a la vista elementos para pensar en que había cambios críticos en el orden internacional asociados con las así llamadas crisis de la deuda desde el siglo XIX. En 1999 pasé una temporada en el Library of Congress de Washington D.C. leyendo sobre historia de la deuda y me crucé con materiales relativos al Año Hoover desconocidos en la literatura sobre deuda. La curiosidad por comprenderlo llevó a leer sobre las discusiones en torno a las deudas de la primera guerra mundial y a conocer los primeros debates sobre cancelación de deudas soberanas con el argumento de que frenan el desarrollo de los países. Las diferencias entre la forma como se hizo en 1932 en la Conferencia de Lausana y el modo como se hizo después de la cumbre de Colonia del G7 en 1999 es no solo visible sino que sirve de contraste entre lo contemporáneo y lo histórico. Permite comprender lo político de estas decisiones y observar el doble rasero internacional. Esto ha cobrado vigencia a raíz de la crisis griega del 2010.

Una vez conocido el financiamiento de la primera guerra mundial y los retos su resolución abrió, se estudió sobre el siglo XIX y en particular sobre la deuda de Egipto porque la Construcción del Canal de Suez fue la primera obra de infraestructura de gran envergadura financiada parcialmente con créditos externos. Como se sabe, el Canal fue administrado y protegido por el gobierno británico por lo que es fácil suponer que existía alguna relación entre ambas. Se partía de la conducta imperialista y se desconocía la relación exacta entre crédito y la presencia de un Money doctor, pero sin duda el caso histórico sirvió para comprender el papel de los asesores financieros externos en general, hasta entonces ausentes en la literatura revisada.

Luego se revisó el origen de la primera sociedad británica de tenedores de bonos que tuvo reconocimiento oficial cual fue el Comité de Tenedores de Bonos Extranjeros de Londres (CBTE). La coincidencia de tiempos entre el surgimiento del CTBE y la crisis Egipcia llama la atención, 1868. Los últimos bonos peruanos emitidos en el siglo XIX con éxito son de esas fechas y mejor aún que en 1872 el Perú no pudo emitir bonos nuevos para cubrir el saldo de los anteriores ni tampoco pudo hacerlo Egipto porque la crisis financiera ya se había iniciado. La crisis económica internacional estaba desplegándose y estas fueron las primeras economías en encontrarse con dificultades de deuda externa. El resultado fue que el CTBE ya organizado en papel, cobró materia y comenzó sus funciones en 1873. Se hace evidente que las instituciones surgen cuando se les necesita y que los instrumentos cambian cuando es preciso. También se hizo evidente que los elementos políticos internacionales juegan un papel decisivo en el desarrollo de la arquitectura financiera internacional.
Estando en Londres en el año 2000 se presentó en una conferencia en el ILAS y otra en Chatham House los casos de deudas externas de países desarrollados que habían tenido un tratamiento distinto al que se aplica a economías emergentes o en desarrollo. Para entonces se pudo trabajar más sobre la hipótesis de que había dos reglas del juego en el sistema internacional y se profundizaron los estudios sobre la deuda de los Estados Confederados de Estados Unidos de 1830 al 1840. Saltó a la vista un problema mayor; la evidencia muestra que estos no fueron nunca pagados y que a fines del siglo XIX se incluyó una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos para impedir que acreedores extranjeros enjuiciaran a deudores públicos estadounidenses dentro de Estados Unidos. Fuera de Estados Unidos no tienen jurisdicción de forma tal que los acreedores ingleses no pudieron jamás recuperar lo invertido allí. Esto es importante para el futuro dado el tamaño de la deuda externa de los Estados Unidos a inicios del siglo XXI. La resolución de la deuda europea permitirá comprobar la existencia o no de dos reglas del juego en el sistema internacional.

La deuda confederada sería un tema constante de las relaciones entre ambos países pero que sería liquidado en torno a la segunda guerra mundial, cien años más tarde. Gran Bretaña quiso hacer trueque de esa deuda en los años 20, a cambio de la generada por la primera guerra mundial mas el Gobierno de los Estados Unidos no lo aceptó. Luego quiso crear un tribunal internacional de deuda externa en la Liga de las Naciones, pero tampoco tuvo éxito. Antes bien con lo que tuvo mucho éxito fue con introducir en la jurisprudencia internacional en 1930 la idea de que las deudas de los estados son parte integral de la deuda del Gobierno Central y que no existen deuda alejada de la responsabilidad del gobierno central. Esa fue la costosa lección de la deuda confederada y que serviría en adelante para mantener a los gobiernos centrales con su deuda externa en orden. Ningún estado ni municipalidad puede endeudarse sin tener el aval del gobierno central ni puede el gobierno central desconocer la deuda de los gobiernos estaduales, regionales o municipales. La paradoja es que siendo Estados Unidos el único país que ha desconocido la deuda, al mismo tiempo sirvió de ejemplo de lo que no se debe de repetir. El esfuerzo soviético por desconocer la deuda de los zares culminó con la caída del régimen comunista, siete décadas mas tarde, cumpliéndose el dicho español de que no hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague.

Revisando los materiales del CTBE en el Historical Library en Londres el año 2000, saltó a la vista que había un grupo de deudas problema que no había sido resuelta en el siglo XIX y que molestaba al CTBE. El seguimiento de estas permitió leer y comprender la posibilidad de plantear soluciones a los problemas de deuda externa liderados por los deudores y abrió la posibilidad de que existiera dos reglas del juego en el sistema internacional, es decir que exista un sistema internacional bífido.

A fines del año 2000 estuve en México redactando y discutiendo con Carlos Marichal y con el equipo del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. En ese periodo abusé de la hospitalidad de Marichal y de Carmona y usé las bibliotecas del Colegio de México y del IIEc de la UNAM y se pudo estudiar el mapa de ideas previas al Fondo Monetario Internacional y los organismos multilaterales surgidos de la segunda guerra mundial. Se pudo revisar mucho de lo publicado en español sobre este tema y también ver aquellos materiales en inglés sobre los debates anteriores a la creación del FMI.

Estaba relativamente claro que debería de construirse un marco teórico con elementos de economía, de ciencias políticas, de relaciones internacionales para comprender la interrelación entre la historia económica de América latina y su incidencia en el desarrollo de la arquitectura financiera internacional. No es posible comprender la actual AFI sin comprender como fue afectada por la historia latinoamericana y sus problema crediticios y de balanza de pagos. Tampoco es posible comprender los problemas más contemporáneos de América latina sin entender el papel de la AFI en ella. De la misma manera, no es posible ver la evolución de la AFI sin la crisis actual de la deuda europea y su solución donde se atisba un papel menor de los estados y un papel creciente del mercado.

En los años 2001-2002 acontecieron el crac argentino, encima de la crisis asiática de 1998, con el subsecuente desprestigio del FMI. Anne Krueger (2002) en ese marco propuso un mecanismo de resolución de deuda desde el FMI con el apoyo de Naciones Unidas, y cambió el escenario de las IFIs. Dicha propuesta fue objetada por el Presidente Bush por iniciativa de la banca de inversión. Para fines de la tesis había llegado el momento de saltar de la comprensión de la historia y sus lecciones (caps. 2 al 7) a la propuesta (cap. 8). En ese momento, 2002, el debate sobre mecanismos de resolución de deuda se abrió. Buscando ingresar con una óptica propia desde América Latina se hizo el diseño de un tribunal de deuda que permitiera revisar internacionalmente la corrupción en los créditos. Con la ventaja de haber estudiado operaciones de créditos opacos en el congreso de la república del Perú entre 2001 y 2003, era evidente que una nueva arquitectura requería de auditorias de créditos como parte esencial de los mecanismos anteriores a la negociación. Esto llevó a leer sobre mecanismos de resolución de deuda desde el siglo XIX pero además a leer sobre sus componentes. El resultado amplio fue discutido, escrito y publicado con Alberto Acosta (2003).

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