“Jamás votare y legitimaré el contenido del acuerdo”
Discurso de Zoe Konstantopoulou
Señoras y señores, queridos colegas,
En momentos como los actuales, tenemos que actuar y hablar con sinceridad institucional y valentía política.
Cada uno y cada una debemos asumir la responsabilidad que nos incumbe.
Defender, como nos los pide nuestra conciencia, las causas justas y los derechos sagrados, inviolables y no negociables de nuestro pueblo y de nuestra sociedad.
Salvaguardar la herencia de quien han dado su vida y su libertad para que vivamos en libertad.
Garantizar la herencia a las nuevas generaciones y a las del futuro, así como a la civilización humana, así como los valores inalienables que caracterizan y dan sentido a nuestra existencia individual y colectiva.
La forma como cada cual decide y actúa puede variar, pero nadie tiene el derecho de burlarse, de degradar o de utilizar políticamente las decisiones que son fruto de un proceso y de una valor que afectan a lo más profundo de nuestra existencia.
Todas y todos somos y seremos juzgados en función de nuestra actitud y de nuestras decisiones, de nuestros síes y de nuestros noes, por nuestras acciones y nuestras omisiones, por nuestra resistencia, nuestra abnegación y nuestro desinterés.
Desde hace cinco meses, el Gobierno, cuya columna vertebral es Syriza y tiene como núcleo las fuerzas anti-memorándum, libra un combate desigual, en condiciones de asfixia y de chantaje, contra una Europa que ha traicionado los objetivos inscritos en sus tratados, a saber: el bienestar de los pueblos y de la sociedad. Una Europa con una moneda común, el euro, no como medio para alcanzar el bienestar social sino como instrumento y punto de apoyo para humillar a los pueblos y a los gobiernos rebeldes; una Europa que, habiendo sido construida como una casa común hospitalaria, está en vías de transformarse en una prisión y una pesadilla para sus pueblos.
El pueblo griego confió a este Gobierno la tarea de liberarle de las cadenas del memorándum, de la tuerca del tutelaje y la supervisión impuesta a la sociedad con el pretexto de la deuda. Una deuda ilegal, ilegítima, odiosa e insostenible, cuya naturaleza, como lo has demostrado las conclusiones preliminares de la Comisión para la Verdad de la Deuda Púbica, ya era conocida por los acreedores desde 2010.
Una deuda que no constituye un fenómeno meteorológico, sino que ha sido creada por los gobiernos precedentes a través de contratos viciados de corrupción, con prebendas, propinas, clausulas leoninas y tasas de interés astronómicas de las que se han beneficiado los bancos y las compañías extranjeras.
Una deuda que la Troika, de acuerdo con los gobiernos precedentes, transformó fraudulentamente de deuda privada en deuda pública, salvando de ese modo a los bancos franceses y alemanes y, también, a la banca privada griega, al mismo tiempo que condenaba al pueblo griego a vivir en condiciones de crisis humanitaria. Para ello movilizaron y retribuyeron a los media corruptos que se encargaron de aterrorizar y engañar a las y los ciudadanos.
Esta deuda, que no la ha creado y aumentado el pueblo ni el gobierno actual, ha sido utilizada durante estos cinco últimos años por las fuerzas que actúan en el marco europeo para imponer un totalitarismo económico como un instrumento para esclavizar al pueblo griego.
Desdeñando la moral y el derecho, Alemania aún no ha saldado sus deudas con la pequeña Grecia cuya actitud heroica ha sido reconocida por la historia. Deuda que superan la deuda pública griega y alcanzan la cifra de 340 mil millones de euros según los cálculos moderados de la Comisión del Tribunal de Cuentas creado por el gobierno precedente, en tanto que la pretendida deuda pública griega está cifrada en 325 mil millones de euros. Alemania se ha beneficiado de la mayor quita de la deuda tras la segunda guerra mundial para que pudiera recomponerse, con el generoso apoyo de Grecia. Ahora bien, es esta misma Alemania la que ha puesto su protección en manos de responsables de empresas, como Siemens, culpables de actos de corrupción con los gobiernos precedentes y sus partidos políticos, protegiéndoles y sustrayéndoles de la justifica griega.
Sin embargo, Alemania se comporta como si la historia y el pueblo griego tuvieran deudas con ella, como si quisiera tomarse la revancha por sus atrocidades, aplicando e imponiendo una política que constituye un crimen no solo hacia el pueblo griego, sino también un crimen contra la humanidad, en el sentido penal del termino. Porque de lo que se trata aquí es de una agresión sistemática y de gran dimensión contra una población con el objetivo totalmente premeditado de producir su destrucción parcial o total.
Desgraciadamente, los gobiernos e instituciones [europeas] en lugar de mostrarse a la altura de sus responsabilidad y del momento histórico, se vuelven cómplices de esta agresión.
Señoras y señores, estimados colegas:
Someter al pueblo y al gobierno a condiciones de asfixia y a la amenaza de una quiebra violenta, mediante la creación artificial y premeditada de las condiciones para una catástrofe humanitaria, constituye una violación directa de todas las convenciones internacionales que protegen los derechos humanos, de la Carta de la ONU, de las Convenciones Europeas y, también, de los propios estatutos de la Corte Penal Internacional.
El chantaje no es una fatalidad. Y la creación y la puesta en marcha de las condiciones cuyo objetivo es suprimir el libre arbitrio no permiten a nadie hablar de libertad de "opción".
Los acreedores chantajean al gobierno. Actuaron fraudulentamente en 2010 cuando sabían que la deuda era insostenible. Actúan a conciencia porque en sus declaraciones reconocen la necesidad de otorgar ayuda humanitaria a Grecia. ¿Por qué una ayuda humanitaria? ¿Debido a una catástrofe natural imprevista? ¿Un seísmo imprevisto, inundaciones, incendios?
No. Una ayuda humanitaria como fruto de su opción consciente y calculada de privar al pueblo griego de sus medios de subsistencia y cerrando el grifo de la liquidez a modo de represalia a la decisión democrática del Gobierno y del Parlamento de organizar un referéndum y dar la palabra al pueblo para que decida por sí mismo su futuro.
El pueblo griego ha hecho honor al gobierno que le otorgó esa confianza, así como al Parlamento que le dio el derecho de tomar su vida y su destino en sus manos. Y dijo no con coraje y orgullo.
No a los chantajes.
No a los ultimátums.
No a los memorándum y a la servidumbre.
No al pago de una deuda que no ha generado y de la que no es responsable.
No a nuevas medidas de miseria y sumisión.
Los acreedores persisten obstinadamente en querer transformar ese No en un Sí, con la pérfida complicidad de quienes son los responsables de esos memorándums, de los que se han beneficiado, de quienes han creado la deuda.
Ese No del pueblo está por encima de todas y todos nosotros y nos obliga a defender el derecho del pueblo a defender su vida, a luchar para no malvivir o tener una vida servil, para estar orgullosos y orgullosas de lo que vayamos a dejar a nuestros sucesores y a la humanidad.
El gobierno está sometido al chantaje con el objetivo de hacerle aceptar todo lo que no quiere, lo que no impulsa y que combate. El Primer ministro ha hablado con sinceridad, coraje, franqueza y desinteresadamente. Es el Primer ministro más joven [de la historia del país] y es también quien ha luchado como ninguno de su predecesores en defensa de los derechos democráticos y sociales del pueblo y de las nuevas generaciones, quien ha representado y representa nuestra generación y le da esperanza. Le honro y continuaré honrándole siempre por su actitud y sus decisiones. Y al mismo tiempo considero que mi responsabilidad institucional, en tanto que Presidenta del Parlamento, es no cerrar los ojos y hacer como si no viera el chantaje. Jamás podré votar y legitimar el contenido del acuerdo y creo que le pasará lo miso al Primer Ministro, que hoy en día es objeto de un chantaje con la excusa de salvar a este pueblo. Creo que les ocurre lo mismo al gobierno y a los grupos parlamentarios que le apoyan.
Asumo mi responsabilidad hacia la historia en esta institución respondiendo "presente" [una fórmula de no apoyar la propuesta. NdT] en el debate y en el voto de hoy. Considero que de este modo soy más útil al pueblo, al Gobierno y al Primer Ministro, a las futuras generaciones y a los pueblos europeos: rechazando el chantaje y sacando a la luz las verdaderas condiciones en las que se solicita al Parlamento adoptar las decisiones, en nombre del párrafo 4 del artículo 120 de la constitución.
El pueblo griego es el segundo en sufrir una agresión de esta envergadura en la zona euro. En marzo de 2013, el primero fue el pueblo de Chipre.
El intento de imponer medidas rechazadas por el pueblo en el referéndum, utilizando el chantaje del cierre de los bancos y la amenaza de la quiebra, constituye una violación brutal de la Constitución que priva al Parlamento de los poderes que le atribuye esa misma Constitución.
Todo el mundo tiene el derecho y el deber de resistir. Ninguna resistencia ha sido fácil en la historia. Sin embargo, nosotros hemos solicitado el voto y la confianza del pueblo para afrontar las dificultades y es frente a estas dificultades que ahora debemos triunfar. Sin miedo.
Zoe Konstantopoulou, abogada y política griega. Diputada de Syriza que ganó las elecciones legislativas el 25 de enero de 2015 en Grecia, fue electa Presidenta del Parlamento el 6 de febrero. A sus 38 años es la presidenta más joven del parlamento y la segunda mujer que ejerce esta función.
13 de julio de 2015 - Traducción: VIENTO SUR
Compartir en
Categoría