La crisis del Deutsche Bank resucita el temor al colapso financiero

Idafe Martín

 

La Eurozona vuelve a temblar por sus bancos. Deutsche Bank, primer banco alemán y uno de los mayores del mundo, recibió ayer un alivio ante la posible reducción de 14.000 a 5.400 millones de dólares de la multa que le impuso Washington por su implicación en la venta de hipotecas subprime antes del estadillo de la crisis de 2008.

Europa quiere evitar otro “momento Lehman Brothers” en alusión a la bancarrota de esa centenaria entidad el 15 de setiembre de 2008 que detonó el mayor tsunami financiero de la historia presente. Pero la reducción de la multa parece insuficiente para eliminar las dudas sobre la solidez del primer banco alemán y uno de los mayores del mundo. La noticia del alivio de la multa hizo subir ayer las acciones de Deutsche Bank un 5%, pero habían amanecido cayendo casi un 9%. El desplome del banco ha sido continuo: 28% en tres semanas, 55% este año y 90% desde 2008. El cargo es que la entidad desempeño un papel central en la gestión de deuda con créditos hipotecaros insolventes.

La inestabilidad del Deutsche Bank, alimentada por problemas estructurales como su pérdida de competitividad frente a la banca de inversión estadounidense, hace que la entidad ya apenas valga 14.000 millones de euros en Bolsa. Eso es la mitad que a principios de año. Una cantidad ridícula para un gigante con un balance de 1,8 billones de euros –el equivalente aproximado al PBI italiano- sobre el que caen los focos de las alarmas desde que un informe del FMI en junio lo puso en el disparadero. El golpe definitivo llegó con el anuncio de Washington de la multa el 16 de septiembre.

La calamidad y el tamaño del Deutsche Bank, para quien Berlín lleva días negando que prepare un rescate que los medios alemanes dan como seguro, podría arrastrar por sus conexiones internacionales a todo el sector bancario europeo.

Entre las opciones que se barajan para reforzarlo se estudia que el Banco Central Europeo –supervisor único de los 129 mayores bancos de la Eurozona- le obligue a recapitalizarse o que el gobierno alemán entre directamente en su accionariado comprando el 25 por ciento de la firma.

Un portavoz del Ministerio de Finanzas alemán dijo a la agencia Reuters que la información sobre un posible rescate “es falsa. El gobierno no prevé ningún plan de rescate, no hay ninguna razón para alimentar las especulaciones”.

El banco también negó que hubiera pedido ayuda a Berlín. El semanal Die Zei” adelantaba el miércoles que algunos miembros del gobierno alemán estudiaban activar el mecanismo de resolución bancaria europea, que rescataría el banco haciendo quitas a acreedores, accionistas y a depósitos por encima de 100.000 euros.

El banco alemán tiene, según varios informes, unos 230.000 millones de euros de cash, pero las dudas sobre su exposición al opaco mercado de derivados hace tan frágil su situación que los inversores temen que ni siquiera pueda hacer frente a la multa estadounidense.

Deutsche Bank, creado en 1870 para financiar el desarrollo industrial de la Alemania de finales del siglo XIX, también sufre, como todo el sector en Europa, de las tasas de interés negativas aplicadas por el Banco Central Europeo, que a la vez que le fuerza a prestar también le dificulta obtener beneficios.

El director de Deutsche Bank, el británico John Cryan, envió ayer un correo electrónico a todo su personal: “nuestro banco está siendo objeto de especulaciones. Los rumores están provocando significativos altibajos en nuestra cotización bursátil. Nuestro deber es prevenir una percepción distorsionada. La confianza es el fundamento de un banco. Algunas fuerzas en los mercados están intentando dañar esta confianza”.

El banco defiende que tiene cómo hacer frente a la crisis porque asegura estar reduciendo su exposición a clientes de riesgo, espera sumar beneficios este semestre y dice tener 215.000 millones de euros en activos fáciles de vender. Pero ya en junio el FMI dijo que constituía “una fuente de riesgo mayor”.

No es sólo Deutsche Bank. El segundo banco privado germano, Commerzbank, anunció el jueves que despedirá al 20% de sus empleados dentro de un plan de reestructuración. En Europa hay fuertes dudas sobre la estabilidad de la banca italiana y en parte sobre la portuguesa. Pero sobre todo por la incapacidad de los bancos de generar beneficios en un entorno de tasas de interés negativas.

Una de las fuentes de ingresos de los bancos consistió durante años en refinanciarse a corto plazo a tasas menores de las que exigían para prestar a largo plazo. La política monetaria del BCE puso todas las tasas muy cerca de 0% eliminando prácticamente ese negocio.

 

Clarín - 1 de octubre de 2016

Noticias relacionadas

Sergio Ferrari. No son buenas las perspectivas 2024 para Alemania, la principal potencia europea y cuarta mundial...
Guy Standing. A lo largo del siglo pasado, los socialdemócratas apoyaron un modelo de sociedad en el que los...

Compartir en