La libertad avanza, con o sin el Congreso

Con casi la mitad de las bancas vacías, Milei habló a los suyos en la noche de apertura de sesiones en un Congreso que ha logrado controlar en el último año. De la mano de Guillermo Francos y los Menem, el Triángulo de Hierro logró neutralizar al PRO, dividir a los radicales y direccionar el voto de los partidos provinciales por medio de los gobernadores. Su método es el caos. Negocian, retroceden, cortan el diálogo y sorprenden con una ametralladora de anuncios. Y casi nada de lo que realmente les interesa pasa por el recinto: se animaron a legislar por DNU cada vez que quisieron. ¿Cómo se manejan presiones e influencias en uno de los poderes del Estado que parece cada vez más debilitado?

Sin los patitos en fila

La Libertad Avanza es un hervidero. El escándalo por la visita a genocidas y los intentos de un sector de liberar a represores detenidos desataron intrigas, fugas y denuncias cruzadas. Mientras Victoria Villarruel redobló la apuesta y reavivó la agenda de los 70, Lourdes Arrieta renunció al bloque oficialista. La salida de la “dipupato” no apaciguó las aguas, también expulsaron a Paoltroni, el senador que desafía a Santiago Caputo. La interna libertaria en el Congreso sigue salpicando en todas las direcciones y Macri vuelve a rondar Olivos.