La mano que mece el poder, Putin el "presidente en las sombras"
[i]El "alma gemela" de Bush[/i]
Para la mayoría de los expertos, a la hora de buscar un "alma gemela" de Bush en la cruzada "contraterrorista" internacional aparece en el escenario Wladimir Putin, el ex experto de la KGB soviética, que hoy preside la Rusia capitalista con mano de hierro y sueños de emperador.
Ambos mandatarios han construido sus gestiones de gobierno, y superado sus etapas críticas más duras, a partir de la "guerra contra el terrorismo".
Así como el 11-S en EEUU fue la fragua para la "guerra contraterrorista" de Bush, la masacre de Beslam (con el consecuente exterminio militar de sus ejecutores) consolidó la imagen de Putin como "presidente de la guerra" ante la sociedad rusa, a quien la matanza en la escuela la puso en un estado de psicosis, parecido al que vivían los estadounidenses después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Vladimir Putin, de 54 años, presidente de Rusia desde el año 2000, consolidó su liderazgo y su gestión presidencial a partir del combate contra el "terrorismo checheno", y Bush proyectó su administración combatiendo al "eje del mal" representado por Bin Laden y la red Al Qaeda, y contra todo lo que se asociara al "terrorismo musulmán" por el planeta.
Igual que Bush, Putin consolidó su poder a partir del complejo militar y de un férreo control sobre las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia, que le posibilitó terminar con todos sus enemigos, internos y externos.
[i]La refundación de Rusia[/i]
Utilizando como herramientas estratégicas al petróleo y al desarrollo armamentista, Vladimir Putin puso en claro mediante nuevos gestos y movidas que intenta relanzar a Rusia como la gran potencia del siglo XXI en abierta competencia con EEUU y sus socios de la Unión Europea.
Emergente de las cenizas de la URSS y de la Guerra Fría, y luego de expulsar del poder al lobby sionista infiltrado con Yeltsin tras la caída de la URSS, la Rusia de Putin se proyecta hacia la consolidación de un imperio forjado a partir de la vieja sociedad capitalista de las armas, el petróleo y las finanzas.
En el marco de la llamada "crisis de los misiles" con EEUU en Europa, y en medio de un recrudecimiento de la "guerra fría", la Rusia de Putin acaba de colocar su bandera debajo del Polo Norte, paralelamente a los movimientos que ejecutan sus bombarderos nucleares en el Pacífico y a los ejercicios militares con China.
Además, Rusia multiplicó sus anuncios de fabricación de nuevos armamentos estratégicos y convencionales, e incrementó en grados notables sus exhibiciones de fuerza militar ante Occidente para mostrar la voluntad de mantener sus ambiciones de superpotencia en expansión.
Pero, Putin enfrenta un límite insalvable: su segundo período presidencial se termina en el 2008, y la constitución rusa lo inhabilita para la reelección en las próximas elecciones.
[i]El "presidente en las sombras"[/i]
Pero ¿puede Rusia prescindir de la mano de hierro del hombre que la catapultó nuevamente a la condición de superpotencia nuclear que hoy disputa áreas de influencia (en una "guerra fría" intercapitalista") con el Imperio unipolar de Bush?
Mejor dicho: ¿Puede Putin, a los 54 años de edad, prescindir del poder de la Rusia energética-nuclear para realizar sus sueños de nuevo zar de todas las Rusias?
Imposible: Por eso Putin, apostando a su continuidad en el poder "por otras vías", acaba de elegir a su "sucesor". Un hombre que en el futuro, y al frente de la "presidencia formal" de Rusia va a cultivar dos virtudes principales: Escuchar y ejecutar lo que ordena y decide Putin, según los expertos, el futuro "presidente en las sombras" de la segunda potencia nuclear del planeta.
Por eso a nadie (de los que manejan información clasificada en Rusia) sorprendió el nombramiento como primer ministro de un oscuro experto en finanzas, [b]Viktor Zubkov[/b], de 65 años, un hombre histórico del riñón de Putin y de la más estrecha confianza de los halcones que controlan el poder real desde el complejo militar industrial, la defensa, la economía y los servicios de inteligencia.
Pese a que Putin (un formidable jugador de ajedrez) no se haya pronunciado por ninguno de sus potenciales sucesores, medios y analistas rusos deslizan que la carrera presidencial será controlada por el entorno de Putin para que gane uno de sus "fieles", hasta su regreso "oficial" en el 2008.
Pero las "señales" en cuanto a su sucesor son claras: Este viernes los diputados de la Duma confirmaron por una aplastante mayoría -381 votos a favor, 47 en contra y 8 abstenciones- a Viktor Zubkov, que fue propuesto por Putin el miércoles tras la dimisión del primer ministro Mijail Fradkov.
El resultado de la votación era predecible en una asamblea donde el partido de Putin, Rusia Unida, dispone de las dos terceras partes de los escaños.
De bajo perfil, y sin un atisbo de carisma, Viktor Zubkov, luego de ser nombrado por Putin dijo a la prensa que "no descarta" ser candidato para las presidenciales de marzo de 2008. Lo que equivale a decir, según los expertos, "voy a ser presidente de Rusia en representación de Putin".
Y la conclusión también es obvia: según todos los sondeos, la mayoría abrumante de los rusos va a votar a aquel candidato que Putin señale como su "heredero".
La mano que mece el poder
Todo el que frecuenta el poder en Rusia, sabe que Zubkov, quien hasta ahora se desempeñaba como jefe de la agencia estatal de combate contra el lavado de dinero, no tiene vida propia sino que habla por boca de Putin y de su poderoso círculo de halcones nacionalistas rusos.
El nuevo primer ministro en un burócrata fiel, un hombre sin grandes ambiciones personales, que está ligado al destino de Putin desde los tiempos de San Petersburgo, ciudad natal del presidente y de todos los candidatos que sonaban para sucederlo.
Curiosamente, el futuro rol de Putin como "presidente en las sombras" de Rusia, reviste una asombrosa analogía con el papel que desempeña el ex presidente, George Bush, a quién se le asigna un poder hegemónico en las decisiones de su hijo, el actual presidente de EEUU, George W. Bush.
Tanto Putin como el jefe del clan Bush, George, (padre de W), ex presidente de EEUU y director de la CIA, se "cruzaron" por Asia y por los Balcanes cuando el hoy presidente ruso era espía del KGB (ya dedicado a negociar espacios de poder con la inteligencia americana) y el padre del hoy presidente Bush comandaba desde la Casa Blanca los operativos de la CIA en Afganistán.
Como los Bush, padre e hijo, Vladimir Putin concentró su administración en dos temas claves: la Defensa, la Seguridad y los servicios de inteligencia, a los que asignó, fuertes presupuestos del Estado.
En julio de 2004 Putin aprobó la reforma de los servicios secretos que dota al FSB, el heredero de la KGB, de más poderes y apunta a la creación de un todopoderoso Ministerio de Seguridad Estatal en Rusia. La reestructuración consolidó al FSB, bastión de Putin, en la cúspide de la pirámide del poder ruso.
La prensa rusa señaló que la reestructuración de los servicios de inteligencia devolvía el espionaje a los tiempos de la Guerra Fría, y vaticinó un aumento de las actividades de los espías rusos en el exterior y un reforzamiento de la presión en el interior.
Según la oficina de Moscú de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, este plan parecía "un intento de reinstalar la KGB", disuelta por Boris Yeltsin.
Con George W. Bush en la presidencia de EEUU, la alianza "contraterrorista" Bush-Putin continuó desarrollándose, aunque las relaciones se "enfriaron" en los tramos preparatorios de la invasión a Irak, país con el cual el gobierno ruso mantenía fuertes relaciones comerciales.
[i]El guerrero "contraterrorista"[/i]
Hay otra analogía que convierte a Putin y a Bush hijo, casi en "almas gemelas:"la construcción de poder a través del terrorismo".
El terrorista checheno, Shamil Basayev (hoy muerto) , como lo hizo Bin Laden para Bush, cumplió un papel clave en la proyección del liderazgo político y militar de Putin a fines de la década de los 90.
En 1999, y siendo primer ministro del gobierno de Yeltsin, cuando lanzó su candidatura a la presidencia de Rusia, sólo contaba con el 5% de intención de voto.
En septiembre de 1999, una oleada de atentados producida por el grupo terrorista de Shamil Basayev causó casi 300 muertos en varias ciudades rusas.
Por varios canales confidenciales y en algunos medios se deslizó la versión de que en esas operaciones terroristas intervinieron con los terroristas ex agentes del KGB que respondían a las órdenes de Putin.
El Gobierno de Yeltsin, con Putin de primer ministro, declaró la guerra al "terrorismo checheno" y anunció una recompensa de un millón de dólares por la captura de Basáyev vivo o muerto, convirtiéndolo en el enemigo número 1 de Rusia.
Como "contraprestación", y luego de perder una pierna durante el asalto de las tropas rusas a Grozni, Shamil Basáyev ofreció 2,5 millones de dólares a quien asesinara a Putin, gran responsable, según el checheno, de las decenas de miles de muertes de civiles y del destrozo general del país caucásico.
Eso lo proyectó a Putin al tope de las encuestas y de las preferencias del electorado ruso.
En febrero de 2000 (ocupando la presidencia interina de Rusia por la dimisión de Yeltsin) Putin declaró la "guerra total contra el terrorismo" y lanzó las tropas rusas a la conquista militar de Chechenia y se apoderó de su capital, Grozny.
En ese contexto de psicosis terrorista "anti-chechena" inducido desde el Estado ruso, Vladimir Putin ganó, en marzo de 2000, las elecciones presidenciales con el 53% de los votos, ya convertido en el nuevo "líder fuerte" de Rusia.
Ya en la presidencia de Rusia, y dueño de todo el poder, una de la primeras iniciativas de Putin fue la presentación de la nueva Doctrina de Defensa que autoriza la intervención del Ejército en conflictos armados dentro de la Federación, y en el ámbito exterior confiere a Rusia el derecho a usar el arma nuclear sin ataque previo.
[i]La hora de la "guerra fría"[/i]
Putin, formado en el mundo del espionaje (KGB) y con un curriculun que incluye una tesis doctoral sobre la utilización del petróleo como instrumento de poder geopolítico-económico estratégico, comenzó su proyecto de reposicionar a Rusia como gran potencia mundial luego de la caída de la URSS, utilizando como herramienta sus colosales reservas de petróleo y gas y su condición de país pivote entre Asia oriental y Europa.
En el presente, favorecido por los altos precios del petróleo, con US$400.000 millones en reservas de oro y divisas duras, y con su renovado sistema de armamento nuclear y convencional, el gobierno de Putin comienza a desafiar a la hegemonía imperial estadounidense en todos los frentes, principalmente en el terreno nuclear y armamentista.
Sus colosales alianzas económicas-energéticas y geopolíticas-militares estratégicas con China, Irán, Medio Oriente y el eje asiático lo perfilan a Putin como "imprescindible" para la continuidad del poder en Rusia.
Este es el argumento central que esgrimen los expertos a la hora de señalar a Putin como el futuro "presidente en las sombras de Rusia" a partir del fin de su segundo mandato constitucional en el 2008.
Fuente: [color=336600]IAR Noticias – 16.09.2007[/color]